Taller de abrazos. La importancia de abrazarse.

Un buen abrazo es terapéutico, eso lo sabe cualquiera que haya podido disfrutar en un momento de necesidad un abrazo sincero, de calidad. De hecho el contacto es necesario entre los seres humanos, para eso somos mamíferos, necesitamos el calor de otros mamíferos para sobrevivir aunque nos empeñemos muchas veces en comportarnos tan fríamente como hacen los reptiles.

En los recién nacidos, el contacto piel con piel, es tan necesario como alimentarse adecuadamente, de hecho muchos profesionales hablan del alimento del alma para referirse a las ventajas que tiene el contacto en los bebés, a través de caricias o de masajes.

A partir de una publicación de Mejorconsalud.com, elaboré un taller de abrazos para mis alumnas. Ya había hecho antes talleres de abrazos y también de besos (este último queda pendiente para el tercer trimestre) y cuando leí este artículo, sentí que era una buena lista de abrazos para repetir un taller que solía tener mucho éxito allá por aquellos años en que yo era técnico de salud (¡qué recuerdos!).

El objetivo de un taller así es tocarse, fundamental para nuestra salud mental y me atrevería a decir que física, teniendo una disculpa, porque desgraciadamente, hay veces en que tenemos que buscar algunas para darnos el capricho de sentirnos los unos a las otras y las unas a los otros. Sentirnos nos hace ser más personas, nos hace sentirnos bien y en este caso, nos permite reflexionar sobre la importancia que tienen los abrazos. Cuando las personas destinatarias son futuras educadoras infantiles, está clara la importancia de realizar experiencias de este tipo. Sólo comprendiendo lo satisfactorio que es sentirse abrazado podemos comprender la importancia de abrazar a otras personas, especialmente si son muy pequeñas, están tristes, lejos de sus seres queridos, se encuentran perdidas, etc.

Fue una actividad preciosa como se puede ver en las fotos, porque había mucho entusiasmo y porque estaba a punto de llegar la primavera y de fondo estaban los almendros en flor. Reuníamos todos los requisitos para disfrutar un ratito.

En el artículo de Mejor con salud, dicen textualmente:

«Desde el día en que nacemos hasta el último día que estamos en esta tierra necesitamos que alguien nos abrace. Un abrazo nos da seguridad, tranquilidad, protección, amor y aporta mucho a nuestro bienestar general».

Estoy tan de acuerdo… Cuando pienso en abrazos siempre me acuerdo de mi amiga Carmen y nuestros abrazos sanadores, de esos que hacen que no te quede ni un centímetro por abrazar, de esos que colocan los huesos y a veces hasta suenan dejando colocado con ello también el alma. ¡Un abrazo de los nuestros Carmina!

Recojo otro trozo del texto del artículo:

«Si cada uno abrazara más a las personas que ama, el mundo sería completamente diferente y más pacífico. Dar o recibir un abrazo es algo simple, de todos los días. Sin embargo, no todos acceden a este beneficio. No solemos darle la importancia que se merece, pero es una de las maneras que tenemos de decirle al otro cuánto lo amamos, nos importa y estamos atentos a sus necesidades.»

Un abrazo, entre otras cosas, (dice el autor o autora del texto que no está firmado), nos permite enfrentarnos mejor a un momento difícil, nos llena de alegría en otros, puede suponer un remedio para el estrés y la ansiedad, se comunica mucho con un sólo gesto sin necesidad de palabras, favorece el funcionamiento de nuestro sistema inmunitario, fortalece la autoestima especialmente en las y los más pequeños, es una muestra estupenda de apoyo y amor, libera dopamina y con ello motivación y buen humor. ¿Es necesario tener más motivos?

Veamos algunos más por si todavía quedan dudas. Si tenemos en cuenta la técnica de madres canguro, sabemos que un buen abrazo y si es de madre mejor, permite que niños y niñas prematuras salgan adelante mucho más rápido y con menores secuelas que si tienen que hacerlo en una incubadora lejos de los brazos de mamá o de otra persona que pueda hacer las veces de ella.

Pero no sólo eso, un abrazo sirve de aliento a las personas enfermas, reduce el dolor a todos los niveles, libera tensiones que de otra manera pueden generar daños a nivel físico en nuestro organismo. Se puede reducir un ataque de ansiedad con un abrazo y una respiración adecuada si se dan unas mínimas condiciones.

En nuestro taller trabajamos algunos tipos de abrazos que recogí del artículo como os decía pero luego entre todas añadimos algunos más, aquí os los muestro por si os animáis a organizar un taller de este tipo. Con taller o sin taller, os animo a abrazaros más. Sobre todo a no quedaros con ningún abrazo que no os pertenece, estos son esos que te apetece dar a alguien pero no te atreves. En un momento de mi vida, hace muchos años mientras trabajaba algunas de mis carencias afectivas, entendí que los elogios, besos o abrazos que en algún momento dado sientes que tienes que decir o dar, no te pertenecen, son de la otra persona y no tiene ningún sentido quedártelos. Os aseguro que desde entonces soy más feliz y me van mucho mejor las cosas, os animo a comprobarlo, no tenéis nada que perder, bueno sí, la vergüenza. Pero merece la pena.

Nuestros abrazos

1. Abrazo de oso:

Es ese abrazo que te da alguien que se convierte por un momento en un ser enorme que te atrapa, te envuelve y te hace ser pequeña otra vez, pero a la vez te hace sentirte protegida, segura, querida… «El que da el abrazo se curva sobre el otro y el que recibe ese abrazo apoya su cabeza en el hombro o el pecho del otro, además de rodear la cintura con sus brazos».

