Muchas de las personas que leéis el blog ya sabéis que Pequeñita está intervenida del frenillo sublingual, os lo conté aquí. Como explico en el post, fue una decisión muy difícil, la lactancia materna exclusiva era imposible y era tan poca la cantidad de leche que podía extraer por la imposibilidad de movimiento que le generaba el frenillo que yo estaba segura de que poco a poco mi producción de leche desaparecería. La producción se relaciona directamente con la succión o extracción que se haga del pecho, si no hay demanda (extracción o succión) el pecho deja de producir. Y yo estaba segura de que si no cortábamos el frenillo no podría dar leche a mi hija ni aunque compaginara con leche de fórmula. Lógicamente, como padres nos planteamos más argumentos que justificaran realizar o no esta intervención.
En base a mi experiencia personal y de otras personas de mi entorno, tomar esta decisión es siempre complicado, hay que tener en cuenta múltiples factores, aquí he querido recoger algunos de ellos.
¿Qué podemos tener en cuenta a la hora de decidir si intervenimos o no un frenillo corto?
1.Diagnóstico fiable.
Lo primero es tener un diagnóstico fiable de que es un frenillo corto el causante de los problemas de lactancia y si se considera que es así, tener la certeza de que a priori, estos no se van a resolver en un breve espacio de tiempo, con el crecimiento de la boca de nuestro pequeño o pequeña, una postura más adecuada a esta situación, compresión mamaria, etc. La idea es probar antes de tomar la decisión diferentes posturas, agarres, técnicas para ver si así se resuelve, conozco casos donde con esto y un par de semanas para afianzar ha sido suficiente. Si no se resuelve, valorar la progresión que pueda tener la situación a corto y medio plazo.
2. Profesional de calidad.
Someter a tu hijo o hija sano a una intervención quirúrgica por sencilla que sea ésta nunca es fácil: tienes que estar segura de que quien va a hacerlo es un gran profesional, de que el método que empleará es el menos lesivo para tu hijo o tu hija, está cualificado para responder ante una posible complicación, me da garantías por la experiencia de otras madres y padres, etc.
3. ¿Basta con salvar mi lactancia o necesito más?
En una sociedad en la que existe la posibilidad de alimentar a tus hijos e hijas con leche de fórmula, cuando te encuentras en esta situación, siempre hay alguien (o mucha gente) que te hace sentir que te estás empeñando en algo imposible y que lo más fácil es dejar la lactancia y dejar tranquilo a tu hijo o hija sin someterle a intervenciones innecesarias. La lactancia materna supone importantes beneficios respecto de la leche de fórmula para el desarrollo del bebé: sistema inmunitario, prevención de enfermedades, desarrollo cognitivo, vínculo materno, etc. A la mayoría no os cuento nada nuevo.
Pero por otro lado, en una sociedad en la que muchos niños y niñas se crían exclusivamente con leche de fórmula y en principio están sanos y estupendos, es inevitable pensar: «¿operarla supone un beneficio importante para ella o estoy satisfaciendo una necesidad mía?». Aquí habrá familias que decidirán abandonar o correr el riesgo de perder la lactancia, otras decidirán intervenir únicamente por salvarla amparados en que esta es la mejor opción para sus hijos e hijas y otras familias considerarán que es necesario tener más argumentos que el de salvar la lactancia materna para tomar la decisión. Un frenillo corto genera problemas a corto plazo que se detectan si se está amamantando al bebé, pero genera otros muchos a medio y largo que son dignos de tener en cuenta.
4. Problemas de pronunciación.
Es probable que si tu hijo o hija tiene anquiloglosia o frenillo corto pueda tener una imposibilidad para la pronunciación de algunos fonemas como el sonido /r/ y tenga que ser corregido, hasta donde se pueda, con logopedia. Un tratamiento logopédico va a tener unos costes a nivel económico pero también a nivel de tiempos y necesidades del niño o niña. Es más que probable que realizar la terapia le vaya a suponer más de un trastorno o incomodidad. Pero también hay que tener en cuenta, que este tipo de situaciones no se deben solamente al frenillo y puede ser que después de la intervención sea igualmente necesaria la reeducación logopédica.
