Hoy os traigo un tema delicado, hace mucho que quería plantearlo y hoy después de una clase con mis alumnas con un debate interesante que ha surgido después de leer con ellas: «Mamá y educadora, ¿aliadas o rivales?», me ha parecido el momento.
Hace tiempo que trato este tema en el aula, en años anteriores, mis alumnas se rasgaban las vestiduras, esta mañana les ha parecido algo obvio y muy razonable, supongo que aparte de porque son un grupo diferente, yo tengo las ideas más claras y más argumentos para defenderlo de los que tenía en otras ocasiones.
Os cuento mi experiencia y lo que he ido descubriendo hasta ahora porque creo que es importantísimo, hablamos de prevención de algo terrible y creo que en estas cosas no hay que escatimar. Como siempre espero vuestra respuesta y vuestro punto de vista aunque sea contrario.
La importancia de respetar los cuerpos
A Pequeñita le hemos dicho que cuando alguien le haga algo que no le guste se manifieste, diciento por ejemplo: «no me gusta», le hemos transmitido que debía ser firme y decirlo muy alto si era necesario para que quedara claro, también le decimos que si no funciona, busque la ayuda de una persona adulta. Esto para evitar que si alguien le pega, por ejemplo en el cole, lo gestione sin violencia evitando males mayores y aprenda a pedir ayuda. Ya os comenté en Cosas de niños; cómo intervenir en los conflictos, o no, que decirle a un niño o una niña: «si te pegan, pega», es muy peligroso. Nunca sabes qué tamaño o fuerza va tener el otro niño o la otra niña, con ello le muestras que la violencia se resuelve con más violencia (así tenemos la sociedad que tenemos, no hay más que vernos) y además si es previo a empezar el cole, le generas miedos de que va a ir a un lugar hostil donde va a tener que defenderse cuando no tiene por qué ser así.
Este fin de semana, Pequeñita no quería bañarse y era importante hacerlo, estaba muy enfadada y no había forma de convencerla. En otras ocasiones, me suele funcionar, abrazarla firmemente y meterme con ella en la ducha, normalmente una vez que está en el agua, se anima y disfruta de ese ratito, le debe dar pereza, lo entiendo. El caso es que esta vez, no había forma y cuando ya a la desesperada intenté quitarle la camiseta empezó a gritar: «no me gusta eso, no me gusta eso». Inmediatamente me saltaron las alarmas. ¡Cómo iba a forzarla a entrar en la ducha si me estaba diciendo lo que yo le había planteado que usara para defenderse cuando alguien la agrediera, molestara o incomodara! La verdad es que muchas veces respetar a nuestros hijos e hijas es difícil y requiere hartarse de paciencia infinita miles de veces, una y otra vez. Ya hemos dicho muchas veces aquello de: «ningún camino fácil lleva a algún sitio interesante».
Paré un minuto, tomé aire y pensé que si después de que ella me dijera que «no le gustaba eso», yo me empeñaba en meterla en la ducha, ella podría aprender que cuando algo te molesta, tienes que decir que no te gusta pero si finalmente, la persona adulta te fuerza a hacer algo, no te queda más remedio que hacerlo y punto. Me aterra esta idea.
Aquí mis alumnas preguntaban curiosas, ¿qué hiciste? ¿Se bañó? Pues claro, lo dejé estar y volví a probar en un ratito. En esta ocasión había ese ratito, en caso de no haberlo habido, me habría planteado no bañarla, ante ese «no me gusta», sin duda. Ya he dicho antes que en otras ocasiones he sido más inflexible y todo ha ido bien o no, se ha bañado enfadada pero no he sentido que estaba agrediéndola.
El cambio de pañal
Les explicaba a mis alumnas la importancia que tiene respetar los cuerpos de los niños y las niñas, por ejemplo, en el cambio de pañal. Hay veces en que un niño o una niña no quieren ser cambiados y lo que se hace es cogerlos por la fuerza, tumbarles, abrirles las piernas y cambiarles el pañal, chillen, lloren o pataleen. Con el título que he puesto al artículo, supongo que a muchas de las personas que me leéis se os habrán puesto los pelos de punta. Lo que acabo de describir, normal en muchas escuelas infantiles, es algo terrible. Mis alumnas me decían que tampoco podías dejar que al niño o la niña se le irritara el culete. Uf, ¡qué difícil! No se suele irritar un culo por dejarlo con cacas media hora, muchas veces no somos conscientes de que ha pasado o estamos cambiando a otro o terminando de dar comidas o muchas otras cosas y los niños y niñas de la escuela no son cambiados en el minuto uno de su deposición. No creo que sea un problema salvo que el niño en cuestión esté irritado de antemano o tenga un problema en la piel, en esos casos, sería importante estar atentas y aún así se nos escaparía en algún caso, hay demasiada gente en el aula, son daños colaterales (como tantos otros) de la ratio.
