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Mirar a tu bebé es fundamental, mirarlo, mirarla directamente a los ojos y transmitirle cuanto de valiosa o de valioso es. Y no solo como un acto de amor necesario aunque también, sino porque el bebé, la bebé, necesitan identificarse, saber quiénes son y en un primer momento solo puede hacerlo a través de tu mirada.
Cuando nace un bebé o una bebé, en sus primeras semanas de vida, no puede distinguir donde acaba su cuerpo y donde empieza el de su madre o la persona que lo cuida de manera principal. Se siente como una prolongación de la persona que lo acompaña todo el tiempo. A medida que van pasando las semanas, empieza a descubrirse, hay un hecho muy significativo que es el momento en que el bebé se encuentra con sus manos, si lo habéis presenciado es un momento precioso. Ya estaban ahí pero un día las descubre y no puede parar de mirarlas, de moverlas, con asombro que es como hace un niño o una niña los descubrimientos de todo en su vida. Ahí comienza su proceso de identificación a nivel corporal. La identificación de quién es a nivel mental, a nivel cognitivo llega mucho después, y por eso les llevará mucho más tiempo identificar quiénes son en el espejo. De esta forma, en los primeros meses de vida de un bebé y hasta aproximadamente los dieciocho meses, cuando se ve en el espejo, lo que ve es un bebé, pero no es consciente de que es él o ella misma. Y esto que puede parecer una locura, el bebé, la bebé, lo asumen con facilidad porque hay muchas cosas en su vida que no están justificadas y que no tienen explicación aún, esta tan solo es una más.
Si queréis comprobar si vuestro niño o niña ya se reconoce en el espejo, podéis hacer la prueba de la pegatina. Le colocáis una pegatina en la frente y le colocáis en el espejo, si al ver su imagen proyectada se toca su propia frente en busca de la pegatina es que ya se reconoce y si no lo hace, seguramente es porque ve un niño o una niña con una pegatina en la frente pero no tiene ni idea de quién es la persona que tiene delante reflejada en el espejo.
¿Por qué es tan importante mirar a los ojos a tu bebé?
Pues porque en esos primeros meses de descubrir el mundo y de descubrir su cuerpo y a sí mismo o así misma, está construyendo su personalidad, está empezando a definir quién es y quién será y hasta que sea capaz de identificarse en el espejo, la única forma que tiene de ir descubriendo quién es será a través de la información que recibe de otras personas que sí saben quién es.
Tened en cuenta dos cosas, una que esta primera construcción de la personalidad son los cimientos de la misma y todas sabemos la importancia que tienen los cimientos en una construcción, si estos no son sólidos, todo lo que se vaya apoyando después corre peligro, por eso no debemos subestimar los aprendizajes y las experiencias que adquieren las y los niños más pequeños en estos primeros momentos. Y la segunda es que una vez que puedan verse en el espejo, la proyección que reciban de sí mismos y de sí mismas de las personas que les rodean sigue siendo muy relevante porque siguen ayudándoles a formar su autoconcepto y definen su autoestima.
En este punto, cuando decimos que debemos mirar a nuestros bebés, es importante que seamos sinceras y positivas (personas que me leéis),
es decir, que le transmitamos todo el amor que sentimos por ellos y ellas, lo valiosos y valiosas que son para nosotras, el orgullo que nos despierta mirarlos y mirarlas, etc. Si transmitimos esto, entonces crearán su autoconcepto incluyendo esta información: «soy valioso, soy valiosa, soy importante, hago que otras personas se sientan orgullosas de mí…»
Imaginad ahora lo que suponen las dificultades con la lactancia al principio; el cansancio por la falta de sueño en los primeros meses, a veces años; las posibles desavenencias con la pareja porque entendemos la crianza de maneras diferentes; el hecho de que muchas veces nos encontramos con que parece que todos los niños y las niñas del mundo duermen mejor que la mía, comen mejor que el mío, recordad que esto es mentira, las personas no sabemos por qué mienten con este tipo de cosas o si queréis, no transmiten una visión realista de la realidad. Todas estas situaciones se le pueden transmitir al bebé en nuestra mirada, entonces su autoconcepto puede estar creado con ideas como estas: «soy una carga, no soy bueno, otras niñas son mejores que yo, hago enfadar a mi familia, no permito que descansen…»
¿Solo es importante nuestra mirada?
Estoy hablando todo el tiempo de la mirada, pero comprenderéis que todo se engrandece si va a acompañado de frases en la misma línea. Al principio, no captan el significado de las palabras, solo el tono emocional que ya es mucho, no es lo mismo crecer con un tono de reproche continuo que luego se convierte en frases que podemos comprender del tipo: «me decepcionas, lo has hecho mal, eres malo, siempre te equivocas…» a crecer con un tono de amor incondicional y luego frases del tipo: «te quiero a pesar de todo, entiendo que te hayas equivocado, te apoyo, déjame que te ayude a hacerlo mejor…»
Y leyendo lo que os cuento hoy, a lo mejor podéis comprender por qué a veces no nos queremos lo suficiente; por qué generamos rabia antes los comentarios de determinadas personas de nuestro círculo más íntimo que siempre nos cuestionan; por qué continuamente nos comparamos con otras personas y muchas veces nos sentimos mal porque no llegamos a determinados estándares que marcamos nosotros y nosotras mismas sin saber bien por qué; por qué vivimos en continua competición sin encontrar calma, sin disfrutar de nuestros éxitos por pequeños que sean y un largo etcétera de ejemplos del estilo con el que estoy segura que os sentiréis identificadas porque os pasa a vosotras (personas que me leéis) o porque veis que le pasa a personas que os rodean.
En contraposición, nos podemos encontrar personas que sienten que son más importantes que otras, que sienten que todo lo hacen bien aunque no sea así y que se consideran el centro del universo aunque no destaquen por nada en concreto, seguramente porque en su experiencia de vida es esto lo que se les ha transmitido haciendo que tengan una imagen distorsionada de la realidad igual que en los ejemplos anteriores.
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Entonces, ¿qué es lo más saludable?
Lo que quiero transmitiros hoy es que es fundamental, mirar a los ojos a nuestros bebes en los primeros meses de vida y seguir haciéndolo después, transmitiéndoles lo valiosos y lo importantes que son de manera incondicional y acompañar esto de comentarios en la misma línea. A medida que van creciendo deberíamos acompañarles en sus experiencias vitales sin juzgarles, ayudándoles a ganar en autonomía y enseñándoles a reconocer posibles errores viviendo estos como una forma de aprender y mejorar día a día.
Casi nada, ¿verdad? Sabemos que criar a un niño o a una niña es una tarea muy difícil, lo hacemos lo mejor que podemos, es difícil hacerlo de manera perfecta porque no lo somos. Lo que podemos intentar es aprender cómo afectan nuestras conductas en su desarrollo y dentro de nuestras convicciones hacerlo de la mejor manera posible.
¿Sabías que era tan importante la mirada en el principio de la vida? ¿Sientes que la forma en que te miraron y te hablaron ha afectado en cómo eres ahora? ¿Dedicas tiempo a mirar a tu bebé o lo hiciste en su momento si ya son mayores? Me encantará saber qué opinas, te leo en los comentarios.
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