A la Señora Julia Otero, en relación con las argumentaciones realizadas en su programa “Julia en la Onda” del día 5 de febrero de 2015.
Tenía constancia de la publicación del dichoso libro escrito por el señor de la bata blanca (Víctimas de la Lactancia Materna) a quien no tengo ningún interés en nombrar y me había indignado hasta cierto punto, no podía creer como un profesional de la medicina con tantos años de experiencia podía redactar un documento que contradecía las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, sencillamente descabellado, por algún lado leí que era como si un neumólogo recomendaba fumar a sus pacientes. La verdad pensé que era una excentricidad de alguien que sencillamente había querido crear polémica, ya dicen por ahí que bien o mal el caso es que hablen de uno. Así que tras mostrar mi humilde opinión y dar a conocer el caso en mis redes sociales, lo dejé estar.
Pero hoy me he indignado de verdad al escuchar sus declaraciones al respecto, señora Otero, no he entendido qué necesidad tenía usted de meterse en esta guerra. Me cuesta entender por qué se ha tomado como algo tan personal esta cuestión. Puedo suponer qué tipo de cosas hay detrás pero no deja de sorprenderme viniendo de usted.
Le he escuchado decir que no se respeta a las mujeres que deciden no dar el pecho a sus hijos e hijas o a aquellas que deciden no alargarlo más allá de algunos meses, ¿está usted segura de que el número de mujeres que sufren esta presión de la que usted habla es tan significativo? Con los datos de mujeres que amamantan a sus bebés en España estaríamos hablando de una mayoría que no practica lactancia materna que vive presionada por un entorno minoritario que sí lo hace o considera que debe hacerse. No dudo que hay muchas mujeres que sufrirán algún tipo de presión pero, de verdad, ¿considera que estas sufren una presión mayor que aquellas que deciden alargar sus lactancias? Permítame que lo dude.
En mi caso estoy rodeada de madres que defienden la lactancia, basándose en su instinto y las directrices que marca la Organización Mundial de la Salud: seis meses de lactancia exclusiva y a partir de ahí, un año y medio más de lactancia complementada con otros alimentos, solo a partir de entonces, la lactancia se considera prolongada y se puede alargar tanto como madre e hijo decidan. En ninguno de los grupos de madres a los que pertenezco y son varios, he visto nunca que se criticara o menospreciara a una madre que decidiera no dar el pecho o que decidiendo sí hacerlo no pudiera finalmente establecer la lactancia materna. Al contrario, todo lo que he visto ha sido respeto y apoyo. Y el malestar que podemos manifestar muchas de nosotras, se relaciona con que no se respeta nuestra decisión de prolongar la lactancia ni por parte de nuestras familias ni por parte del personal sanitario ni por parte de la sociedad en que vivimos. Seguramente no se tomará la molestia de leer esto que escribo, pero en caso de que lo hiciera, puedo imaginar que en este punto estaría horrorizada de leer que un niño o una niña de dos años pueda tomar el pecho, por el tono de voz que ha empleado cuando se refería a esta cuestión es más que probable, pero, ¿no pensará usted que yo soy peor madre que aquellas que decidieron dar biberón, verdad?
Por otro lado, creo que esto es lo que me ha indignado especialmente, le he oído hablar a usted de la libertad de las mujeres relacionándola con la lactancia materna o más bien con el abandono de ésta y también la libertad de la mujer relacionada con la incorporación al trabajo. No dudo que está defendiendo la libertad de algunas mujeres pero desde luego no la mía y entiendo que cuando hablaba de mujeres nos incluía a todas, pero el caso es que ha hecho comentarios que faltan al respeto a muchas madres que libremente estamos haciendo lo que consideramos mejor para nuestros hijos e hijas sin menospreciar lo que hagan otras en el mismo sentido. Señora Otero, no necesito que usted se presente como abanderada de la defensa de un supuesta libertad que yo no comparto, muchas gracias.
