La sirenita de Disney y los mitos del amor romántico

Ya os conté en la entrada de presentación de esta sección que mi hija estaba haciendo un proyecto sobre los ecosistemas en el colegio y en esos días estaban viendo el mar. Una de sus compañeras llevó el cuento de La Sirenita y debieron comentar que había una película porque algún niño o niña de clase la había visto.

Pequeñita nos preguntó si podíamos verla y su padre pensó que sería buena idea. Yo siempre tengo muchas dudas con estas películas de princesas Disney. La había visto hacía mucho tiempo y no me acordaba bien de la historia. Tenía el recuerdo de Sebastián, el cangrejo con acento cubano y poco más.

Mientras la veíamos fui apuntando todas las cosas que me chirriaban de la historia mientras hablaba con mi hija, le preguntaba qué pensaba de algunas cosas y le transmitía mi punto de vista. La verdad es que hay veces que siento que voy demasiado deprisa, le planteo mensajes que aún no está preparada para digerir, pero como en las películas infantiles hacen lo mismo en el sentido contrario y con posibles consecuencias mucho más negativas, desde mi punto de vista, pues me siento legitimada. Si quiere ver esa película que en principio nos encajó por todos los motivos que os decía antes, es importante que reciba otro punto de vista más respetuoso para ella como niña y como mujer que será. La verdad es que en esta película como en tantas, son víctimas tanto el príncipe como la princesa.

Detrás de mi conducta de dejar ver a mi hija una película a la que le voy a sacar en un momento todas las pegas del mundo hay una explicación. Tras charlar sobre este tema con una amiga terapeuta Gestalt, me convenció de la posibilidad de que si le evitaba a mi hija esta realidad «princesil» que está por todas partes, corría el riesgo de que cuando se topara con ella por sí sola, eso es más que seguro que ocurrirá en algún momento, quedara prendada ante la novedad y se enganchara por completo. Así que ante esa posibilidad que me horroriza, ahí estoy haciendo vídeo-fórum con mi hija de cuatro años. Vemos la película y comentamos. Le doy mi punto de vista y trato de desmitificarle el concepto de amor de este tipo de historias. No sé si esta es la opción más adecuada. Como siempre, estoy abierta a sugerencias. Por el momento es la más apropiada que he encontrado.

La historia de La Sirenita

Para quienes no la conozcáis, trata de una sirena, hija del Rey Tritón, (Neptuno) a quien le gusta asomarse fuera del mar para ver qué hacen los humanos. Así es como un día queda prendada de la belleza de un príncipe que viaja en un barco. Tras una fuerte tormenta, el barco naufraga y ella rescata al príncipe dejándolo en la orilla. Ariel, que es como se llama la sirena, es famosa por su preciosa voz. Mientras lo rescata canta bellas melodías, así es como el príncipe medio mareado se «enamora» de aquella voz cuando recobra el conocimiento y abre los ojos. Como justo en ese momento aparece su secretario personal, Ariel huye para que no la vean. Así es como ella se queda enganchada de él sin remedio y él, tal y como sucede en La Cenicienta con el zapato, promete que se casará con la mujer que posee esta voz. A partir de ahí aparece en escena la bruja del mar que es mala malísima y por supuesto, es una mujer, que quiere ser la reina de los mares y trama un plan para apoderarse de la sirena y poder chantajear así al Rey Tritón.

Desmitificando el amor romántico

Ahora os comparto algunas ideas que se muestran en la película con las que no estoy de acuerdo y que creo que pueden ser un buen guión para ofrecer alternativas más respetuosas.

Voy a ir en orden, esto supone que voy a desmontar el final de la película. Cuando vaya a llegar a este punto, os avisaré, por si queréis verla sin conocer el final. No quiero ser una «estropea-películas».

