Aún sigo en el pueblo de vacaciones aunque ya vuelvo y por eso este mes ha sido más tranquilo en cuanto a publicaciones, aquí no hemos parado y no he tenido mucho tiempo para escribir, aún así intenté al menos hacer una publicación semanal, sigo teniendo muchas cosas que contar y no quiero que me olvidéis, ¿no lo haréis, no?
Antes de venirme aquí, asistí a una reunión en Madrid de la Liga de la Leche, no de mi grupo, una de las que se hacen de vez en cuando para unir a mamás (y papás) de todos los grupos. Los temas a tratar eran dos, por un lado, la lactancia en tándem y por otro la recarga de pilas para mamás que decidimos continuar con nuestras lactancias más allá de lo mayoritario no siendo siempre apoyado. Digo «lo mayoritario», porque como nosotras llevamos veinte meses y no se considera lactancia prolongada hasta los dos años del bebé, no sé como decirlo.
Sobre la lactancia en tándem para las que no sepáis que es, deciros que se refiere a las mamás que dan el pecho a más de un niño o niña, bien porque tienen mellizos o gemelos o bien porque dan el pecho a dos hermanos o hermanas de diferente edad en el mismo período de tiempo.
Yo fui para ver a mis comadres de mi grupo y sus peques y para recargar pilas porque pensé que me iban a hacer falta en el pueblo, aunque os diré que las únicas opiniones que he recibido han sido para bien y que no me he sentido en ningún momento incómoda, más bien todo lo contrario. También es verdad que ya no estoy tan a la defensiva y que si he oído en algún momento, «tan mayor y todavía con teta» además de que ha sido en buen tono, no me ha preocupado lo más mínimo y a Pequeñita tampoco que ha seguido mamando tan ricamente.
A lo que iba, que me enrollo. Entre otros muchos temas interesantes que allí se pudieron tratar, salió uno que me parece especialmente importante por lo que supone y es del que os quiero hablar, la lactancia es cosa de dos y no todo vale.
Bebés que mientras maman de un pecho acarician el otro
Creo recordar que todo empezó porque una mamá contaba que su niño mientras mamaba de un pecho tenía la costumbre de acariciar el otro y así varias mamás empezaron a contar que a ellas también les pasaba, a unas les molestaba que lo hicieran porque les hacía sentirse incómodas, a otras les daba igual y a otras les gustaba. Creo que esto es algo habitual en los bebés y cumple una función biológica que es estimular la producción de leche a través del contacto del bebé.
Estuvimos comentando lo importante qué era evitar aquellas cosas que incomodan a la mamá o al bebé porque como ya sabemos la lactancia es cosa de dos. Si a una mamá le incomoda que su bebé le acaricie un pecho por el motivo que sea, debe hacérselo saber porque la idea es que ambos se sientan bien y disfruten de esos momentos. En este caso, si con ternura le retiramos la mano al bebé cada vez que lo haga o cubrimos el otro pecho para que no pueda acceder a él, terminará comprendiendo que mamá no quiere que lo haga. Esto lejos de generar un problema en el bebé supone un gran aprendizaje que luego trataré de explicar.
Mamás que dan el pecho a niños o niñas mayores y hay situaciones o lugares en que no se sienten cómodas para hacerlo.
Otras mamás con niños y niñas mayores comentaban que hay momentos o lugares en los que no se sienten cómodas para dar el pecho o no les apetece por el motivo que sea, quizá porque hay personas que no les agradan o porque se sienten violentas por la situación. Estoy pensando por ejemplo en este año 2014, año en que hemos asistido a varios funerales y Pequeñita ha ido conmigo y ha terminado mamando en todas las misas. La verdad es que la llevaba en la mochila y era invierno, de esta manera era muy fácil y nadie sabía que estaba mamando, pero puedo comprender que dependiendo de las circunstancias a alguna mamá le resultase violento dar el pecho en las primeras filas de una misa de funeral, por ejemplo.
Con niños o niñas pequeños es difícil controlar esto, si están acostumbrados a tomar el pecho a demanda, negociar es muy difícil, si están cansados o tienen hambre o se sienten mal por el motivo que sea, no van a entender una negativa. Pero la situación que se comentaba allí era en el caso de niños y niñas mayores con los que no solamente se puede negociar sino que se debe hacer para que adquieran poco a poco esta habilidad o capacidad, según se mire.
Se me ocurre otra situación, si nos encontramos en un lugar en el que sabemos que cuando vean que damos el pecho a un niño o una niña mayor, por ejemplo, eso va a suponer toda una serie de comentarios desagradables dirigidos en ocasiones al propio niñ@ y no tenemos ninguna gana en ese momento de debatir, enfadarnos o vivir aquella situación, que una no siempre se encuentra con las mismas ganas de batallar, puede tener sentido negociar que se haga un poco más tarde cuando hayamos salido de ese contexto.
Negociar con nuestros hijos e hijas es deseable en cualquier situación y más si hablamos de relaciones tan íntimas como es la lactancia.
