Hace un par de días encontré las rodilleras de Pequeñita, ¡qué alegría! Estaban desaparecidas. Ahora nos parece tan lejana aquella etapa en que las usaba…
Ya os comenté que con diecisiete meses no caminaba y aunque a nosotros no nos importaba, esta situación le quitaba el sueño a más de una persona de nuestra familia. Es verdad, que sabíamos que no había ningún problema y que todo llegaría pero, por otra parte, había situaciones donde se hacía daño en las rodillas y además, tengo que reconocer que era un poco desesperante ver como rompía pantalones o leotardos recién estrenados, si no se rompían parecían viejísimos después de uno o dos usos y en el mejor de los casos, su ropa terminaba con manchas en las rodillas que no había forma de quitar. Esto porque la dejábamos gatear libremente por el suelo de casa, de los restaurantes, de la calle… siempre que considerásemos que no iba a hacerse daño, hay suelos y suelos.
La importancia del gateo:
En estas edades, el movimiento supone desarrollo y es fundamental facilitar a niños y niñas, en la medida de lo posible, que puedan experimentar y moverse con total libertad. En ocasiones veo niños y niñas forzados a caminar para evitar hacerse daño en las rodillas o para evitar mancharse o romper la ropa pero esto no es lo ideal para el desarrollo psicomotor ni para otros desarrollos que se relacionan con este, gatear es una fase fundamental que no debería saltarse en ningún caso, al menos no por la influencia de las personas adultas que rodean al niño o a la niña.
Os recojo muy resumidamente del blog Bebesymas ocho argumentos que Carlos Gardeta, especialista en la materia, recoge como razones fundamentales para favorecer el gateo en niños y niñas:
- El gateo conecta los hemisferios cerebrales y crea rutas de información cruciales para la maduración de las diferentes funciones cognitivas.
- Desarrolla el patrón cruzado que hace posible el desplazamiento corporal en equilibrio del cuerpo humano. Al gatear se tonifican adecuadamente los músculos que más adelante permitirán que el niño mantenga la columna perfectamente recta cuando esté maduro para poder ponerse de pie.
- Desarrolla el sistema vestibular y el sistema propioceptivo. Ambos sistemas permiten saber dónde están las partes del cuerpo de uno.
- Permite el enfoque de los ojos. Al mirar al suelo para colocar la mano o la rodilla convenientemente, el niño enfoca los dos ojos en un mismo punto a corta distancia. Éste es un estupendo ejercicio muscular para los ojos y es tal su importancia que, según estudios de optómetras, el 98% de los niños con estrabismo no gatearon lo suficiente de pequeños.
- El niño siente la tactilidad de la palma que está viendo. Esto tiene una serie de ventajas de manualidad fina que luego influirán en la escritura. También, al gatear el niño percibe la oposición de la gravedad y aprende a manejarse con ella.
- Le ayuda a medir el mundo que le rodea y el niño se adapta al medio. La distancia que hay entre los ojos y la palma de la mano al gatear es una medida fundamental, la braza, en todas las civilizaciones.
- Ayuda a establecer la futura lateralización del cerebro.
- Ayuda a poder escribir en el futuro. Mediante el gateo se va desarrollando la coordinación cerebral ojo-mano.
Conscientes de que la fase de gateo era fundamental para Pequeñita y que no había problema ninguno porque la alargase más tiempo del habitual, lo único que se nos ocurrió para fomentar su desarrollo respetando al máximo su libertad, fue confeccionarle unas rodilleras que salvaban sus rodillas y además, la ropa. Aunque en la mayoría de los casos no llegaréis a usarlas tanto tiempo como nuestra hija, para respetar la libertad de movimientos de un bebé que está en esta fase, puede ser bastante recomendable hacerse con unas rodilleras, así le permitiréis que explore alegremente a sus anchas y desarrolle todas las capacidades que comentábamos.
Cómo confeccionar unas rodilleras caseras:
Materiales:
Se pueden utilizar muchos materiales para hacer unas rodilleras caseras, yo os cuento lo que utilicé:
- Tela de vaqueros viejos
- Goma ancha de cinturilla
- Algodón para relleno
- Hilo y aguja (o máquina de coser)
Instrucciones:
Se recortan cuatro óvalos de la tela de vaqueros viejos. Se cosen enfrentando las caras del derecho de la tela por el borde dejando un trozo sin coser para poder darle la vuelta.
Aquí hay una parte que depende un poco de cómo os manejéis con la costura, si tenéis cierto manejo, podéis meter la goma en medio de esas dos telas enfrentadas, después de haber medido que largura deben tener esas gomas en las piernas de vuestros retoños por encima de la ropa, así las gomas una vez cosidas, quedarían por dentro y bien rematadas. Si no tenéis mucha experiencia se pueden poner después cuando esté terminada la parte de la tela. Yo, en un primer momento, puse goma blanca cosida por dentro, cuando las hice no tenía otra, fue algo un poco improvisado una tarde a la desesperada aunque luego nos dieron mucho juego y las usamos durante meses. Pero la goma blanca se manchaba mucho, así que terminé cortándola y poniendo goma negra que cosí por fuera con la rodillera ya hecha y aguantó perfectamente durante mucho tiempo, así que podeís hacerlo como queráis.