  • Uno no se puede enamorar en un segundo, por una imagen o un sonido como le pasa al príncipe. Una cosa es que le encante lo que ve y quiera conocerla y otra que prometa que se casará con ella. Como dice una amiga mía, «antes de casarse hay que viajar mucho».
  • Ariel no conoce de nada al príncipe, le ha visto de lejos tres veces, ¿cómo va a dejar su familia, su casa, todo lo que tiene para irse con él? Lo lógico sería que le conociera primero para estar segura de que es la persona con la que quiere estar y por la que va a renunciar a todo lo que tiene.
  • La bruja cuando hacen el trato le dice a Ariel: «te convertiré en humana y te daré un plazo de tres días para conquistarlo, pero mientras quiero tu voz, si no lo logras, me la quedaré para siempre”. ¿Enamorar a alguien en tres días? Esto solo puede pensarse en los cuentos y en las películas que se basan en ellos. Imaginad la situación, una sirena que siempre ha vivido en el mar de repente es humana, consigue meterse en un castillo y conquistar a un príncipe y todo esto sin tener voz. ¿De verdad que alguien puede hacer un trato así? Solo una tonta dejaría todo lo que tiene para intentar algo así. Pero claro es que las princesas de los cuentos suelen ser ingenuas, confiadas, tontas y por supuesto guapísimas.
  • Lo que tiene que lograr Ariel para recuperar su voz y ser humana para siempre, es un beso de amor verdadero del príncipe, ¿en tres días? ¿Os dais cuenta de que este concepto de amor no es normal? Sí ya sé que es el que nos han vendido siempre pero, de verdad, ¿no podemos ofrecer alternativas más realistas a nuestros hijos e hijas? Luego nos pasamos la adolescencia y la juventud de desamor en desamor y llorando por las esquinas. Por no hablar de la cantidad de personas adultas que siguen así toda la vida, buscando su príncipe o su princesa.
  • La bruja le explica a Ariel la gran virtud que es para una mujer estar calladita y ser sumisa, lo vende como algo que “su hombre” valorará y le dice que use el lenguaje corporal mientras se contonea como diciéndole que use su cuerpo para convencerlo. ¿Qué puedo decir de esto? Sencillamente, me parece lamentable que se transmitan mensajes de este tipo en una película que está dirigida a niños y niñas. Me molesta vaya dirigida a quien sea pero más en este caso.
  • Me chirría que se venda esa idea de que se puede enamorar a otra persona convenciéndola, embaucándola, por el simple hecho de que alguien desde fuera lo quiera. Porque convencer o embaucar no debería ser la manera de lograr el amor, lo que debería pasar es que ambas personas se sientan bien juntas, se complementen de alguna manera y no que se encandilen de una serie de hechos puntuales, regalos o detalles. No da tiempo en tres días a mostrarle al otro quién es una misma o uno mismo. Yo considero que mi posible pareja no debe enamorarme, debo hacerlo yo sola, elegir, decidir…
  • Y por supuesta, es él quien tiene que besarle a ella, ¿cómo se le iba a ocurrir a ella hacerlo? Sería una insensata y una fresca, ¿no? Es mejor que pierda su voz, su familia, su vida… a que ella le bese a él y piense que es una cualquiera… en fin… debe conquistarlo y esperar (es lo que siempre hacen las princesas, esperar) a que él se decida a dar el primer paso.

A partir de aquí me voy a adentrar más en la historia y voy a desvelar detalles que desmontan el desenlace y final de la película, así que si no quieres que te lo estropee, para aquí.

  • Tampoco comparto la superficialidad de que el príncipe se vaya a casar con la bruja porque tiene la voz de Ariel, ¡es un concepto de amor romántico tan exagerado! Cómo dije que la mujer de mi vida tenía una voz preciosa (la de Ariel) que oí cuando me rescató, ya da igual, cómo sea físicamente, su forma de ser y cualquier otra cosa, me caso con la que tiene la voz, o la que encaje en el zapato de cristal o la que se despierte cuando la bese, da igual todo lo demás, que nos gustemos, nos sintamos cómodos uno junto al otro, nos hagamos felices… ¿Qué más dan todas estas chorradas si tiene la voz, el zapato o abre los ojos?
  • Y voy más allá, como finalmente, el príncipe salva al padre, a la sirenita y a todos los seres del océano, parece que ya está justificado que ella se case con él porque es valiente, valeroso y merece mucho la pena. Pero resulta que no tiene por qué ser así, una cosa es que él quiera salvarla a ella y a su padre y otra que por eso sean el uno para el otro y tengan que casarse. En el caso de la película se vende como clarísimo, ella le ama (aunque no le conozca) y él hace algo tan grande por ella que todo es perfecto. Pero en la vida real, que alguien te salve o salve a tu familia no significa que tengas que enamorarte de él y jurarle amor eterno. A lo mejor resulta que no te gusta o no es el hombre de tu vida o la mujer de tu vida. «Tú me salvas, muy bien, te estaré agradecida toda la vida, haré lo que pueda por ti, pero enamorarme, eso es otra cosa, no depende de algo que tú hayas hecho, depende de quién seas, cómo seas y cómo te comportes conmigo.