Como madre prefiero un culo irritado en alguna ocasión y tener la salud emocional más o menos cuidada que tener el culo intacto y la salud emocional hecha un asco, es cuestión de preferencias y entiendo que para gustos los colores. Como educadora, trataría de controlar las dos cosas, primando lo emocional y ante la duda, consultando a la familia. Una alumna me decía: «¿y si se hace cacas justo cuando van a salir, está su madre esperando y el niño no quiere cambiarse?». Mi primera respuesta es: «¡qué mala suerte!» Ya sería mala pata que nos ocurra esto a menudo, pero si ocurre, ahí es donde consultaría a la mamá: «nos pasa esto y no quiere cambiarse, ¿le cambio como sea? ¿quieres pasar y hacerlo tú misma?». Y si tengo un niño o una niña que continuamente no quiere cambiarse y me veo en esta situación a menudo, hablaría con la familia para que la decisión de posible irritación (incierta, por otro lado) o salud emocional, sea tomada también por las familias.
Los besitos obligados
Otro tema son los besos obligados, «dale un besito a la tía Enriqueta, que es muy maja y (aunque no la has visto en la vida) te quiere mucho». Se obliga o anima a los niños y las niñas a besar a familiares, amigos y a veces, a completos desconocidos con argumentos de lo más variopinto. Incluso a veces las mamás, papás, las abuelas y otros se enfadan con ellos y ellas si no lo hacen.
¿Qué aprendizaje hay detrás de esto? ¿Hay que besar a cualquiera si alguien de tu entorno te lo dice aunque no te apetezca? ¿Besar es algo que puede decidir otra persona por tí? ¿Tengo que aceptar besos de otras personas aunque no quiera porque alguien de mi familia o alguien que me quiere me lo dice? Cualquier opción que se me ocurra es muy dura. Intentando verlo desde el otro lado: hay que ser amable y educado o educada con los miembros de tu familia o con los amigos de mis padres, pero se puede ser amable y educada sin besos, ¿no? De hecho lo hacemos todo el tiempo en la vida diaria, un beso no es garantía de nada.
En algún momento, cuando mi hija era pequeña, abusé de este tipo de cosas, cuando ella empezó a dar besos y era una gracieta, ¿os hacéis cargo, no? Primero se tiran besos, bueno, esto es menos agresivo porque no entra en contacto la piel, se puede hacer a distancia, pero luego aprenden a darlos y empiezan los «venga dale un besito a fulanito, es que ya sabe dar besos». Y los padres y las madres orgullosas, nos emocionamos viendo como dan besos a diestro y siniestro, hasta que se cansan y un día se niegan. Algunos y algunas se niegan desde el principio, por algo será. Yo creo que es fundamental como enfocamos el tema a partir de ese momento en que ya no les apetece dar besos por ahí.
Y los pequeños detalles, que también cuentan
Muchas veces me escucho diciendo frases que una vez dichas me revuelven las tripas, porque yo estoy muy concienciada con estos temas y aunque se me escapan porque me he criado, como la mayoría, escuchándolas una y otra vez, sé que no es lo más correcto. Os pongo ejemplos de frases que pueden estar justificadas en la situación que os planteo, pero tratad de sacarlas de contexto:
Inyección en el médico: te va a doler pero va a ser un momentito de nada.
Cortar las uñas: venga que es un momento, acabamos y ya.
Ya sé que no quieres hacerlo, pero no queda más remedio, es por tu bien/lo hago porque te quiero.
Y un largo etcétera, seguro que entre todas (personas que me leéis) podemos juntar cientos de frases de este tipo. Teniendo en cuenta de qué estamos hablando, no os preocupa un poquito que nuestros hijos e hijas tengan normalizadas este tipo de frases? A mí un poco. ¿Qué soy exagerada? Nunca lo he negado.
Algunas cifras reales
Si una se pone a investigar, las cifras son terribles, os pongo titulares y algunos datos, sin pincháis en ellos podéis ver la fuente.
Uno de cada cinco menores sufren abusos sexuales: en niños y niñas, más en niñas, máxima incidencia entre los seis y los ocho años.