2. Abrazo de mejillas:

Es ese abrazo en el que además de rodear con los brazos necesitamos sentir la piel de la otra persona, muy habitual en las madres que necesitamos decir «todo» con los abrazos a nuestros hijos e hijas. «Presionan las mejillas entre si y es ideal para un momento de felicidad».

3. Abrazo de sándwich:

Idealmente entre tres personas, también es muy típico de la familia, dejando en medio a las hijas y los hijos. Es uno de los abrazos de equipo, como a mí me gusta llamarlos donde se juntan emociones, afectos de tres personas que supone mucho más que la suma de las partes por la interacción tan mágica que puede surgir de un contacto de este tipo.

4. Abrazo impetuoso:

La mejor forma que a mí se me ocurre para describir este tipo de abrazo es pensar en la siguiente escena: dos personas enamoradas que se encuentran separadas por una distancia importante en un lugar idílico, puede ser una playa al atardecer, cuando se ven la emoción les embarga y corren a su encuentro. El abrazo resultante cuando se encuentren sería para mí un buen ejemplo de abrazo impetuoso.

5. Abrazo de costado:

Puede surgir cuando dos personas caminan juntas, para dar consuelo, apoyo o para recordarle al otro lo mucho que le quieres casi sin dejar de caminar. Este abrazo se puede dar tomándose de los hombros o de la cintura.

6. Abrazo de espalda:

Este en función de cómo se dé y a quién puede ser tremendamente sensual o estar lleno de amor filial. Si es una pareja la que de repente abraza a su amado o amada por detrás pueden saltar chispas. Pero se me ocurre que es un abrazo típico cuando nuestros hijos e hijas están haciendo alguna cosa y de repente nos da un arrebato de amor incondicional y lo abrazamos con todas nuestras fuerzas por detrás. Que ya sabemos que no hay que interrumpir el juego de un niño o de una niña pero hay veces que el amor puede a la razón y lo hacemos.

7. Abrazo de corazón:

Un abrazo así se le da a alguien a quien queremos mucho. Recojo palabras textuales del artículo inspirador de este taller: «es un abrazo muy tierno, expresa amor puro e incondicional, devoción, entrega. Es sublime, largo y genuino». En nuestro taller hubo muchos buenos abrazos de corazón, no hay más que verlo.

8. Abrazo a medida:

Aquí la única consigna que di fue que mientras caminaban por el espacio, al encontrarse con alguien a quien quisieran abrazar, le dieran un abrazo acorde con esa persona, como sintieran que tenían que dárselo. Aquí hubo algunos de los anteriores y otros nuevos, hechos «a medida» de la persona que lo recibía.

9. Abrazo de niño o niña:

Es ese que le damos a un niño o niña que necesita consuelo por el motivo que sea, normalmente lo da una persona adulta para mostrarle afecto y tratar de que se sienta reconfortado o más seguro, según el caso.

10. Abrazo de Dirty Dancing:

Este dio mucho juego, los hubo muy interesantes, he tratado de recoger algunos de los más espectaculares.

Como podéis ver estaban mis alumnas (y alumnos) entregados a la causa. Sacando su faceta afectuosa y la artística en cada nueva propuesta de abrazo.

11. Abrazo individual:

En muchos momentos donde no hay nadie que nos abrace y necesitamos consuelo, es bueno ser capaz de darnos el aliento que necesitamos a nosotras mismas. Al fin y al cabo, con nosotros y nosotras vamos siempre queramos o no a todas partes, es importante saber motivarse en momentos difíciles.

12. Abrazo de pierna:

Este fue uno de los que propusieron mis alumnas. Este podría evocar al abrazo que nos dan muchas veces los y las más pequeñas en las aulas y también nuestros hijos e hijas en muchos momentos.

13. Abrazo de grupo:

En principio enfocado para un gran abrazo donde todos y todas pudiesen mostrarse afecto. Aunque tuvimos versiones alternativas, lo que empezó siendo un abrazo de espaldas, se fue convirtiendo en un gran abrazo comunal con forma de tren.

Un taller de este tipo se puede proponer en una asociación, un grupo de personas que se reúne para hacer actividades, una clase de Primaria o de la ESO, una reunión de familias, una despedida de soltera, un curso de formación de tiempo libre (ahí es donde yo solía hacerlos) y un largo etcétera, siempre que las personas que vayan a abrazarse se conozcan como para ponerse a darse abrazos a diestro y siniestro. Es necesario un mínimo de emoción y de sinceridad, si no mejor hacer otra cosa. Si se dan estas mínimas condiciones merecerá mucho la pena. En nuestro caso, no hay más que ver que fue un ratito estupendo.

Os animo a abrazaros más, bastaría solamente con que dieseis todos aquellos abrazos que no os pertenecen y si no hay ninguno de estos, quiero decir si no hay nadie a quien os apetezca abrazar, le deis una vuelta a ver qué es lo que está pasando. ¿Dónde ha quedado nuestra cualidad de mamíferos? ¿Realmente soy feliz sin dar abrazos? ¿Será que tengo algún bloqueo que me impide darlos? A lo mejor hay alguien que realmente no los necesita, pero incluso aunque esto fuera posible, sería una pena que no los disfrutara como vicio, sin ninguna necesidad.

Y para terminar: ¡un abrazo a medida para todas las personas que leéis este blog!

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