5. Desarrollo del paladar.
Puede afectar al desarrollo normal del paladar generando paladares con forma arqueada o de burbuja que pueden tener como consecuencia que tiempo después no haya espacio suficiente para la colocación adecuada de todas las piezas dentales y puede aumentar el riesgo de sufrir apneas. En ambos casos, podría ser tratado a posteriori por los profesionales oportunos (estamos hablando de cirujía pediátrica, odontopediatría, etc.)
5. Imposibilidad para lamer o chupar.
Puede generar la imposibilidad de chupar un helado o la tapa de un yogur: a mí esto no se me había ocurrido pero mi amigo Iván me confirmó que él no había sido capaz nunca de chupar la tapa de un yogur ni de pronunciar perfectamente la letra r, pero que también me dijo que no por eso había tenido grandes problemas en la vida. A mí todas estas cosas me hicieron pensar, lo reconozco.
6. Dificultades para besar.
Puede generar dificultades a la hora de besar a otra persona (en los besos con lengua, se entiende). Entiendo que a las personas a las que le pasa esto, en muchos casos, no serán conscientes de que se debe a un frenillo corto de la lengua que no permite su movilidad, casi mejor no saberlo y no conocer que podría haber sido corregido. Por supuesto que se puede vivir sin besos de tornillo y sin chupar helados (se pueden comer de otra manera, con una cucharilla por ejemplo) y sin lamer las tapas de los yogures, claro, pero es algo a tener en cuenta.
7. Dificultades para tragar.
En función de cómo sea el frenillo de la lengua, puede ocurrir esto, hay personas que tienen verdaderas dificultades para tragar una pastilla, por ejemplo.
8. Problemas digestivos (Editado 11 de julio de 2015)
Tomo esta información de uno de los comentarios a este blog, mi amiga Raquel, logopeda, que siempre nos ilustra con sus conocimientos, nos explica que estos problemas se relacionan con la fase oral de la deglución, la lengua debe mover el alimento para cohesionarlo formando el bolo alimenticio y para ello tiene que hacer movimientos que son complicados en estos casos. Puede ocurrir que la textura y forma de la comida no sea la adecuada para deglutirla y por tanto afecte a su digestión. Ella lo explica con más detalle en su comentario. Gracias Raquel.
Sumo algunos argumentos que compartió con nosotros nuestro cirujano, el doctor Briz Manzanares, al que considero un grandísimo profesional.
9. Intervenir ante las dificultades.
Briz, recomienda intervenir solamente aquellos frenillos que generan problemas en la lactancia, entiendo que porque los que estéticamente pueden ser identificados pero no generan dificultades es muy probable que tampoco vayan a generarlas luego.
Y por último, algo que hay que tener en cuenta si vuestra idea es más conservadora y preferís evitar la intervención.
10. Todo es relativo.
Los bebés son tremendamente plásticos, sus bocas van creciendo y van pudiendo realizar otros movimientos, lo que hoy supone una imposibilidad, puede suponer un agarre con algunas dificultades o uno bueno con posturas un poco más rebuscadas a las que una se termina acostumbrando y todo esto de manera temporal. La boca irá creciendo como te decía, el pecho seguirá siendo del mismo tamaño y el bebé puede ser que encuentre la forma de extraer la leche que necesite sin ningún problema.
