Semana Mundial de la Lactancia Materna 2021

Semana Internacional de la Lactancia Materna 2021Hoy comienza la Semana Mundial de la Lactancia Materna de este año 2021. Los últimos años os compartía posts antiguos en los que os contaba nuestra historia de lactancia, de Pequeñita y mía puesto que nuestra lactancia había finalizado. Ahora vuelvo a lactar y puedo volver a compartir historias con vosotras (personas que me leéis).

En este día importante de visibilización y apoyo, quería contaros algo que me pasó hace unos días. Por una cuestión de protocolo tuve que pasar una noche con Chiquitina (la hermana de Pequeñita) en el hospital. ¿No lo sabías? Sí, he vuelto a ser madre y estoy feliz disfrutando muchísimo con mis dos niñas.

El caso es que mi bebé estaba bien, así me lo transmitió el pediatra que nos atendió en urgencias pero por protocolo como era muy pequeña tenía que pasar la noche en observación, yo contaba con ello así que no me sorprendió.

La cuestión es que me llevaron a la sala donde observan a las y los pacientes pediátricos de urgencias hasta que deciden si pasan a planta o les dan una habitación o qué se hace con ellos y ellas. El lugar en el que iba a tener que estar era un rinconcito tapado con un biombo en el que había un sillón de los típicos de hospitales que se abren para poder dormir y una cuna de metal y cristal que parecía sacada del siglo XIX.

Cuna antiguaDe entrada, la cuna no me gustó nada, me pareció un lugar frío por sus materiales, pero es que además, el colchón quedaba dentro de una barrera de cristal que no me iba a permitir mantener el contacto con mi niña durante la noche si ella estaba dentro y eso no me gustó nada. Recordaba una noche que pasé en urgencias de otro hospital con Pequeñita, la niña tenía una camita y su padre y yo, sentados en dos sillas, “dormimos” al lado de la cama manteniendo contacto con ella durante toda la noche.

Me senté en el sillón con ella y mientras mamaba empecé a visualizar nuestra noche allí. Yo estaba agotada así que no iba a aguantar toda la noche despierta, no me había llevado la mochila con las prisas así que no podía dejarla en mis brazos porque corríamos el riesgo de que se cayera. Entonces me veía obligada a meterla en aquella cuna terrible. A mí cualquier cuna rodeada de barrotes me genera cierta desconfianza, pero es que aquella estaba hecha de metal, cristal y tenía tornillos salientes por todas partes, os lo muestro en la foto.

Mis hijas siempre me han despertado haciendo ruiditos o chocando su cuerpo contra el mío cuando han querido mamar por la noche, esto era fácil porque estaban conmigo en la cama. Entonces imaginé a chiquitina buscándome dentro de aquella hurna de cristal, dando golpecitos con su nariz, con suerte en el cristal y con menos suerte en alguno de esos tornillos salientes y me agobié un poco.
Me puse a pensar en cómo gestionaban la lactancia las mamás que usan cunas rodeadas de barrotes y dan pecho. ¿Cómo saben cuando tiene que mamar su bebé? ¿Cómo las avisan? ¿Será que tienen el sueño más ligero que el mío y captan el movimiento de sus bebés en la cuna? ¿Será que los bebés tienen que llorar para avisar a sus mamás de que necesitan su tetita dando sentido a la frase de toda la vida “el que no llora no mamá”?

Mientras pensaba en todo esto, imaginaba un proceso que conozco bien, el bebé se despierta, empieza a reptar por la cama hasta encontrar a su mamá, se mueve a un lado y a otro y cuando se topa con algo duro que pueda ser una mamá o algo similar, dan golpecitos con la nariz buscando el pecho. Después de todo este proceso, si pasa algo diferente a que se le dé de mamar, por ejemplo que se haya dejado una almohada a su lado haciendo de tope, algunas veces con una camiseta usada para que el bebé o la bebé se sientan más seguros y alarguen su sueño cuando en realidad están solos, entonces lloran. De esta forma, la mayoría de las veces que necesitan la teta en la noche, no tienen que llorar. Y os recuerdo que hay varios motivos por los que puede necesitarla, que tenga hambre, que tenga sed, que se haya despertado y no consiga conciliar el sueño, cosa perfectamente normal en la mayoría de niños y niñas de menos de dos años y en muchos y muchas pasada esta edad, miedo, mimos, etc.