Antes decía que trataría de explicar el gran aprendizaje que puede suponer comunicarle a nuestro bebé o a nuestros hij@s más mayores aquellas cosas que, en la relación que supone la lactancia, no nos gustan. En las relaciones personales y más si son de un grado de intimidad o de contacto intenso como ocurre en este cas0, las personas con las que nos vayamos encontrando a lo largo de nuestra vida no van a estar dispuestas a relacionarse con nosotras (personas) aceptando todo lo que nos apetezca en cada momento.
Habrá momentos en que nuestra pareja querrá que la acariciemos y momentos en que no le apetecerá, momentos en que nuestra madre querrá un abrazo o no lo quiera porque esté enfadada, personas que nos darán dos besos al saludarnos y otras que preferirán darnos la mano y un largo etcétera con todas las situaciones que se os ocurran.
En las relaciones con las demás personas no todo vale, el contacto implica pedir permiso, implícita o explícitamente, con una mirada, un gesto, un tiempo de observación… Aprender desde el principio de nuestras vidas en la relación con los otros que a las demás personas habrá cosas que les agradarán y otras que les desagradarán en nuestros intercambios es un gran aprendizaje. Y no sé qué opinareis, pero yo creo que la situación es más que perfecta si se aprende desde el nacimiento y con la ternura que una madre puede mostrarnos como maestra y a través de la lactancia que supone el principio de tantos y tantos aprendizajes.
Con todo esto quiero animaros a que negociéis con vuestros bebés aquellas cosas que no os agradan en vuestra relación, en la lactancia y en cualquier otra situación porque con ello estaréis ofreciendo la posibilidad de adquirir aspectos muy valiosos de las relaciones interpersonales que contribuirán a que vuestros hijos y vuestras hijas sean más humanos, más respetuos@s con otras personas y esto en definitiva, mejorará las relaciones que ell@s tengan y contribuirá a que se acompañen de personas valiosas, interesantes y que respeten también sus deseos porque habrán aprendido que esto es importante.
Para ello hay que valorar cuándo y de qué manera podemos comenzar a negociar si hablamos de lactancia. Recuerdo a una buena amiga un día que quedamos, llevaba una tirita muy grande en el brazo, me asusté al verla y le pregunté que le había pasado. Al parecer, su niña había cogido días atrás la costumbre de arañarle en esa zona una y otra vez y como no había forma de evitarlo, se había cubierto con una tirita para evitar que le hiciera una herida mayor. Esta niña tenía seis meses, es muy difícil negociar con una niña de esa edad, seguro que ahí era demasiado pronto, la tirita protege la integridad de la madre mientras esta trata por otros medios de quitarle la costumbre. A esto me refiero con valorar si es demasiado pronto para conseguir resultados, para empezar seguro que no es pronto, pero tened paciencia porque no es una cuestión de hoy para mañana. Además ya adelanto por si os pasa, que a veces consigues que mientras maman de un pecho no toquen el otro y terminan metiéndonos el dedo en el ombligo o vete tú a saber qué cosa.
Al margen de la lactancia, me parece importante comunicar a nuestros hijos e hijas, una y otra vez, lo que no nos gusta igual que debemos comentarles lo que sí que nos agrada con respeto y paciencia para que una vez tengan capacidad para comprenderlo comiencen a respetarnos y esto sirva de aprendizaje para respetar a otras personas.
¿Tratas de negociar aquellas cosas que no te incomodan en la lactancia o en otras situaciones con tus hijos e hijas? ¿Te parece razonable que estas primeras negociaciones pueden generar aprendizajes interesantes en los bebés? ¿Hay alguna «manía» que tenga tu hija o tu hijo y quieras compartir con nosotr@s?
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Al final en unas semanas comprenden lo que no nos gusta si somos constantes. Me alegro Marta. Un abrazo.
Me he reconocido en la imagen de la tirita en el brazo porque Irene me arañaba.A los seis meses empezó a acariciarme el brazo derecho mientras mamaba pero en el izquierdo me arañaba.La quitaba cada vez pero en tres tomas tenía el brazo hecho polvo porque las uñas de un bebé son agujas, así que opté por taparlo aunque seguía retirándole la mano y quejándome.
Ahora con 8 meses ya no lo hace y sigo haciéndole saber lo que no me gusta, creo que no podemos pasar por alto lo que nos molesta porque experimentan y deben saber lo que gusta y lo que hace daño.
Muchas mamás comentáis que con el segundo es todo más fácil. La experiencia es la madre de la ciencia y entiendo que se pueden corregir muchos de los errores que se cometieron con el primero, cada una desde su enfoque de crianza. Los bebés necesitan contacto, afecto… Porque eso les da seguridad y les permite desarrollarse sin estrés. Si es una necesidad de contacto como dice la enfermera, habrá que satisfacerla entiendo yo, bien poco es lo que nos piden los bebés, alimento y afecto. En cuanto a que con seis meses ya debería aguantar toda la noche, me gustaría hacer una encuesta, a ver cuántas han vivido eso, ains. Un abrazo, Ana.