El 90% de los casos se produce en el entorno familiar. ¿Os imagináis lo que supone esto? Los abusos sexuales los cometen familiares, personas amigas y conocidas por los niños y las niñas y os podéis suponer que consiguen acallar a sus víctimas con frases del tipo: hago esto porque te quiero, si lo cuentas dejaré de quererte, va a ser un momento, no te dolerá, esto lo hacen todos los niños y un largo etcétera de frases que se usan una y otra vez con niños y niñas.
Para las personas escépticas
Sé que me van a llover las críticas, sé que me dirán como tantas y tantas veces que soy una exagerada, que no se puede vivir así, que no pasa nada porque le digamos al niño que dé un beso a la abuela. Lo asumo. Hace unos años cuando planteaba este tema, parecía una locura, a fecha de hoy, cientos de terapeutas, educadores, revistas especializadas en crianza, investigadores de todo el planeta, hablan de este tema con la certeza de que influye. Os dejo otro enlace donde varios profesionales se pronuncian al respecto: «no forzar a dar besos ni a la abuela».
No hay ninguna norma que diga que un niño que ha sido obligado a cambiarse el pañal o al que han obligado a dar besos a amigos y familiares vaya a ser un niño abusado, lo que se dice es que si hay por ahí un depredador sexual cerca, estos niños y estas niñas más fácilmente pueden ser sus víctimas. Hablamos de prevención, no cuesta nada intentarlo y os aseguro que merece la pena. En cualquier caso, si no es para prevenir abusos en la infancia, estaremos transmitiéndoles que su cuerpo es suyo, que nadie tiene por qué forzarles y obligarles a hacer nada ni ahora ni en la vida adulta y esto es un regalo valioso sin ninguna duda. Con ello estamos previniendo también otros tipos de violencia que nadie querrá para sus hijos e hijas, de eso estoy segura.
La Unión Europea, consciente de que los datos son escalofriantes, planteó hace ya algún tiempo está campaña para mostrar a los niños que nadie tenía por qué tocarles debajo de la ropa si ellos no querían, la Campaña del Consejo de Europa se llama «La regla de Kiko», podéis acceder pinchando en el nombre.
¿Qué opinas de todo esto? ¿Te parece descabellado? ¿Crees que tiene sentido? ¿Ya lo sabías? Me encantará saber qué piensas de un tema tan delicado como este. Y por favor, si te gustó o crees que puede ser de utilidad para alguien cercano a tí, no dudes en compartir.
Claro, es mejor no pedir perdón que pedirlo de mentiras. Tenemos que crear una sociedad auténtica. Un abrazo Paulina.
Ojalá tomáramos todos y todas conciencia de estas cosas. Un abrazo Marta.
Buenos dias soraya
Uff que planteamiento.
Justo esta mañana mi hijo se ha despertado a las 6!!
Creo que porque estaba mojado, yo quieria cambiarle rapido para dormir una hora mas porque a las 7h sonaba el despertador.
La verdad es lo quiria hacer a la fuerza yo no suelo hacerlo oero vamos estaba con un cabreo porque se me estaba quitando el sueño.
A final su padre que estaba mas despejado le convenció para cambiarle pero un poco cambreado estaba. Pues como siempre me has dejado algo para pensar. Y eso que lps niños no debe de dar besos a la fuerza estoy contigo tengo discusiones con mi pareja bastante pero aqui lo explicas muy bien. Lo mismo es que nos empenamos en los parques que los niños debe dar besos cuando uno ha pegado a otro. Creo que ese debe de salir por ellos mismos que lo tienen que sentir.
Besos
Un tema peliagudo que revuelve las tripas a cualquiera pero que como madres aún más.
Es verdad que siempre se nos escapa alguna frasecilla pero es importante ser conscientes de este tema y prevenir porque luego es tarde y no hay solución.
Si no quieren dar besos que no los den. Irene ya dice que no cuando se los piden y no quiere , a veces incluso dice no gustan los besos y los lanza al aire soplando porque así si gusta. También me lo dice a mi cuando no le apetecen y lo respeto y siempre le digo que no de besos si no quiere y que tampoco se los den a ella.
El cambio de pañal también es imprescindible aunque a veces las prisas nos hagan ser menos respetuosos, pero hay que pararse y tenerlo claro.
Es.un tema espeluznante y cuando preparaba la oposición y veía las cifras me ponía los pelos de punta…y encima que sea en el.entorno familiar