¿Por qué los niños y las niñas dicen no, no y no?

Creo que la primera vez que le escuché decirlo fue cuando traje el muñeco con el que grabé el vídeo de ejercicios de estimulación para bebés. A ella le encantó, se pasó todo el fin de semana hablando con él, cuidándole y dándole besos. Mientras le hablaba, en varias ocasiones le decía con voz un poco chillona: «¡no, no, no, no!«, así como recriminándole, seguro que sabéis cuál es el tono, es ese de «esto no se hace».

¿Por qué los niños dicen no?El caso es que me dio mucha pena. Pequeñita estaba imitándome, en muchas ocasiones yo le he dicho a ella «no, no, no«. A pesar de que soy consciente de que no quiero hacerlo. Aunque se lo digo menos veces de las que se lo diría si me dejara llevar porque trato de controlarlo. Incluso intentando usar los positivos para que no todo sea no, valga la redundancia, se me escapan muchos más de los deseados.

Cuando los niños y las niñas dicen no, se habla de la etapa del no, es porque como todo, lo han oído en alguna parte. No creo que vengan programados para tener una etapa en la que dicen continuamente no como están programados para otras cosas, sobre todo porque en cada idioma se dirá de una manera y las cosas que tienen que ver con el lenguaje se relacionan con la cultura y con el aprendizaje social.

En resumidas cuentas, si los niños y las niñas tienen una etapa del no es porque la tienen las personas adultas que les rodean. Si empleásemos más el sí o frases positivas en función de la situación tendrían la etapa del sí o cualquier otra etapa. Se trataría de decir, por ejemplo, en lugar de «la comida no se tira al suelo«, «al suelo no«; decir «la comida se pone en la mesa«, «en la mesa«.

Como ocurre con otras cosas, seguramente si decimos «no, no y no» a los niños, incluso sin querer hacerlo, estoy segura de que es porque en algún momento de nuestro desarrollo, por no decir a lo largo de todo él, nos han dicho no más veces de las necesarias y ha quedado ahí grabado a fuego. Y seguramente, si no intentamos cambiar esta inercia, nuestros hijos repetirán en el futuro todos esos noes a otras niñas y niños pequeños (hijas, alumnos, vecinas…) en el futuro y así sucesivamente.

Ya sé que seguramente no vayamos a crear un trauma de consecuencias terribles para nuestros pequeños y nuestras pequeñas, pero educar en el no, no parece que sea la mejor opción. Sobre todo porque cuando decimos no, no les contamos cuál es la opción u opciones más adecuadas por tanto hay un aprendizaje muy pequeño por no decir que casi no hay aprendizaje. Los niños y niñas no tienen la capacidad de comprensión que les atribuimos, ya hablaremos más adelante de la Teoría de la Mente. Cuando decimos no en frases como «no se pinta en la pared«, aprenden que no se pinta en esa pared pero no les estamos diciendo que en la de enfrente no se puede, o que no se puede en la pared de la cocina, o en la de la casa de la abuela… Y normalmente nos encontramos con que no pintan en la primera pared pero sí en las siguientes. Cuando el mensaje es «se pinta en el papel«, «se pinta en la pizarra«… ahí estamos favoreciendo un aprendizaje más adaptativo, bueno, yo me atrevería a decir que en el segundo caso hay un aprendizaje, en el primero está por demostrar.

Te animo a que reflexiones sobre las consecuencias de tantos noes y trates, al menos, de evitar algunos, sustituyéndolos por frases que aporten un aprendizaje que pueda servirle a los niños y niñas para adaptarse a la realidad en la que viven. Por supuesto, intenta no limitar su creatividad, no se trata de que las personas adultas decidamos absolutamente todo, alguna decisión tendrán que tomar ellos y ellas también, tomar decisiones es una habilidad fundamental para la vida adulta, si no lo fomentas desde el inicio, no va a aparecer de repente por arte de magia. Yo opino que salvo que afecte a su integridad o su salud, pueden decidir casi todas las cosas. Por integridad, entiendo cosas como no dejarles un cuchillo o que vayan a la pata coja por un precipicio y por salud, entiendo cosas como que no merienden gominolas o vayan en tirantes en invierno.

Si tratando de decir pocos noes se dicen muchos, imagina si dejas que salgan todos los que tu inconsciente tiene ahí preparados. ¿Por qué no intentar romper ese círculo que empezó con los noes de una persona adulta que le dijo a tu abuela que después le dijo a tu madre que después te dijo a tí y que ahora tú reproduces con tus hijos e hijas o con tu alumnado? Te animo a probarlo.

¿Le dices no, no y no a tus hijos, hijas o alumnado? ¿Crees que es importante decir menos veces la palabra no? ¿Se te ocurren alternativas que puedan servirnos para cambiar esta inercia? Sería genial que lo compartieras con nosotras.

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4 comentarios en “¿Por qué los niños y las niñas dicen no, no y no?

  1. Claro que hay que que decirles aquellas cosas que son más deseables, no quiero decir las cosas que no están bien porque eso es muy relativo, pero hay unas normas en nuestra sociedad que aunque algunas sean un poco tontas, le van a facilitar relacionarse y adaptarse a su entorno. Si no se las decimos, no pueden adivinarlas. Pero hay muchas formas de decir las cosas. Ahora bien, lo que dices, es muy difícil porque el no sale instintivamente. Si conseguimos quitar algunos al menos…

  2. Hola soraya
    El otro dia en el clase del caf también lo hablamos. Lo deciamos a la psicología que nos parecia muy difícil de decir la palabra no a tu hijo, hija, ella decia que los niños deberia saber que cuando algo no hacia bien decirselo, como si no van a saberlo. Bueno yo voy a probar lo que haceis, pero vamos estamos programadas asi y hay que intentar romper eso.

  3. Lucía, me apunto tu sistema mixto, es más realista que el mío, jeje. Yo pienso como tú siendo conscientes algún no evitaremos, digo yo. La verdad es que es difícil pero seguro que merece la pena.

  4. El otro dia lo estaba pensando porque mks enanos, no es que me digan que no a mi, es que se lo dicen entre ellos. «No, no, no», acompañado del tonillo e incluso del dedito y el otro brazo en jarras, y claro tengo que intentarlo. Me cuesta mucho, hasta el punto que creo que voy a patentar el sistema mixto. «No tires el pollo al suelo, la comida mejor en el plato». Difícil pero siendo consciente es un poco más fácil, al menos, me doy cuenta e intento remediarlo.

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