Cuando las familias hablamos de las edades y las necesidades de nuestros hijos e hijas, surgen comentarios típicos. Si se llevan muy poquito, solemos enfrentarnos a una temporada difícil en la que se nos juntan muchas necesidades, primero de las y los peques y después de la personas adultas que los acompañamos. Es difícil cubrir necesidades propias cuando tienes dos bebés a tu cargo o más, quienes se encuentran en esta situación o quienes la han pasado saben perfectamente de qué hablo.
Cuando hermanos y hermanas se llevan muchos años, siempre se comenta del mayor o la mayor, “pero seguro que te ayuda mucho”. Y entiendo que es verdad, no sé si es ayuda como tal, seguro que es menos trabajo porque las necesidades de un niño o niña más mayor se cubren de otra manera. Es más fácil que se entretengan solos porque, en condiciones normales, son más independientes. Eso no reduce la culpa que tenemos madres y padres de no dedicarles todo el tiempo que nos gustaría. A las madres, la culpa, es algo que nos acompaña casi siempre, quiero pensar que con el tiempo esto se irá repartiendo entre unos y otras, ojalá fuéramos capaces de evitarla, que no hay necesidad ni de repartirla, ya hay muchas cosas que repartir en la crianza, si pudiéramos quitarnos esto, tendríamos mucho ganado. Por el momento, es un deseo.
Con mucha diferencia de edad, nos enfrentamos a situaciones diferentes, cómo evitar que las y los pequeños jueguen con piezas pequeñas, que no vean pantallas antes de tiempo, que no consuman azúcar en un formato o en otro… es difícil bloquear la vida de las y los mayores por unos años. Casi diría que es imposible. Pienso en cosas como guardar los juguetes pequeños hasta que sean aptos para todos los hermanos y hermanas, evitar que se vea alguna serie o película cuando ya está instaurado en casa hacerlo en ocasiones, ir al cine o celebrar cumpleaños y otras quedadas consiguiendo que todos y todas encuentren su hueco y disfruten de la experiencia, organizar horarios… En fin, todas las situaciones tienen su dificultad o al menos requieren del esfuerzo de pensar cómo hacer que todos los miembros de la familia cubran sus necesidades, algo que es básico para que las relaciones familiares sean fluidas y todos sus miembros estén a gusto, si no siempre, al menos, la mayor parte del tiempo. Ese debería ser el objetivo en los años de crianza. Y me atrevo a decir, que también debería serlo después, cuando hijos e hijas se van haciendo mayores y van ganando independencia.
El primer juguete de Distroller llegó a casa casi por casualidad y cuando Pequeñita era aún razonablemente pequeña, además nos llegó uno que volaba y tenía mucho encanto, casi para cualquier edad, montarle las alas y verle moverse por el aire también para su padre y para mí. Cuando llegó el segundo, ya teníamos a Chiquitina y aunque era muy pequeña, ella ya tenía ganas de participar y compartirlo con su hermana. El proceso de este segundo era muy especial, nacía de una especie de capullo y estaba pensado para jugar en el agua. Pequeñita fue la encargada de acompañarle en su nacimiento y después Chiquitina, ha jugado muchísimo con él en la bañera.
Los últimos que nos llegaron, a Pequeñita le pilló algo mayor, pero ya estaba encantada con estos juguetes y disfrutaron mucho las dos, descubriéndolos y jugando con ellos.
El año pasado, Distroller nos invitó a uno de sus eventos en Madrid y allá nos fuimos toda la familia y fue una experiencia divertida. Además, me reencontré con una antigua alumna, cuya hija casi de la edad de Pequeñita coleccionaba los juguetes de esta marca y estaba encantada de poder disfrutar del evento que se había organizado. Así que pasamos una tarde entrañable, las niñas jugando por allí y mi antigua alumna y yo poniéndonos al día.
Este año, a Distroller repite eventos en varios puntos del país y volveremos a estar allí porque a mis dos hijas les gustan mucho las propuestas que hacen y ¿quien sabe? Igual hay otro reencuentro de estos que tanto nos gustan porque siempre surgen cosas interesantes y el momento siempre merece la pena.
Si ya conocéis esta marca o si os apetece conocerla, podéis asistir a lo que Distroller ha organizado, la dejo las fechas y lugares por si os cuadra alguna, quería avisaros con más tiempo, pero me fue imposible.
31 Octubre – Madrid – Toy Planet CC Zielo de Pozuelo.
1 Noviembre – Barcelona- El Corte Inglés Diagonal
3 Noviembre – Sevilla – El Corte Inglés
4 Noviembre – Madrid – El Corte Inglés Callao
Seguramente, nosotros iremos el día 4 de noviembre, así que si os animáis, por allí nos vemos.
Al final, cuando tienes hijos e hijas de diferentes edades, se encuentran puntos de unión, con juguetes que les gustan a ambos, con amigos y amigas comunes que aceptan bien estas diferencias de edad, niños y niñas se entienden bien en estas situaciones si están cómodos y cómodas. Y Distroller, aunque en principio está pensado para niños y niñas más pequeñas, se ha convertido en un capricho de coleccionista, como le pasa a la hija de mi antigua alumna y me atrevería a decir que también a la mamá, a quien le encantan todas las propuestas que se hacen desde esta marca.
Y por aquí seguiremos buscando opciones de juego para hermanas que tienen más de ocho años de diferencia, ya hemos encontrado un montón, por ejemplo, inventar historias y jugar en hamacas, 😜.
Lo dicho, si os animáis, por allí nos vemos. Por aquí, siempre estamos buscando propuestas que puedan servir para la edad de mis dos hijas que se llevan más de ocho años y os aseguro que se encuentran, porque en estos casos, las y los pequeños van deprisa y adoran hacer cosas de hermano y hermana mayor.
Espero que también disfrutéis de las celebraciones de Halloween, solo un apunte, no olvidéis que los miedos de niños y niñas no son los mismos de las personas adultas y que podemos dañarles si les exponemos antes de tiempo a determinados contenidos. Este es un temazo, os diría mucho más pero este año no me veo con fuerzas, prometo el año que viene hacer campaña para tratar de que hagamos una fiesta más amable y que encaje con las verdaderas necesidades de niños y niñas.
Un abrazo.