Hace un par de meses, una de las mamás de esos grupos fantásticos de madres (y padres) a los que pertenezco, nos invitó a una fiesta que organizaba, allí me encontré con otra mamá que me estuvo contando entre otras cosas que en la Escuela Infantil a la que lleva a su hija habían representado un cuento infantil y no le había parecido nada bien la elección del mismo. Se refería a El Pez Arco Iris. Desde su punto de vista transmitía algunas cosas que no le parecían apropiadas, entre ellas que si quieres tener amigos tienes que darles algo a cambio y en este caso, el pez debía entregar sus escamas irisadas, una parte de su cuerpo, para ser aceptado por los otros peces.
Yo había leído este cuento hacía muchos años y con mi vago recuerdo no podía darle mi opinión con mucha seguridad. Casualmente, una de mis compañeras del instituto lo tenía en su estantería de material y se lo había leído a sus alumnas unos días antes, «voy a leerles mi cuento favorito», me había dicho con una gran sonrisa, mientras se lo llevaba al aula.
Después de mi conversación con esta madre, un día en el trabajo, le pedí a mi compañera que me dejara el cuento. La verdad que me pareció tal cual me lo había contado la mamá, no lo recordaba así, cuando lo leí por primera vez no tenía este concepto de crianza respetuosa ni de educación activa, estaba muy lejos de plantearme las cosas desde esta perspectiva, pero ahora me parecía claro. Uno de los peces le dice al Pez Arco Iris en un momento de la historia algo así: «anda pez, no seas malo y dame una de tus escamas».
Para conocer el punto de vista de mi compañera, una profe muy apañada también madre y un pelín más mayor que yo, le dije que una amiga me había dado una versión del cuento no muy respetuosa y se lo había pedido para comprobarlo. Ella se puso un poco a la defensiva, muy poco porque es un encanto y me dijo que ella no lo veía así, que el cuento tenía veinte años y que tenía que entender que entonces los cuentos no eran como ahora, según ella debía verlo desde el punto de vista de la amistad. Es verdad que al principio del cuento, el Pez Arco Iris presume de sus escamas despreciando a los otros peces hasta que se da cuenta de que está muy solo y no le compensa y ahí empieza la historia. Mi compañera justificaba compartir algo que él tenía, a cambio de lo que él quería de los demás y le parecía una especie de escarmiento por haberse reído de los otros peces y haber sido tan presumido al principio. Ella extraía la conclusión de que si compartes con otras personas eres más feliz y que el físico no es importante. No es mala lectura. Ya os digo que mi compañera vale mucho.
También me dijo que ahora los cuentos eran demasiado «lights» que le evitábamos todo a los niños y niñas y que a veces era excesivo. A pesar de defenderme el libro porque le había descolocado mucho mi argumentación terminó contándome una historia personal de sus hijas donde una niña «amiga» de una de ellas cuando era pequeña les pedía cosas a cambio de compartir su tiempo con ella, vamos que si querían estar con ella le tenían que llevar regalos. Mi compañera me explicaba como ella lo había trabajado con su hija dejándome claro que no estaba de acuerdo con tener que dar algo a cambio de poder tener amigos o pasar un rato con otra persona. De esto último deduzco que algo debí removerle con lo que le conté. Ella me generó dudas a mi también, no voy a negarlo aunque si soy sincera no es un cuento que tenga pensado leerle a mi hija próximamente.
¿Por qué no me parece un libro respetuoso?
Estoy convencida de que teniendo en cuenta el tiempo que tiene este cuento y la relevancia que sigue teniendo hoy en día, fue un libro de los que ofreció en su momento una alternativa muy interesante a los cuentos tradicionales, además estéticamente es precioso, eso no puede negarse. Pero a pesar de estas virtudes que son muy relevantes, en este momento, el hecho de que pueda generar este debate y dudas cuando se le plantea a personas con criterio sobre cuentos, educación y crianza y teniendo en cuenta que aquí tratamos de buscar ejemplos donde los libros sean respetuosos a todos los niveles, ya estaríamos dejándolo fuera de esta categoría de libro respetuoso. He querido incluirlo porque es el motivo por el que me planteé comezar esta sección, así que respetuoso o no, le debo esta idea que me ilusiona aunque me adelantara con otros. Esta fue la primera entrada que escribí sobre libros respetuosos pero me pareció más razonable empezar con alguno que sí lo fuera.
Si surgen otros debates estaré encantada de recogerlos, de eso trata esta sección, de generar debate, dudas, de reflexionar sobre libros de cuentos y de otro tipo, de compartir como siempre y de seguir aprendiendo juntas. Además, me encantaría que esta sección pudiera serviros para tomar decisiones cuando tengáis que comprar un libro para vuestra casa o para regalar, ojalá logre conseguirlo.
¿Conoces el cuento del Pez Arco Iris? ¿Consideras que es un libro respetuoso? Como siempre será un placer conocer tu opinión, ¿nos la cuentas?
Tomo nota, muchas gracias. Un abrazo.
Me ocurre lo mismo con este cuento, no lo veo. Hace unos días me ha llegado un cuento de un autor desconocido a través de una mamá del cole que me lo prestó por Kindle, y me ha gustado porque da un enfoque diferente, se llama La Eriza Brillante, por si le quieres echar un ojo.
Me pasa como a ti, no termino de verlo, la verdad. Y también me parece mucho más amable Elmer. Un abrazo Raquel.
A mi los amigos delnpe arcoíris me parecen un poco envidiositos… aunque el pez era un un sobrado los demás lo aceptan por el único hecho de que reciben de él lo que lo hace bonito, y permiten que se quede sin escamas… no sé… a mí no me gusta. Los amigos de Elmer si que molaban, que nunca les importó el color del elefante!