Hoy os traigo un libro que me parece precioso, es uno de los que le dejan a Pequeñita para leer del cole en el fin de semana. Me parece una obra de arte, no tenéis más que mirar las ilustraciones para entender lo que os digo.
Su autora, la japonesa Akiko Miyakoshi, desde la editorial Océano Travesía, nos transporta a una historia en el bosque donde los protagonistas son una niña que se llama Kiko y los animales que se encuentra en el bosque cuando va a casa de su abuela, en un simil a nuestro al clásico Caperucita Roja, pero en versión moderna. Si os fijáis, la niña lleva un gorro de lana roja que la hace destacar en el bosque entre la nieve.
La historia comienza cuando el papá de Kiko va a casa de su abuela para quitarle la nieve que ha caído esos días, la mamá le encarga que lleve un pastel, pero se le olvida. Entonces Kiko decide ir corriendo tras él para poder entregarle el pastel a la abuela.
En el bosque ve unas pisadas recientes y dando por supuesto que son las de su padre empieza a seguirlas. Al fondo se ve un hombre con un abrigo negro como el de su padre, ¡perfecto, ya lo ha encontrado! Mientras corre más deprisa para alcanzarlo, se cae y el pastel se estropea. A pesar de todo, se levanta y sigue a aquel hombre de negro que resulta ser un oso que va a una casa que no es la de su abuela. Una vez allí, una oveja muy elegante, le invita a pasar dando por supuesto que es una de las invitadas a la merienda organizada.
Así se encuentra dentro de aquella casa llena de animales: ciervos, jabalíes, conejos, ratones, cabras… todos muy bien vestidos para la ocasión que están tocando música con sus instrumentos cuando ella llega generando un silencio absoluto.
El libro presenta un halo de misterio propio de la novela o el cine negro. Los animales vestidos con corbata y chaleco o vestidos de fiesta, presentados así en igualdad de condiciones o incluso en condición de superioridad respecto a los personajes humanos de la historia.
Acogen a Kiko amistosamente interesándose por ella y su destino. Le invitan a merendar junto a todos los invitados alrededor de una mesa llena de suculentos alimentos. Cuando les cuenta que ha estropeado el pastel que llevaba a su abuela, le ofrecen trozos de los diferentes pasteles que allí tienen para que pueda llevárselos.
Además, tras merendar se ofrecen a acompañarle a casa de la abuela. Avanzan por el bosque con sus instrumentos llenando el silencioso bosque de antes con la música mientras Kiko avanza con ellos muy contenta llevando en las manos su nuevo pastel.
Como a lo largo de toda esta historia, hay un punto de misterio que envuelve toda la trama, cuando llegan a la puerta de la abuela y Kiko llama, los animales desaparecen quedando únicamente como prueba de su existencia el pastel que lleva en sus manos.
¿No me negaréis que las ilustraciones son preciosas? Creo que es un buen libro para leer a nuestras y nuestros pequeños y también un buen ejemplar para coleccionistas de álbumes ilustrados.
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Pues yo creo que entre los dos años y medio y los tres, se podría, . Otro abrazo fuerte para ti.
Hola Soraya
Me parece un libro muy bonito.
A partir de qué edad se puede leer el libro.
Un abrazo
Paulina