Me ha parecido que usted entiende que la libertad de las mujeres implica dejar la teta y entiendo que al hijo o hija en cuestión para incorporarse al trabajo. Y puedo entender que en su caso esto se hace en unas condiciones de calidad considerables. Comprendo que su situación le permite elegir cuidadosamente una persona que atienda las necesidades de sus hijos en caso de tenerlos, elegir unas muy buenas alternativas educativas y dejarlos en las mejores condiciones que los recursos económicos puedan garantizar, que conste que eso no es garantía al cien por cien de nada. Y una vez aseguradas esas condiciones, puede irse usted a un trabajo que le permite desarrollarse como mujer y como persona y que además está considerablemente bien pagado, con lo cual todo apunta a que merece mucho la pena, si además usted considera que le aporta libertad, esta situación es perfecta. Si sumamos que si usted quiere, podría contratar personal que le libere de la carga de las tareas del hogar para que una vez terminada su jornada de trabajo pudiera dedicar todo el tiempo que usted desee al cuidado y la educación de sus hijos, puedo entender perfectamente su punto de vista, pero no deja de ser una situación personal.
En la sociedad en la que yo vivo, hay mujeres que vuelven a su trabajo tras la maternidad, contentas de tenerlo y deseosas de hacerlo. Otras no pueden volver porque la crisis las dejó en el paro, pero estarían deseando incorporarse porque esto las hace sentir realizadas. En estos casos, la libertad de las mujeres encaja con el concepto que usted definía en su programa. Pero resulta que otras no quieren volver a su puesto de trabajo, quieren criar a sus hijos e hijas porque sienten que no quieren dejar esta responsabilidad tan grande en manos de otras personas y resulta que tienen que incorporarse sacrificando con ello su libertad y sus deseos. Hay otras que dejan de criar a sus hijos e hijas para cuidar a los de otras personas por salarios irrisorios. También las hay que a fin de mes, tras descontar los gastos de guardería y de transporte, trabajan para ganar cien euros atentando contra su libertad porque no están haciendo lo que desean sino lo que otras personas han decidido que es lo que debe hacer una mujer para ser libre y desarrollarse como persona.
La libertad de las mujeres reside en que cada una, con información y formación adecuadas, pueda elegir hacer lo que le dé la gana. Como siempre, una vez más yo respeto su punto de vista, no quiere dar teta, quiere incorporarse al mercado laboral, quiere tener libertad, quiere desarrollarse como mujer además de como madre, está usted en su derecho, pero no dé por supuesto que eso es lo que todas las mujeres necesitamos porque se estaría equivocando.
En algún momento dijo algo así como que algunas estábamos locas por querer que destituyeran a este señor de su puesto de trabajo y por intentar que no se presente este libro. Locas sí, pero no más que un señor que escribe un ensayo basado en su propia experiencia, un doctor que confirma sus propios puntos de vista al margen de las investigaciones y los datos de los Organismos Internacionales y que hace dogma de fe de sus opiniones personales.
También habló de que había mujeres que tenían leche con grandes propiedades nutritivas y otras que no eran de tanta calidad, lo siento, señora Otero, no es así, las cosas no funcionan de esta manera, hay demasiada evidencia científica sobre este punto. Somos mamíferas, queramos o no, encaje esto con la idea de mujer ideal de nuestra sociedad postmoderna o no, la naturaleza que es muy sabia nos dotó de una leche que es perfecta para amamantar a nuestros bebés. Las situaciones de hipogalactia de las que habla el dichoso libro suponen un porcentaje mínimo en relación a las mujeres que pueden alimentar perfectamente a sus hijos e hijas. Yo había pensado buscar los datos científicos, documentar esta crítica con las investigaciones que desmienten algunas de las informaciones que se recogen en el libro y que ha manejado usted hoy en su programa para ir desmontándolas punto por punto, pero luego pensé que eso iba a llevarme demasiado tiempo y yo no tenía ninguna responsabilidad de ningún tipo para tener que hacerlo, entiendo que usted sí, así que decidí hacer lo mismo que hizo en su programa de hoy, Señora Otero, hablar desde mi opinión y desde el corazón, defendiendo el punto de vista de las mujeres que confían en su instinto y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, que de esto saben más que usted y que yo y a la vista de los hechos que usted defiende, también del señor de la bata blanca que escribió el libro, tal y como confirman sus propios compañeros de trabajo.