Como veis, esta película no puede estar dentro de la categoría de película respetuosa, pero ya os comenté que iba a analizar todas las películas que fuéramos viendo. Ahí dejo mi análisis.

Es curioso, porque cuando empezamos a verla, me llamó la atención la textura de la imagen. Estamos acostumbrados a una serie de efectos en las películas de animación actuales que no tienen nada que ver con lo que se encuentra en esta película y entonces buscando información vimos que era una película del año 1989, vamos que tiene la friolera de ventiocho años. Creada por Walt Disney Pictures de la mano de John Musker y Ron Clements. Esta película dura 79 minutos. Las antiguas películas de dibujos eran más breves, ahora las producciones son cada vez más largas, cosa que no facilita mucho su visionado en niños y niñas pequeños, otro motivo más por el que siento muchas veces que no están hechas para ellos.

No dejéis de darme vuestro punto de vista para que complete el análisis de la película o modifique alguna cosa de las que he comentado. ¿Te habías planteado este tipo de cosas cuándo has visto la película? ¿Estás de acuerdo con los mitos del amor romántico a los que hago referencia? Te espero en los comentario. Y ya sabes, si te ha parecido interesante, por favor, comparte. Gracias de antemano.

 

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8 comentarios en “La sirenita de Disney y los mitos del amor romántico

  1. Hola Mariel:
    Tengo un cuento muy antiguo de la Sirenita, siempre he pensado que era el original pero ahora leyéndote me han surgido dudas, quería buscarlo para enviarte una foto pero en estas fechas de maletas interminables y lío en casa, no he sido capaz. En mi cuento, la sirenita muere, en la última página es un ángel que sube al cielo. No me gusta nada esta historia, me parece cruel, pero pueden ser cosas mías, el caso es que está detrás de otros libros, bien guardado, por eso no es fácil para mí ahora localizarlo.
    En cuanto a la edad en que se leían los cuentos antes, tengo dudas también, la adolescencia es un fenómeno bastante moderno. Piensa que muchas personas de la edad de mi madre, trabajaban siendo niños en el campo, cuidando ganado… Yo creo que los cuentos se leían a niños y niñas mucho más pequeños, en realidad. Y además, a medida que pasa el tiempo, más dudo sobre la intencionalidad de los cuentos infantiles de antaño. Es posible que se presentaran en momentos del desarrollo en que el pensamiento mágico permitía que estas historias originales sirvieran para superar miedos o angustias arcaicas y tuvieran una función importantísima, es posible. Lo que no puedo entender es que se sexualicen los dibujos animados para las y los más pequeños, y que además, se venda siempre a unos como valerosos y guapos, a otras como ñoñas y guapísimas y a otras como malvadas y terribles. Al final, todos estos clichés, suponen un nivel de exigencia para llegar a patrones establecidos a veces imposibles, que genera frustración y produce todo tipo de efectos contradictorios según el caso.
    No digo que haya que evitar estas historias, ya decía que puede ser que tengan una función en el desarrollo, pero al menos, hay que contar otros puntos de vista, otros finales de las historias. Está claro que los valores que se trataban de vender en aquel momento tenían sentido en aquel momento, pero ahora, no creo.
    Muchas gracias por tu recomendación y por compartir por aquí tu punto de vista. Buscaré el cuento y te compartiré mi final y el autor. Me encanta debatir, siempre se aprenden cosas. Un abrazo.

  2. ¡Hola! Te aconsejo que leas la historia original de la Sirenita pues ahí se revela que el sacrificio que la sirena realiza es en vano pues el príncipe está enamorado de otra doncella, es decir, se puede reflexionar que la obsesión por alguien no conduce a nada bueno pues en ella historia original la Sirenita muere o se convierte en espuma aunque también le añaden que por no matar al príncipe y sacarle el corazón y hacer que su sangre le caiga en sus pies y así vuelva a ser sirena (por esa buena acción) se convierte en hada del aire o algo similar. ¡Saludos!
    PD: los cuentos originales no eran para niños sino para preadolescentes u adolescentes para que puedan aprenden de la dura realidad de la vida mediante las historias.

