Ayer, una vez más, escuchaba que los niños y las niñas, se adaptan a todo. Una mamá decía que tienen una capacidad de adaptación que es cuatro o cinco veces mayor que la nuestra. No era la primera vez que escuchaba esto, claro, ¿qué os voy a contar? Lo escucho muy a menudo y tengo claro que es verdad.
Niños y niñas se adaptan a cualquier situación, se adaptan a ser amados, a ser respetados, se adaptan a vivir separaciones aunque no les apetezca, a que les quiten continuamente sus juguetes o a tener un hermano o hermana y compartir a mamá y a papá, también se adaptan a permanecer en un espacio separados de sus familias durante horas. Esto como situaciones muy habituales en las familias, pero los niños y las niñas también se adaptan a la guerra, a vivir en un campo de refugiados y también se adaptan a ser abusados y violados por sus progenitores y otros familiares. Se adaptan a todo esto, de acuerdo.
Tienen esa capacidad de adaptación porque vienen dotados de unos mecanismos de supervivencia que
hacen que se aferren a la vida y a las personas que se supone que los quieren.
Ahora la pregunta no es si se adaptan a todo. La pregunta importante para mí es la siguiente: ¿estos procesos de adaptación tienen consecuencias a corto, medio o largo plazo? ¿Afecta al futuro de estos niños y niñas? Seguro, claro que las tiene. Son diferentes en cada persona, hay algunas que son más fuertes y otras que lo son menos.
Cuando trabajamos con personas adultas, aparecen esos niños y esas niñas interiores dañados, que tienen grandes heridas que no saben como reparar porque aprendieron que el dolor era algo normal, porque aprendieron que sufrir era algo normal, porque aprendieron que muchas veces, aunque no les mostrasen afecto, eso era normal. Y eso ha generado una serie de huellas que les impiden muchas veces ser felices en sus vidas cotidianas.
Me molesta cuando escucho que niños y niñas se adaptan a todo, me molesta profundamente porque eso justifica cualquier cosa que se le hace a un niño o a una niña aunque sea injustificable. Solamente cuando trabajamos desde el afecto y el amor, desde el respeto y la comprensión, creo que podemos hablar alegremente de que los niños y las niñas se adaptan a todo. Cuando lo que estamos haciendo nos genera inconsistencias normalmente no es lo correcto. Porque de lo que hablaba la madre de ayer era de esas situaciones que nos generan incomodidad y que nos cuestan, como cuando tenemos que dejar al niño en alguna parte, cuando tenemos que decirle a la niña algo que no le va a gustar… Hablaba de este tipo de situaciones, claro, no estaba hablando de que se adaptan a que los quieran mucho.
Ese tipo de situaciones que nos generan inconsistencias, les generan a ellos y ellas dolor. Y ese dolor se va acumulando, va quedando ahí. Y si no gestiona bien y se les acompaña y apoya en esos procesos de adaptación, si no trabajamos bien esos procesos que son duros, van a dejar huella. Parto de la base de que a veces no queda más remedio, a veces lo que ha pasado es que ha fallecido un ser querido y no depende de nosotros y nosotras.
Entonces sería importante que dejáramos de mirar para otro lado, con esa muletilla de «no pasa nada, si los niños se adaptan a todo, se te va a costar más a ti que a él o a ella». Espero que con el tiempo consigamos generar una sociedad mucho más humana, una sociedad mucho más respetuosa, en general, con todos y con todas, pero especialmente, con la infancia.
¿Escuchas habitualmente que los niños y las niñas se adaptan a todo? ¿Qué opinas al respecto? Comparte tu punto de vista, seguro que será enriquecedor. Y si te gustó, comparte. Muchas gracias.
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Yo formo educadoras infantiles, siempre sale gente muy motivada del Ciclo Formativo, personas que van a hacer bien su trabajo, no son todas, pero en todas las promociones hay personas que destacan y terminan trabajando en las Escuelas Infantiles. Siento que sí hay niños y niñas que van a recibir amor en la escuela pero seguramente no todo el que necesitan o en el momento en que lo necesitan y no todos y todas. Las ratios, las condiciones de trabajo, el ritmo de las escuelas, la actitud de muchas educadoras veteranas, etc., no siempre favorece que se gestionen las necesidades de niños y niñas de la manera más adecuada. Deberíamos reducir las ratios (como ya plantea Europa), implantar parejas educativas en las aulas y establecer muchas otras mejoras para favorecer el desarrollo de nuestros niños y niñas que debería ser una prioridad de Estado porque eso determina el tipo de sociedad que construimos, aunque no sé por qué, creo que la mayoría de nuestros políticos están a otras cosas. Un abrazo Ruth.
Yo estoy harta de escucharlo en todas partes, y siempre para favorecer los intereses de los adultos: familiares, profesores, etc.
Si el niño llora en la guardería, en el colegio o donde sea, déjalo que llore, que eso es al principio, luego ya «se acostumbra». Claro, se acostumbra a que su llanto es ineficaz, a la indefensión aprendida, pero familias y maestros se quedan felices porque el niño ya no llora, cuando lo que tiene es mucho peor que un llanto.
Porque se tienen que acostumbrar a tener una plaza de guardería ya asignada antes de nacer, a ser separados de sus padres y a ser criados por extraños que en el mejor de los casos pueden ser simpáticos con ellos, en el peor, mejor ni pensarlo, y en casi todos les importan bien poco. Porque amor, lo que se dice amor, que es lo que necesitan, no van a recibir en una escuela infantil.
Eso es, nos pasamos la vida resolviendo nuestras propias necesidades, con ello generamoa carencias en los niños y las niñas que a su vez buscarán resolverlas en su vida adulta, generando carencias en sus hijos que a su vez… Por favor, hay que parar esto… Un abrazo Mami Monster.
Concuerdo contigo. Creo que es algo que se dice para hacer sentir bien a la mamá, no hacerla sentir culpable m. Pero la verdad es que el
Bebé si necesita a su madre y punto… nos preocupamos más por no hacer sentir mal a la mamá cuando deberíamos estar pensando que podemos hacer para que el bebé no la pase mal
Creo que es como cuando decimos no pasa nada, normalmente no a tan grave, pero lo decimos para resolver una necesidad personal. Como cuando tenemos que dejarlos en un lugar para trabajar y no queremos y pensamos «se va a dañar y va a estar bien» pero muchas veces nos chirría lo que estamos haciendo. Ser sinceros con nosotros mismos nos hará ser más respetuosos con los niños y sus necesidades. Esto es de esas cosas donde hilo muy fino, voy al detalle pero no por eso deja de ser importante. Es sencillo hacer cambios, ¿por qué no hacerlo si va a ser más justo para el niño o la niña?
Esas fotos son…impactantes. Sin palabras.
Sí lo he escuchado, por el tema de la escuela y rutinas. Pero bueno, no es tan grave; desgraciadamente hay situaciones que ojalá nadie tuviera que adaptarse.
Un saludo.