Mónica Lignelli, la artista

De todas las cosas estupendas que me han pasado este verano, una de las más interesantes, sin ninguna duda, ha sido conocer a Mónica Lignelli. Primero me encantó por ser la autora de una obra tan sugerente y colorista y luego, me gustó aún más, cuando empecé a conocer a la persona que había detrás de aquellos cuadros que me fascinaban.

De alguna manera es como si la hubiese estado buscando, llevo años guardando ilustraciones de un determinado estilo que encuentro por la web o que aparece en el perfil de mis amigas y resulta que me encuentro con aquellas miradas, aquellos colores y esos gestos que estaba guardando en la obra de Mónica y así, de repente, aparece

Con mami entre flores

ella en mi pueblo de dos mil habitantes este verano.

Mónica se había instalado allí en el bar de una amiga del colegio de toda la vida, el Covent Garden, en la planta de arriba en la plaza de mi pueblo, había montado su expo-taller y estaba ahí para darme una alegría. Mi amiga publicó en su Facebook la exposición y recién aterrizada me fui para verla.

Me encantó lo que hace esta mujer. Entiendo que es un estilo muy personal no apto para todos los públicos pero, a los que nos engancha, lo hace por los cuatro costados. Esto he podido comprobarlo por mí misma a lo largo del verano. Mónica estaba en mi vida antes de conocerla, por lo que os decía de las ilustraciones, estoy segura de que tengo guardados varios de sus cuadros entre ellas y también porque amigas de toda la vida la conocían y todas tenían varias de sus obras en casa sin que yo lo supiera antes.

Y es que Mónica Lignelli, llevaba veinte años ahí al ladito, en un pueblo a pocos kilómetros en una casa-taller en la que recibe a personas interesadas por su obra que tuve el gusto de conocer al final de mis vacaciones. Y durante este tiempo, muchas personas muy cercanas a mí y tengo que decir que muy especiales, por eso la coincidencia, habían admirado su obra.

Subí a la expo con mi amiga para que me presentara a Mónica, ella sabía que me iba a encantar y así fue. Y empezamos hablando de pintura y terminamos hablando de la sociedad, del mundo, de la crianza… Sintonía total. Es un gusto cuando encuentras a alguien y hay conexión, especialmente si es en aquellas cosas que te apasionan y que no puedes comentar con todo el mundo y menos aún en tu pueblo de dos mil habitantes. Aunque tengo que decir que este verano he podido explayarme mucho, he conocido nuevas familias que creen en otro tipo de educación y de crianza. La charla que hice a principios de agosto fue muy gratificante porque disfruté contando, disfruté escuchando y además, me permitió comprobar que en todas partes hay personas que quieren cambiar las cosas y que cada vez somos más. Y después hice dos talleres en grupo muy reducido que fueron un placer.

Mónica acudió a aquella primera charla pese a no tener niños o niñas pequeños y para mí fue muy importante, de alguna manera compartíamos nuestra obra, una forma estup

Pintura mural

enda de conocer lo que somos. Aún queda mucho por rodar, ambas estamos de acuerdo en que esto es solo el principio de algo interesante, seguro. Esto me recuerda a cuando le dije a mi amiga Verónica hace treinta y cuatro años sin conocerla de nada, «tú y yo vamos a ser buenas amigas», ella no lo vio muy claro, pero todos esos años después, ahí seguimos. Ella también vino a la charla a pesar de vivir a unos cuantos kilómetros.

Mónica me genera rescatar una parte de mí misma que a veces tengo dormida, esa parte colorista, esa parte mía de la Revolución de Amor, como ella lo llamó y que me encantó, ¡cuántas veces decía yo a mis alumnos y alumnas en las clases de Animación Sociocultural que el amor cambiaría el mundo!

De alguna manera todo va confluyendo, la vida nos va colocando y cuando vas perdiendo la chispa por la rutina, el estrés, esta cultura de la inmediatez nuestra, es necesario encontrar a alguien que te permita parar y recordar quién eres. Pues eso es lo que me inspira Mónica y su obra. Y supongo que por eso me resulta difícil describirla.

Siempre fui apasionada de la pintura mural mejicana, sus colores, su vitalidad, el mensaje, esas manos y esos pies enormes que me transmiten tanta paz… Y Mónica, evocándome de alguna manera este estilo me regala el bosque, las flores y las hadas que son elementos que me entusiasman de igual manera, ¿qué más puedo pedir?

Mónica es muy generosa, es otra de sus cualidades y algo que está recogido en su obra. Desde el momento en que pone valor a sus cuadros, accesibles para cualquiera que se lo proponga, pero también por sus numerosas donaciones. Una amiga me contó que la conoció tras hacer una donación a un hospital pediátrico en Burgos, hace muchos años. Tras haber pasado por allí muchas veces, cuando entró después de que colocaran sus cuadros, se enamoró de ellos y buscó a la persona que estaba detrás. En sus muchas exposiciones, destina entre un diez y un veinte por ciento de sus beneficios a obras benéficas. Y además, es generosa en el trato, es amable, divertida, detallista… No puedo negar que me encanta esta mujer.

Mural en el dormitorio de Erik

Espero que os den ganas de conocerla, a mí me encantaría que su obra llegara allá donde no haya llegado, que todo el mundo la conozca. Consciente de que las personas que aún no conocen su obra y pueden admirarla, están muy repartidas y siento que su obra tiene la capacidad de permitirnos expresar y retomar quiénes fuimos y lo que queremos ser, más aún en estos tiempos difíciles. Tal es su capacidad expresiva.

Escenas familiares, flores de mil colores pero serenas, las enredaderas que lo cubren todo, esas miradas dulces y profundas como de ver todo el mundo pero desde la calma, las sonrisas, esos pueblos que transmiten paz y alegría a partes iguales, ¿alguien puede desear más? ¿Os imagináis lo que debe sentir Erik cuando se levanta en su habitación con esa escena? Creo que es lo que deberían sentir muchos niños y niñas: frescura, alegría, vitalismo, paz… Y es que Mónica además de sus lienzos, nos ofrece su pintura mural atreviéndose con cualquier superficie y otros elementos de decoración, en su fanpage de Facebook va colgando todo lo que hace y podéis descubrir un poco más de su obra.

Su obra es tan prolífica que una puede hacerse una idea de cuál es su estado de ánimo o en qué ha estado ocupada su mente en los últimos días, no para de pintar y de regalarnos sus obras y eso también la hace especial. Hacía mucho tiempo que no me encontraba con alguien con tanta fuerza y tanta capacidad de darse.

No me negaréis que dan ganas de conocerla. De momento os dejo con alguna de sus obras para que valoréis si este es vuestro estilo, si lo es, creo que es difícil que encontréis algo mejor. Os he incluído algunos de sus cuadros que me gustaron por diversos motivos y algunas fotos de la expo en Covent Garden en mi pueblo y alguna de su casa.

Desde su página de Facebook accedéis a su contacto y podéis admirar toda su obra en directo.

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