Una vez cosidas las telas, se dan la vuelta por la parte que habéis dejado sin coser y se rellenan con algodón o wata para que sean mulliditas y protejan las rodillas, hay que dejarlo bien colocado y después hacer unas costuras por encima para cerrar la parte que no se cerró en un principio y para que el relleno quede fijado a la tela. Si no lo fijáis, se corre el riesgo de que se vaya apelmazando en una parte y termine haciéndole daño. Pensad que las rodilleras van a tener mucho trote, nunca mejor dicho.
En este punto, si no pusistéis las gomas por dentro, tendríais que ponerlas ahora.
Y ya está, unas rodilleras para mantener a salvo sus rodillas ante cualquier experimentación favoreciendo el desarrollo y protegiendo su ropa de roturas no deseadas y de manchas insalvables.
Para qué ocasiones
Es verdad que en esta época del año, con las lluvias y estos fríos, dejar a niños y niñas en el suelo de la calle no es la mejor opción, pero pueden serviros para los parques que tienen goma, los niños y niñas que gatean se queman las rodillas por la erosión de la goma, la tela y la piel. Y os pueden servir también para salvar la ropa de suciedad en los sitios de interior.
Además, he pensado que como nos cuesta tanto encontrar un momento para hacer cualquier cosa, si calculáis que para el buen tiempo será cuando podais necesitarlas porque vuestro peque esté ahí en plena fase de gateo, tenéis tiempo de sobra para ir confeccionándolas o buscando quién os las confeccione.
En verano, son muy útiles porque al no llevar pantalones largos o leotardos, sus rodillas están totalmente indefensas de la erosión del suelo, no olvidéis que movimiento es igual a desarrollo en estas edades.
Espero que esta idea pueda serviros para favorecer una fase tan importante en el desarrollo de vuestros pequeños y pequeñas además de salvar rodillas y ropas varias.
¿Tú bebé ya gatea? ¿Te habías planteado que el gateo pudiera ser tan importante? ¿Crees que unas rodilleras pueden serte de utilidad en esta fase? Espero impaciente tus comentarios, sugerencias, dudas…
Estoy contigo, mucho parque para «protegernos», mucho «tacatá», así se llaman en mi tierra los andadores donde el niño va encajado dentro y mucho desconocimiento. Aunque los siguen vendiendo, conozco mamás que los han usado. Lo ideal para mi dar libertad de movimiento, toda la que se pueda y dejar al niño hacer, como tú dices, cada niño es un mundo. Un abrazo fuerte.
El gateo es muy importante ya lo cuentas en tu post con claridad meridiana Soraya.
PEro creo que en nuestra sociedad, quizá por desconocimiento, no se valora todo lo que conlleva que el bebé gatee antes de andar.
Probablemente estaré equivocada pero creo que en parte esta minusvaloración del gateo proviene de una forma de criar de generaciones pasadas en las que los bebés estábamos horas y horas en los parques (cunas-parques) con poco espacio para el desplazamiento y rápidamente aprendíamos a ponernos de pie y los temibles y terribles andadores. Además, parece que si nuestro bebé dedide que está preparado para andar con 12 meses es mejor que si lo está con 18 meses y nos encanta presumir de lo pronto que empieza a andar, no de lo bien que gatea.
Yo como madre de dos hijos puedo decir que mi primer hijo gateó mucho, muchísimo, hasta que se sintió preparado para andar, cuando tenía 17 meses. Por supuesto tuve que aguantar muchas críticas y como si la culpa fuera mía porque el niño no andaba..Con mi segundo hijo está siendo distinto. Con 9 meses y medio ha empezado a gatear y a ponerse de pie, todo al mismo tiempo. Pero todo lo decide EL. Por mi parte me gustaría que gateara hasta hartarse. Pero hará lo que su desarrollo y su madurez le permita en cada momento. ¿qué es mejor? Lo que cada niño haga en cada momento. ¡qué manía con buscar medias para todos los niños! y en cuanto uno se sale de las estadísticas ¡ZAS! ya tenemos un problema…
En cuanto a las rodilleras yo no me las planteé con mi primer hijo. En verano le ponía pantalones fresquitos y ya está. Pero la verdad tampoco caía mucho en ello. Quizá le habría ahorrado algún rasponcillo pero sentí que no eran necesarias en ese momento. Con mi segundo hijo lo iré viendo. Pero desde luego es una buena opción y muy económica jeje.
Muchos besos