Como decía antes, sencillamente, no entiendo qué necesidad tenía usted de entrar en esta guerra con este punto de partida. Un bebé puede criarse con leche materna o de fórmula, con purés o sin ellos, pero no creo que tenga que decidirlo ni un pediatra ni una periodista ni un hombre ni una mujer a título individual, es una decisión de las familias y los profesionales tienen la obligación de dar información con rigor para que estas puedan elegir que es lo que ellas consideran más apropiado para sus hijos e hijas. Cuando uno entra en controversia con esta libertad de elegir es lógico que se encuentre con críticas a sus argumentaciones.
Soraya Sánchez
EDITADO 15 DE FEBRERO DE 2015
Para completar la información de la que hablo en este blog y contestar de alguna manera a las madres que me dicen que el autor no contradice las indicaciones de los organismos oficiales, incluyo dos enlaces a estos organismos donde muestran su disconformidad con lo que ha publicado este señor en su libro. Por supuesto, la OMS no creo que se manifieste, estará preocupada de temas más importantes. Los enlaces provienen de dos entidades muy relevantes, podeís acceder a la información pinchando sobre ellas.
– AEP. Asociación Española de Pediatría.
– IHAN, UNICEF. Iniciativa para la humanización del nacimiento y la lactancia.
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Hola Susana, agradezco tu comentario dando tu opinión, es verdad que no he leído el libro, mis comentarios hacen referencia a su contraportada y mi crítica a Julia Otero hace referencia sobre todo a la versión que ofrece de la libertad de las mujeres. NO entiendo bien eso de «hay que leer y luego opinar», yo creo que no necesito leer el libro para decir lo que he dicho. Sobre lo que me dices que te pasó, siento mucho que así fueran las cosas por tí y por tu niño que no tenía por qué pasar por aquello nada más nacer. Yo soy de las que sufrió todo tipo de comentarios terribles porque quería dar teta a mi hija teniendo problemas con la lactancia y todavía hoy tengo que aguantar miraditas y comentarios desafortunados por prolongar mi lactancia, víctimas hay en las dos partes. A las madres habría que asesorarlas y una vez informadas adecuadamente, dejar que elijan y apoyar su decisión, como entiendo que con esto estamos de acuerdo, no veo que haya mucho más problema. Ahora mismo voy a editar el post para incluir lo que han dicho la AEP e IHAN para demostrar su desacuerdo con el libro, que de esto seguro que saben más que nosotras que solemos hablar de nuestra experiencia y de la de las madres que tenemos cerca. Entiendo que ellos sí que habrán leído el libro o quizá no, porque como hice yo, hacen referencia a las informaciones de la contraportada. Totalmente de acuerdo contigo en «si no puedes o no quieres se respeta y punto». Y añado, «si quieres (con dificultades) y puedes (sin ellas) se te apoya y no se te anima a dejar la lactancia a los cuatro meses para dar a tu hijo e hija leche de vaca», por ahí va mi crítica. Un abrazo Susana, gracias por leerme y por escribirme. Me encantará seguir recibiendo tus opiniones.
Pues mira. Primeio hay que leerse el libro y luego opinar. Este señor solo da su opinión y no esta el contra de la lm ni mucho menos. Dice algo muy real que yo vivi. La presión que viven muchas madres para dar el pecho y sentirse malas madres por no poder. Sí no puedes o no quiers se respeta y punto. A mi me negaron biberones por que tenía que darle teta sí o sí y mi hijo caso se queda pajarito en el hospital. Fue darle biberon y mi hijo fue otro. Y aún así le di teta hasta los diez meses pero sin obsesión. Y sí no podía se le daba bibe y punto. Escuche el programa de Julia y estoy muy de acuerdo. Es exagerado lo que piden para este hombre, destituirlo?? En fin. Y no va el contra la OMS, da un punto de vista diferente. Además recomienda la lactancia exclusiva los primeros meses de vida y dice bien claro que es lo mejor para el bebe, incluso que la la aún no esta no de lejos a los niveles de la lm. Es así. Y hay que leer y luego opinar objetivamente.
