En cuanto a los Reyes Magos y Papá Noel, muchas son las cosas que me rondan por la cabeza, hoy quiero hablaros de una en especial.
Lo que más me molesta de lo que conllevan estas celebraciones es lo de ser obediente y portarse bien. Lo cantan en canciones del cole, lo corean personas de la familia, allegadas, desconocidas… Es algo que tenemos tan interiorizado… Tuve una conversación sobre este tema con alguien que creo que terminó pensando, «otra locura más de esta mujer». Cuando le explicaba que no quería que mi hija fuera obediente, se le salían los ojos de las órbitas:
– ¿Pero, cómo? ¿No quieres que te obedezca?
– No. Quiero que haga las cosas que yo le propongo porque entienda que son lo correcto no porque yo lo diga y habrá algunas cosas que no podré permitirle bajo ningún concepto, me obedezca o no, que serán aquellas que atenten contra su salud y su seguridad.
– Pero, tiene que entender que en la vida hay unas normas y no se puede hacer siempre lo que te dé la gana.
– Siempre que no molestes a nadie, se debería poder hacer lo que te dé la gana y no me gustaría que ahora me obedezca a mí, después a un jefe o jefa indeseable y a lo mejor después, a su pareja. No quiero una hija obediente.
Y portarse bien, ¿qué es? En el cole, entre otras cosas, significa no levantarse de la silla hasta que la maestra lo diga, incluso aunque esté su madre al otro lado de la puerta de cristal y se muera por abrazarla y marcharse con ella. Me da mucha pena ver como mi hija espera que la den permiso para acercarse hacia mí. Significa pedir permiso para todo. Desde que va al colegio, hay veces en que me pregunta hasta si puede beber agua, es un poco frustrante.
Ella está feliz en el colegio, pero está normalizando que hay que pedir permiso para cosas que yo preferiría que pudiera hacer sin pedirlo, beber agua, ir al baño, al menos con tres años y en el aula de Infantil, donde creo que no interrumpe ninguna explicación de concepto fundamental para su desarrollo, el de sus compañeros o compañeras ni nada por el estilo. Pide permiso para abrir un regalo que le han hecho, para que os hagáis una idea, a veces con palabras y otras veces con la mirada buscando aprobación.
La verdad es que es un tanto extraño que pida permiso para cosas donde sabe que le vamos a decir que sí, porque cuando no quiere hacer algo no lo hace y punto, ahí no pide permiso. Creo que aprenden a complacer a las maestras, a cumplir normas que muchas veces son vacías, puros formalismos y eso que me consta que en el aula de mi hija las normas se plantean con bastante respeto. Os he incluido una foto para que podáis comprobar que es así y también para que mis alumnas del Ciclo de Infantil entiendan que no pueden ser normas para los niños y niñas de 0 a 3 años, cosas como: levantar la mano siempre antes de hablar, perdonar a los amigos, no levantarnos sin pedir permiso… Los objetivos para los niños y niñas de estas edades van contra algunas de estas normas y algunas de éstas atentan contra la naturaleza de ellos y ellas. ¿Qué tipo de niño sería uno de dos años que siempre levanta la mano antes de hablar? Eso se le puede pedir a un robot pero no a un niño de dos años, la idea ahí sería tratar de que hable mucho, todo lo que sea posible, ya veremos después como lo gestionamos cuando hablen todos a la vez. Muchos niños y niñas de esta edad aún no hablan, el objetivo es estimular el lenguaje, ¿a alguien se le ha ocurrido pensar que pidiendo que levanten la mano siempre antes de hablar se está estimulando el lenguaje?
Para que os hagáis una idea porque sé que la foto no se ve muy bien os cuento algunas de las cosas que se recogen en la misma. El título es: ¿qué puedo hacer en mi clase para que todos estemos bien? Por sí mismo, ya es más amable que aquello de «Normas de la clase». Y después aparecen cosas como: cuídate, ayuda a los demás, no discutas, da las gracias, no abuses, sonríe, no pegues, respeta el turno, etc. Cada una de ellas podría dar para un post, personalmente no estoy del todo de acuerdo con algunas de ellas, pero así a grandes rasgos, me gustan más que muchas de las normas que se plantean para las aulas de Infantil en el período de 0 a 6 años.
