Libro respetuoso 12: Planeta Willy

Cuando Boolino me ofreció la posibilidad de reseñar Planeta Willy, de la editorial Takatuka, me pareció una buena opción. En ese momento lo único que sabíamos es que su contenido se relacionaba con el Síndrome de Down, me interesa mucho cualquier tipo de diversidad y la opción de normalizar el hecho de que todas las personas somos diferentes y todas merecemos el mismo respeto.

Y cuando recibimos el libro, nos pareció mejor aún, el planteamiento del libro es muy vitalista, muy divertido y narrado desde una sensibilidad inmensa. Esto acompañado de unas ilustraciones muy sugerentes, llenas de color, no podía ser de otra forma, un poco locas, diría yo. En definitiva, este libro nos gusta mucho. Desde que llegó es el que usamos para dormir por las noches. Reconozco que hay mucho texto para Pequeñita, yo creo que es un libro ideal a partir de los cuatro años. Aún así, repito que es el libro que leemos todas las noches desde hace varios días y ella tiene 32 meses. Al principio traté de leérselo pero se perdía un poco, así que ahora hago una versión resumida del texto a partir de las imágenes, a ella le encanta.

Me planteé incluirlo o no en los libros respetuosos por un detalle que ahora os comentaré pero al final pensé que no se podía haber tratado con más respeto el tema dentro de la valentía de haber incluido esta parte, la otra opción habría sido omitirlo y creo que tal como está es más valiente y más sincero.

El libro empieza con una cita de Erich Fried que me encanta y que no puede ser más ilustradora:

«La vida tal vez sería más fácil si no te hubiera conocido. Pero no sería mi vida».

La mamá de Willy no sabía que llevaba dentro un ser de otro planeta, cuando mamá y papá, lo vieron al nacer se quedaron un poco tristes porque querían tener un niño como los otros niños de este planeta. Pero a pesar de las dificultades, pronto «se dieron cuenta de que lo querían tal cual era y esto les hizo sentirse extraordinariamente felices».

Willy viene de otro planeta, por eso presenta diferencias con la mayoría de los humanos: al nacer no podía respirar solo ni hacer pis y caca en el pañal, no tenía defensas y se ponía enfermo más fácilmente que otros niños y niñas, tuvo muchas dificultades para comer (al principio), le encanta dar besos y escuchar música muy alta, es excesivamente cabezota, etc. Así nos va presentando su autora, Birte Muller, al protagonista. Todas estas características y muchas otras que puedes descubrir en el libro, tienen un sentido en su planeta de origen pero resulta que en el nuestro pueden suponer un problema. Como el hecho de que su lengua esté cansada y se quede colgando fuera de su boca muy a menudo, otros niños y niñas piensan que se están burlando de ellos y también le sacan la lengua cuando lo ven.

Hay una parte que me gusta mucho, es la dedicada a su hermana Olivia, es muy bonito leer como ella siempre entiende lo que quiere decir Willy, teniendo incluso que traducirle algunas cosas a papá y mamá. Ella le conoce mejor que nadie y le defiende de los otros chicos cuando le sacan la lengua porque no entienden lo que pasa.

El motivo por el que estuve a punto de reseñarlo sin incluirlo en los libros respetuosos, fue por el capítulo dedicado a la comida. En él se hace referencia a que al principio tuvieron que obligarle a comer, eso no me gustó así de entrada. Pero luego pensé que siempre decimos que un ser humano en condiciones «normales» (¡qué difícil darle sentido a esto de la normalidad!) no va a morirse de hambre. Entonces se me ocurrió que estás circunstancias eran especiales y que quizá aquí podía tener sentido. La mamá lo hace con lágrimas en los ojos y la autora dice explícitamente que este hecho era muy desagradable para todos. Así que pensé que dentro de la realidad a la que se refiere, era bastante respetuoso. La verdad es que todo el libro lo es, desde mi punto de vista. Que conste que a fecha de hoy a Willy le encanta comer, se pasaría el día comiendo si fuera posible. Además le encantan los animales, escaparse siempre que puede, aprender cosas nuevas, etc.

¡Willy ama la vida! Es muy feliz y hace felices a muchas otras personas. Aunque la vida con un pequeño extraterrestre salvaje puede resultar algo estresante, quien opine que Willy debería haberse quedado en su propio planeta es que no lo conoce y no ha aprendido de él lo que significa amar a alguien.

Si te animas, hay muchas cosas que no te he contado de Willy y que puedes descubrir en el libro. La historia ya ves que supone una forma muy tierna de acercar a los y las más pequeñas a la realidad de un niño «de otro planeta». La metáfora que se utiliza puede resultar poco respetuosa desde algún punto de vista, pero te aseguro que una vez leído, el sabor de boca que queda es muy bueno. Y también queda la idea de que Willy es una persona excepcional a la que merece mucho la pena conocer. A él y a su hermana Olivia.

Recojo textualmente algo que leí en la web de la Editorial Takatuka y me gustó mucho:

«En este álbum de carácter autobiográfico, Birte Müller, la autora e ilustradora, nos introduce en la vida de Willy y en lo que significa vivir con él. Willy, su hijo, nació con síndrome de Down, con una trisomía 21, un cromosoma de más. Y aunque la vida con Willy a veces puede pasar por momentos difíciles, Willy es una persona feliz que hace felices a muchas otras personas.

Álbum nominado al Premio de Literatura Infantil y Juvenil de Alemania 2013″

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