Estoy de acuerdo contigo en todo lo que dices. Aunque yo soy partidaria de respetarnos unas a otras, defiendo un modelo y no creo que este planteamiento sea tan descabellado, es simplemente más natural y ya somos muchas las que optamos por opciones en esta línea que son planteamientos muy antiguos. El otro día me contaron que una enfermera había dicho que el furor por la lactancia, el porteo y el colecho eran modas, se ve que las mujeres de las cavernas eran muy modernas. Un abrazo y muchas gracias por tus opiniones y experiencias, es un placer recibirlas.
Soraya, tú conoces muy bien mi historia de lactancia con mis dos hijos. Y cómo duele cuando juzgan la forma en que cada madre decide cómo criar a su hijo. Las evidencias científicas de la mejor alimentación para el lactante están ahí. Cuestionar a la OMS o a la AEP o a UNICEF ya dice mucho del profesional que ha escrito este libro, sin argumentaciones científicas. No puedo opinar mucho más puesto que no he leído el libro ni tampoco he escuchado a Julia Otero, pero la verdadera libertad de expresión y el respeto radica en el interior de cada uno y en la empatía que podamos tener para con el otro, sea en temas de la alimentación de tu hijo, en su educación, en su crianza, etc.
La libertad de la mujer creo que no es el feminismo malentendido que nos han vendido que no deja de ser una víctima más de un sistema patriarcal. La libertad es elegir, poder equivocarte, crecer juntos la madre y el bebé, con instinto, con AMOR. Tendemos a juzgar todo lo que una madre decide hacer en el contexto de su familia y en su vida. De ese modo siempre acabamos esclavizando el espíritu femenino, sea el que cada mujer sienta que debe ser. Pero no olvidemos que somos MAMÍFEROS, no se puede ir contra la naturaleza, por mucho que el ser humano de nuestra era se empeñe. Estamos ante un cambio social y sociológico importantes. La maternidad y la paternidad no son ajenos a esos cambios.
Gracias por tu blog Soraya. Muchos besos
Gracias a ti por leerme, al final lo que nos queda es saber que muchas vamos en la misma línea y no estamos solas ante «esto», no sé ni como llamarlo.
Muchas gracias Elena, ojalá, aunque seguro que él tendrá más audiencia que yo, tal como se van sucediéndose las cosas… A mí me basta con saber que no estoy sola.
Pues eso pienso yo, me sorprende que una mujer como ella reaccione de esta manera, en su audiencia habrá todo tipo de realidades, no es la opción más inteligente y yo considero que es una mujer inteligente.
Bravo Soraya. Se me amontonan las palabras con este tipo de situaciones y tu te expresas fenomenal. Creo que algunas veces se pierde el norte en el de la de la lucha por las libertades. La LIBERTAD lo engloba TODO, la del biberón, la del pecho, la que trabaja en la oficina, la que decide quedarse en casa cuidando a los hijos….
Sabias palabras. Hablas con mucha corrección, respeto y amor. Te mereces que te lean mucho más que al dichoso pediatra.
Si, fue todo muy feo, la verdad. Me sorprendió mucho que trataran así el tema y acabé indignada, la verdad.
Así lo sentí yo, tampoco es que fuera una fan incondicional pero me parecía una persona razonable, algo le pasa con este tema.
Totalmente de acuerdo.
¡Gracias!
Vaya tela… No doy crédito. Julia Otero tenía todo mi reconocimiento como periodista. Ahora lo ha perdido en parte.
Como madre que ha decidido dar de mamar a sus dos pequeños y periodista, al escuchar ayer el podcast del programa «Julia en la onda» me indigné mucho de cómo habían tratado el tema. Totalmente de acuerdo contigo. Además de interpretar erróneamente la libertad de las mujeres, sólo dieron voz a una parte y me faltó que abriera micrófonos a testimonios de mujeres madres.