  3. Magda, tienes toda la razón, si tienen otro mensaje en casa al menos tendrán la opción de elegir aquello que deseen. Pero te sorprenderías de la cantidad de gente que lee este post y me dice, «no me había planteado nada de esto», así que siento que tengo que seguir escribiendo este tipo de cosas porque muchas niñas solo reciben la información de las princesas pero no la de las mujeres libres y autónomas. Yo tampoco quiero que viva en una burbuja, por eso la expongo a contenidos como este, pero trato de estar atenta a las cosas que ve por ahí y de hablar mucho con ella para darle mi punto de vista. No puedo decidir por ella cuál es su punto de vista, ella tendrá que elegir libremente pero sí puedo intentar que tenga alternativas que le den libertad para que haya más opciones de que opte por esta opción. En cuanto a respetar la ilusión y la imaginación de un niño o niña que comentas, me resulta muy complicado respetar esto cuando hay una bruja del mar pidiéndole a la sirenita que se contonee delante de un hombre para conquistarle, mi hija tiene cuatro años no puedo entender que se lancen ese tipo de mensajes sin la otra versión (la del respeto), se me hace cuesta arriba pensar que es una película de dibujos y que no tengo que estropearle la magia porque no veo magia por ningún lado, sé que tú entiendes a qué me refiero. Un abrazo fuerte.

  4. Justo La Sirenita es de las películas de Disney que no trago. Quizás es porque no me gusta el mar ya desde pequeña jajajaja

    La verdad, sacarle punta a todo está bien, pero tampoco obsesionarse. Al final las mismas mujeres que salen a la calle a pedir que se las escuche, las mismas que sacan punta a estas películas, las mismas que luchan por sus derechos e incluso las mismas que no creen en el amor romántico (aquí una servidora), nos hemos criado con estas películas, cuentos y hasta series catalogadas ahora mismo como violentas para niños (como Dragon Ball).

    Los niños ven las cosas de otra manera. Sí es verdad que puede condicionarles, pero si en casa ve que se hacen otras cosas, pienso que quedarán más para la ficción. Lo importante es que vea que las princesas son tontas en la ficción, que el amor a primera vista y enamoramiento pre-boda es ficticio, que la magia es muy bonita en las historias, que el lobo siempre es el malo (en la realidad no puede decirse lo mismo, pobres lobos)… Por mucho que nos pique, los niños tienen que entender que todo esto es la ficción y fantasía, y protegerles de estas historias no siento que sea lo más acertado, porque en el cole, tiendas, ropa, parque y en todas partes lo van a ver.

    Creo que ver la película con ella me parece bien, por si pregunta y para que sepa qué ven los otros niños. Sé que yo en el futuro las veré con ella, no todas, pero mis favoritas fijo y más de una vez (justo ayer vi la película animada de La Bella y la Bestia, qué decir que es mi favorita de Disney, junto con Mulán, y no me canso de verlas), y va a ir a Disney Tokio en un par de años (está más que hablado jajaja), quiero que sepa qué es la fantasía, que elija ser una princesa o el pirata que la quiere raptar. He de decir que me he criado con esas películas y siempre quise ser la Bestia y el malo de la serie/película. Solo te digo que Juego de Tronos (si la has visto) mi favorito es que hace las cosas más malas, «amo» a Ramsay Bolton (su maldad!). Y no por ello me considero mala, pero en la ficción, cuánto más malos… ¡MEJOR! (debo estar un poco enferma).

    Pues lo mismo con mi hija, no puedo hacerla vivir en una burbuja, le pondría lo que considero más acertado y si tiene preguntas respondérselas; al preguntarle directamente pienso que podría llegar a pensar que es un problema, así que me gustaría que viese las cosas con la ilusión y la imaginación de un niño, sin profundizar y sin sacarle a la realidad adulta, que me parece súper fría y confusa para un niño.