El caso es que se me hace sacrificado para la mamá y para el o la bebé la separación entre ambos, más aún en un entorno como aquel, un hospital. Si es en una cuna junto a la cama porque me da la impresión de que el bebé tiene que llorar para mamar cuando no hay necesidad y ya si es en habitaciones diferentes, me parece durísimo tener que levantarse cada vez que ocurra alguna de las cosas que planteaba antes. Para mí sería una forma de tortura.

Como no veía nada clara aquella situación porque no paraba de pensar que ya bastante raro era pasar allí la noche como para que la niña estuviera separada de mí cuando normalmente no lo está y además corríamos el riesgo de llevármela con una buena herida en la cara, llamé a la enfermera.
Empecé diciéndole que a lo mejor lo que le iba a decir le sonaba raro pero que como ella seguro que tenía más experiencia con aquello, me podría ayudar. Le conté cómo hacíamos en casa y le pregunté cómo tenía que hacer allí. Me dijo que no me podía dar una cama para colechar con la niña porque aunque las cuatro que había en aquella sala estaban vacías, no sabíamos lo que podía pasar en la noche y no quería tener que levantarme a las tres de la mañana para sacarme de la cama porque la necesitaría otro niño o niña. Al final, las conclusión era que tendría que llorar si quería mamar, pero a mí aquello no me parecía apropiado o necesario, si queréis.

Normalmente al bebé en las primeras semanas de vida se le despierta para mamar cada 3 o 4 horas, si son dormilones en ese periodo es más fácil gestionar esto que os cuento. Pero si tenemos en cuenta que la teta no solo es alimento, la cosa se complica. Y si hablamos de bebés que ya maman a demanda, aún es más complicado.

No sé cómo le removió a aquella mujer lo que yo le explicaba de que mi hija de poco más de dos Cama de un hospitalmeses me despertaba para pedirme mamar en la noche y que no era necesario que llorara y mi forma de planteárselo en la que le pedía ayuda porque no tenía ni idea de cómo gestionar aquello, el caso es que a los cinco minutos vino a decirme que me iban a preparar una cama. Y yo le dije que no tuviera ningún reparo en sacarme de ella si alguien la necesitaba más que nosotras.

Os cuento esto porque me parece importante que compartamos nuestras experiencias con la lactancia materna, el colecho o cualquier otra costumbre que tengamos que pueda ser minoritaria o no para que el personal sanitario y la sociedad entera tome conciencia y contemple más opciones. Que se normalice que hay otras formas de criar que facilitan la vida y que además son más naturales. Ya lo hemos dicho por aquí muchas veces pero insisto, somos mamíferos y mamíferas, casualmente nuestros y nuestras bebés nacen con mucha menos madurez que la mayoría de crías de otras especies. Si cachorros mucho más maduros duermen junto a sus madres al menos durante el tiempo que dura la lactancia, lo justo es comprender que las crías humanas lo necesiten aún más. Normalicemos estos procesos de lactancia y de colecho como lo que son, conductas naturales y deseables respetando por supuesto otras opciones que muchas veces son mayoritarias siempre que no hagan daño a las y los bebés.

Comienza la Semana Internacional de la Lactancia Materna 2021, lo hace con este logo y el siguiente mensaje: “Proteger la lactancia materna, un compromiso de todas/os”. Así que ahí cada persona podemos aportar nuestro granito de arena.

Estoy convencida de que la enfermera que me atendió, la próxima vez que se encuentre con una mamá y un bebé lactante que tengan que pasar la noche en urgencias y tenga camas libres, preguntará si quieren dormir en una de ellas. Y entiendo que habrá mamás que querrán tener una cama y otras que preferirán el sillón y la cuna por diversos motivos. Algunas tienen miedo de aplastar a sus bebés y aunque los casos de aplastamientos nocturnos por colecho son mínimos o inexistentes, es respetable. Me quedo con que al menos, es posible que se les dé la opción.

¡Hagámoslo posible! Exijamos lo que consideramos mejor para nuestras criaturas.

Espero que tengáis una semana estupenda tanto si dais el pecho como si no. ¡Feliz Semana Internacional de la Lactancia Materna 2021!

¿Me contáis cómo hacéis vosotras? ¿Os despertáis fácilmente? ¿Qué hacéis para gestionar las tomas nocturnas si no practicáis colecho?

 

 

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