A mí me pasó lo mismo. Cuando eres primeriza todo el mundo te da consejos. Como que se va a acostumbrar a los brazos…., a dormir contigo…, estar al pecho… y luego vaya a ser un gran problema (llegará el «apocalipsis» je, je, je)
Mientras, nosotras llenas de inseguridades e inexperiencia hacemos lo que el instinto nos pide pero muchas veces con un grado de desconfianza…. «¿Y si tiene razón? Por algo lo dirá…»
Yo no he practicado colecho habitual. No dormía tranquila y encima acababa con dolor de espalda. Mi segundo hijo se despierta por las noches y le pongo al pecho, en cuanto termina forcejea para que le suelte y le deje otra vez en su cuna. Una enfermera de pediatría me comentó que con seis meses ya debería aguantar toda la noche, que lo hará por necesidad de contacto. A mí me da igual por qué lo hace pero no pienso quitárselo.
Lo que quiero decir con todo esto es que con el segundo haces las cosas con otra seguridad y que la gente opina pero que quien más conoce a nuestros hij@s somos nosotras mismas.
Y en cuanto a este post en concreto, totalmente de acuerdo. Hay que empezar a hablar con ellos y explicarles desde el principio. Son personas pequeñas, pero aprenden y entenderán lo que se les dice. Eso sí, difícilmente lo pueden entender si no se les dice.
Muchas gracias por el consejo, lo haré.
Además el mensaje es en positivo y no en negativo como indicas en tu otro post del NO, me encanta!!!
Besitos
Los primeros meses fueron horribles, como a vosotros, todo el mundo nos decía que estábamos haciendo todo mal y yo no hacía ni caso y a veces, cuando estaba saturada, contestaba mal. No sé si será el caso pero como estábamos más tensos en el pueblo la niña estaba peor allí que en nuestra casa, con lo cual, más críticas. Ahora ha pasado el tiempo, se han acostumbrado, ven que la niña está bien y nos respetan. Yo no pensé que sería así. Aún escucho algún comentario como decía, pero son los menos y ya no me afectan como al principio. A vosotros os pasa lo mismo que a nosotros, tener a los abuelos de las dos partes tan cerca está muy bien porque todos ven a la niña cada vez que váis pero es muy estresante estar de aquí para allá y los bebés lo notan. No sé a qué te refieres con que no está siendo tan fácil, si quieres comentarme algo en concreto por aquí o en un mail, a lo mejor puedo ayudaros. En cualquier caso os digan lo que os digan, sabed que cada vez somos más los que pensamos que estáis haciendo lo mejor para vuestra hija. Un abrazo.
Hola Surilari:
Te recomiendo que con suavidad le retires la mano una y otra vez y le digas que así hace daño a mamá. Seguro que lo hace inconscientemente y vuelve pero insiste y ten paciencia. Pequeñita también me pellizcaba y con esas uñas que son como agujitas que duele un montón. Ahora que tiene casi 21 meses cuando hace algo que me molesta o me duele, se lo digo y enseguida retira la mano. Le digo: «haces daño a mamá». Los bebés experimentan con el cuerpo de mamá mientras maman es inevitable y es muy positivo pero como decía en el post hay que evitar aquello que nos molesta. Si la situación es muy complicada y siempre te pellizca en el mismo sitio, cúbrete con algo esa parte, un pañuelo, una toalla… Pero mientras dile que no te gusta.
Un abrazo
Hola Soraya.
Me gusta mucho leer tus artículos y los comentarios, cada día aprendo más cosas. Por favor, sigue haciéndolo.
Nosotros en el pueblo, no hemos tenido tanta suerte. Hemos escuchado muchos «consejos», que es bueno que la niña llore, que salga con los amigos y deje un poco a la niña, que la estamos malcriando por tenerla en brazos, que se queda con hambre y por eso llora, que la demos biberón, que la pongamos el chupete,…. y las cosas que pensarán y no dicen. Lo mismo tienes razón y estábamos a la defensiva. Lo cierto es que pensábamos que criar a Paula, desde el primer día, sin chupete, porteándola, con pecho a la demanda y el colecho, sería algo mágico y la niña no lloraría nada, pero no está siendo así, estamos mejor que hace un mes, pero no está siendo un camino de rosas y la gente, con mejor o peor intención, nos da sus consejos.
Respecto a las manías de Paula cuando mama, es cierto que por la noche suele coger el otro pecho, y cuando agarrar el pezón juega con el, nosotros nos reímos, pero es cierto que algunas veces la pellizca. Tiene 4 meses y medio y no nos preocupa porque no controla sus manitas, pero es posible que más adelante tengamos que aplicar tus consejos de negociación. De todas formas, me parece muy interesante enseñarla a respetar con este método.
Un saludo
Quise haber ido a esa reunión especial de la liga pero me surgió un viaje y no pude, que rabia! debió estar muy interesante 😉
Desde hace unos dias a mi bb de un año le ha dado por pellizcarme mientras mama o la cojo en la mochila y me hace un daño… Yo la quito la mano pero ella vuelve, como podría quitarla esa costumbre? Algún consejo?
Chao