  5. Hola Tracy, lo primero darte las gracias por compartir tu punto de vista. La verdad es que no veo claro en qué difieres con lo que yo he comentado, en muchas cosas estoy de acuerdo contigo. No tengo claro si hablas de este tema en general o comentando el artículo. Para mí el príncipe también es una víctima tal y como comento. Estoy de acuerdo en que las películas no pueden ser el único estímulo para educar, pero junto con otros medios de comunicación son un agente de socialización terciario, dicho de otro modo, socializan, educan, es inevitable. Entonces la idea para mí es buscar modelos semejantes a los valores de la familia a la hora de elegir las películas o reflexionar sobre ellas tras verlas si no coinciden plenamente, que es lo que suelen pasar normalmente. Estoy de acuerdo con lo que cuentas de Vaiana, es una de las que he comentado en la sección de películas respetuosas. Se eligen más las películas del brilli brilli pero habría que reflexionar por qué ocurre esto. Hay películas que transmiten valores muy interesantes pero no son tan comerciales y no llegan a ser ni una alternativa, eso no quiere decir que no se elijan porque gusten menos, simplemente son menos accesibles. También estoy de acuerdo en que es un tema complicado. En cualquier caso, me parece muy interesante lo que comentas y agradezco que lo hagas por aquí para que puedan leerlo también otras personas. Un saludo.

  6. Bueno. Yo difiero un poco. Lo primero es que pienso que a los niños no debe educarlos en el amor el cine, lo mismo que no debe educarlos en el sexo el porno. Ya no ven follando a los demás miembros de la tribu, ni queremos que los vean, vale. Pero es que tampoco ven a los adultos relacionarse porque están totalmente aislados de la sociedad, así que necesitan buscar referentes sociales que observar, de ahí que se vuelvan locos con la tele (y más tarde con el porno).

    La sociedad está cambiando muy rápido y el cine también. En Disney ha habido una evolución brutal. No es lo mismo Blancanieves que Ariel, y no es lo mismo Ariel que Moana. Igualmente, si los niños (en general, niñas) sienten esa atracción por princesas del pasado, por algo será. No es realista, pero es que no debe serlo. Es ficción. El problema es que no les explicamos que Disney y el porno son ficción, que nadie se enamora en tres días ni que nadie permanece empalmado durante una hora sin correrse (el concepto del tiempo varía según la fantasía a retratar: queremos estar lo más pronto posible con la persona que amamos, y queremos follárnosla durante el mayor rato que se pueda).

    Sé que cada película está repleta de prejuicios y estereotipos propios de su época (y por ello no es lo mismo ver en 2017 que en los años 40 y 50 La Cenicienta o Historias de Filadelfia). Pero también sé que no somos una especie solitaria, buscamos el vínculo, buscamos el amor (en todas sus vertientes), y el amor romántico vuelve tonto a cualquiera, por supuesto que a Ariel, pero también a Eric. Cuando se critica tanto a las princesas y tan poco a los príncipes desde el feminismo, me da la sensación de que se está invisibilizando una realidad universal mientras se culpabiliza o victimiza a uno solo de los sexos. Ahora lo que se lleva es que las princesas sean lo más masculinas y solitarias posibles, para poder así tener algo de reputación. No me parece el camino adecuado, la verdad.

    Moana sí tiene ese punto de femineidad, coraje, y mucho amor a su tierra y a su gente. Sin armas, sin guerra, pero usando lo que tiene a mano si lo necesita. Mantiene intacta su reputación porque no se casa al final, como Mulán, claro. Pero su éxito entre las niñas ha sido muy relativo. El brilli-brilli de Elsa lo eclipsa todo, mal que nos pese (y aunque ella tampoco se case, el amor romántico está presente en la película).

    Mi planteamiento no es que haya que eliminar el amor. Miyazaki hizo su versión de La sirenita con Ponyo y el mensaje final no es el mismo aunque la chica consiga quedarse con el chico del que se enamoró nada más verlo; nadie trata a Ponyo de idiota, sino de valiente y segura de sí misma. Quizás nuestro problema con las princesas Disney no sea su tema con el amor, sino otras cosas, otros detalles que enmarcan las películas occidentales, fundamentalmente las del pasado.

    No es un tema sencillo en absoluto.

  7. Me ha encantado, no soy experta pero me has dado ideas de como mostrarle a mi hija todos esos cliches de las peliculas romanticas »infantiles».
    En mi pais es de ley que todos los niños vean ese tipo de peliculas, la cultura indica que debes hacerlo para pertenecer… es algo en lo que trabajo dia con dia hasta conmigo misma para romper estos estereotipos tanto con mi hija como con mi hijo. me ayudas bastante!!

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