Retomo, portarse bien o mal es algo totalmente subjetivo que depende de quien hace la valoración y que conlleva muchas veces situaciones sin sentido que dan respuesta a necesidades de la persona que emite el juicio y no de la que se porta de una manera o de otra, por tanto es muy difícil educar a alguien adecuadamente con criterios tan inestables, me atrevo a decir que es contraproducente.
¿Y qué ocurrirá cuando se planteen normas injustas o inapropiadas como las que decía antes si a los niños y las niñas se les ha enseñado que tienen que cumplirlas y punto? Me gustaría que mi hija cumpliera las normas porque entendiera que son buenas para la convivencia y que siempre se comportara respetando a los compañeros y compañeras, se encuentre donde se encuentre, también que lograra ser siempre respetada aunque las normas promoviesen lo contrario, que a veces ocurre. Pero que sea obediente, no es uno de mis objetivos, al contrario, me aterra.
Así que cada vez que escucho, «te has debido portar muy bien» o «has debido ser una niña muy obediente» porque le ha traído regalos (que ella no ha pedido) Papá Noel, me estremezco. Porque no es verdad y me encantaría poder decir, en realidad Papá Noel le ha traído regalos porque tú tenías ganas de regalarle esto y lo habrías hecho aunque se hubiera portado fatal porque es una necesidad tuya y no de la niña, pero por supuesto me sale la niña obediente que hay dentro de mí, aquella que aprendió a portarse bien desde pequeña cumpliendo las normas del cole y de casa y me callo la boca. Pero solo un rato y porque no puedo estar siempre peleándome con todo el mundo.
Mi objetivo será que mi hija sea rebelde con aquello con lo que no esté de acuerdo, respetuosa con el resto pero rebelde, educada y muy inteligente para encontrar la mejor solución para luchar contra aquello que no le guste logrando el máximo beneficio pero siendo más rebelde que obediente, porque creo que así será más fácil que sea feliz y ese sí que es el máximo objetivo que tengo para mi hija. Y por supuesto entendiendo que mis objetivos pueden cumplirse o no, que no tengo la razón absoluta y que, finalmente, será mi hija la que irá tomando sus decisiones, me gusten o no.
¿Quieres que tus hijos o tus hijas sean obedientes? ¿Cómo ves este tema? ¿Le ves ventajas a que los niños y las niñas sean obedientes? ¿Las compartes con nosotras? Me encantará saber qué piensas aunque no estés de acuerdo con lo que yo propongo.
NOTA: Las fotos empleadas en este post pertenecen a una obra de teatro realizada como trabajo del módulo Expresión y comunicación del IES Villablanca de las alumnas de segundo curso del Ciclo de Técnico Superior de Educación Infantil del curso 2015/16.
Pues eso, tú lo has explicado divinamente. Un abrazo y gracias a ti por leerlo y compartir tu reflexión.
Gracias Soraya por este post. Yo tampoco quiero que mi hija sea obediente sin más, sin cuestionarse sus necesidades y sin cuestionar las normas establecidas…si hubiera más niños y niñas desobedientes pero respetuosos/as, el mundo sería diferente, seríamos personas más espontáneas y creativas. Habría menos abuso de poder y más libertad de elección, en definitiva seríamos más felices
Afortunadamente cada vez somos más las personas que estamos en esta línea. Un abrazo Raquel.
Hola Soraya, estoy totalmente de acuerdo contigo. Creo que tienen que aprender a respetar, a tener libertad de critica y decisión siempre desde el respeto y no desde la obediencia. Contando con que en cada momento habrá cosas que no pueden comprender y tienen que fiarse de las personas que se lo dice.
Hay actitudes que no se deben cortar en determinadas edades, y ser activo y hablador es lo que debería fomentarse en sus primeros años.