En nuestro caso como podéis imaginar, pesó el hecho de saber que por el tipo de frenillo, un tipo III, nos enfrentábamos con muchas posibilidades a la consecución de todos y cada uno de los problemas que os he ido comentando, en nuestro caso, Pequeñita mamaba con los labios, pobrecita mía, a mí no me hacía ningún daño, pero ella no cogía peso, era capaz de no perderlo haciendo un esfuerzo titánico pero sus ganancias eran mínimas, no quedó más remedio que suplementar. Después de seis semanas en esta situación, mi producción de leche era mínima y estimular con un sacaleches para mí era una odisea, pero encontré la manera de compensarlo con mucho esfuerzo tras tomar la decisión de intervenir el frenillo y poco a poco, en unos dos meses y medio, conseguimos lactancia exclusiva, estoy muy orgullosa de ello y me alegro mucho de haberme empeñado en hacer las cosas así, pero cada historia es diferente, cada persona escribe la suya.
Si queréis saber más sobre cómo pasamos de lactancia mixta a exclusiva, puedes leerlo aquí.
¿Tu hijo o tu hija tiene o tuvo anquiloglosia o frenillo de la lengua corto? ¿Cuál fue la decisión que tomasteis? Creo que compartir estas historias pueden ayudar a personas que están en esta situación y las que hemos pasado por ella sabemos que es duro. Gracias por adelantado.
Fuente: Documentación y fotos tomadas del Dossier Disfunciones orales, Amamantar Asturias
Libros recomendados por La mamá de Pequeñita. Si compras a través de estos enlaces recibiré una pequeñísima comisión y a ti no te supondrá ningún gasto extra.
Pues no sabes cuánto me alegro!! Un abrazo.
Me ha servido de mucho tu ayuda, necesitamos mas post como este, saludos!!
Gracias a ti por leerlo y compartir tu punto de vista. Me encanta que te sirva. Un abrazo.
Que gran post, muchas gracias por compartir esta informacion, mi niño tiene este problema, pero me has ayudado a entener muchas cosas, gracias
Hola Paulina, yo no soy experta en este tema, lo que hice fue resumir un informe profesional para informar sobre las consecuencias del frenillo corto. Lo que cuentas encaja con la información recogida en el mismo, así que tiene sentido. Quería decirte que tan importante es la intervención como los masajes posteriores en la zona. Esa telilla tiende a volver a su sitio y cicatriza muy rápido, por lo que es clave, masajear la zona del corte con las manos bien limpias impidiendo que vuelva a unirse. Entiendo que en la otra intervención no os informaron de esto, conozco muchos casos. Espero que esta vez sea definitiva y se resuelvan las molestias de tu hijo. Un abrazo.
Hola, gracias por el articulo, mi hijo tiene 13 años y cuandl tenia 7 le detectaron el frenillo corto y le hicieron una cirujia y la verdad quedo igual, ahora me recomiendan volver hacercela, ya que tiene problemas en su mordida y mandibula se le ha desviado un poco, me dicen que es consecuencia de lo mismo, es verdad?
Este problema es grave debe prevenirse y en su caso correjirse de manera rapido y efectiva
Pues como siempre te digo, mil gracias, por tus palabras y por tus aclaraciones que son siempre muy valiosas e interesantes.
Es muy razonable, no se me había ocurrido. Lo incluiré en el post. Eres la logopeda oficial de La mamá de Pequeñita, por supuesto te cedo este espacio si te apetece para que compartas lo que quieras: información, un desahogo… Seria un placer leerte, seguro. Anímate. Besotes.
Hola,
Me ha encantado el post, como todos. Enhorabuena por el trabajo que haces!
Solo quería hacer una aclaración sobre los problemas de digestión debido al frenillo; están relacionados con los de tragar: con la fase oral de la deglución.
En esta fase la lengua debe mover el alimento para cohesionarlo formando el bolo alimenticio y para ello tiene que hacer movimientos verticales y laterales: para aplastar el alimento y movilizarlo a los molares.
Del mismo modo la punta de la lengua debe elevarse y pegarse al paladar para realizar una deglución correcta y no una deglución atípica.
Con un frenillo corto esta fase puede verse alterada causando problemas en la digestión de alimentos en una textura y forma que no es la adecuada para deglutirla: ineficiente e insegura.
Espero haberlo aclarado bien, un saludo.