Libro respetuoso 21: Tranquilo Mauro

Desde antes de Semana Santa, a mi hija le dejan un cuento cada fin de semana en el cole, lo llaman los libros viajeros. Y la idea es que lo tienen en préstamo hasta el lunes que van a clase y lo devuelven. No hay que hacer nada especial con el libro, salvo leerlo en familia, claro, al menos por el momento. Había oído que en algunos coles les pedían una ficha o un dibujo o alguna tarea relacionada con el libro, de alguna manera, esto son deberes y esto me generaba dudas. Por eso digo que no tienen que hacer nada en especial, salvo lo normal cuando uno o una tiene un libro en las manos.

La idea, es fomentar la lectura en familia, sobre todo ahora que ellos y ellas no leen aún, en algunas casas como la nuestra, no hace falta que esto se incentive desde el colegio, pero doy por supuesto que en otras vendrá muy bien. Y además les inculcan valores de que hay que cuidar los libros, devolverlo en plazo y buen estado para que otra persona pueda llevárselo, entienden los fundamentos básicos del préstamo bibliotecario, etc. Y tengo que decir que hasta la fecha son muy buenos, veréis alguno por aquí a partir de ahora, en la sección Libros Respetuosos porque merecen mucho la pena.

Como este que os traigo hoy, Tranquilo Mauro, un cuento de David Melling publicado por Edelvives en 2012 y que demuestra como madres y padres (en este caso se refiere más al padre) son incondicionales a niños y niñas y tratan de aceptar, de la mejor manera posible, los contratiempos que les van surgiendo en el día a día.

A Mauro, su papá, le regala un gorro de lana nuevo. Éste, que no puede parar de hacer saltos y piruetas en cuanto tiene ocasión, engancha una punta de la lana con la que está hecha con algo del bosque y el gorro empieza a deshacerse poco a poco.

Cuando ve que su gorro se ha destrozado, se queda muy triste, entre otras cosas porque su padre se lo regaló muy orgulloso y le pidió que lo cuidara. Y así empieza su periplo preguntando a sus amigos qué puede hacer.

A los corderos, a la vaca, a un pájaro..

Ninguno le ayuda mucho hasta que el conejo le dice que lo mejor es que hable con su padre, que seguro que lo entenderá. Y asi lo hace, va a casa y les cuenta lo que le ha pasado.

Y, ¿sabéis cuál es la respuesta de su padre? Pues lo que suele pasar, su padre lo entiende perfectamente y para que deje de estar triste, le regala su gorro de lana, que aunque le queda muy grande porque su papá es enorme, es un gorro estupendo para pasar el invierno.

¿Qué os parece? Creo que es una forma de transmitir la incondicionalidad que es algo fundamental que se debe transmitir a un niño o a una niña si queremos que desarrolle un estilo de apego seguro. Además, siempre he pensado que si quieres que alguien te cuente las cosas terribles que le pasan para poder ayudarle, si esto se refiere a un hijo o hija, ya sabéis la importancia que tiene, es fundamental que sepan que pueden contar contigo. Si lo que recibe uno o una cuando se ha equivocado y lo cuenta, es una reprimenda o un castigo, a largo plazo lo que se consigue es que esa persona deje de contar. Personalmente, prefiero transmitir que pase lo que pase estaré ahí, a mi hija, a mi familia, a mis amigos, a mis alumnas… Porque es la única manera que tengo de que llegado el momento, me pidan ayuda, me cuenten y poder ayudar o salvarlos de una situación complicada.

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