Ya he dicho muchas veces que yo no pensé nunca que iba a estar en este punto. Nunca entró en mis planes volcar mi vida por completo en la maternidad, ni siquiera planteé volcarla un poquito. Pero fijaos, las vueltas que da la vida y como también he dicho, lo orgullosa y lo feliz que estoy de haber dado este giro a mi vida.
Nunca imaginé que prolongaría una lactancia (ya sé que es natural y no estoy prolongado nada pero de alguna manera tengo que decirlo, perdonadme) porque ni siquiera me visualicé dando pecho. Y no pensé que portearía a una bebé recién nacida o a una niña de casi tres años, no había reparado en las mochilas y menos como lo hago ahora, con cara de: «esa no es ergonómica, nooo».
Cuando empecé con esta gran aventura era adicta al trabajo, creo que también lo he comentado. Trabajé dando clase hasta un martes y di a luz un sábado. Los últimos días iba coja a trabajar en el metro. Y aunque cogí excedencia porque no quería dejar a mi hija tan pronto en ninguna parte, cuando me ofrecieron la posibilidad de impartir unos cursos compaginando horario con mi pareja dije que sí, aunque me pasé diez días llorando porque no me había hecho a la idea de separarme de mi pequeña tan pronto, en ese momento acaba de cumplir cinco meses.
También os he contado que nuestra lactancia fue muy muy complicada. La salvamos con mucho esfuerzo. Cuando empecé a trabajar llevábamos unas semanas de lactancia exclusiva y yo no era capaz de extraer la leche con sacaleches, lo hacía a mano. La idea era llegar a los seis meses y luego ir viendo (seguimos viendo), así que tenía que ver cómo organizarme para sacar adelante aquello.
Cuando me hicieron la entrevista para comentarme qué necesitaban exactamente y ver si podía hacerlo, yo estaba pendiente de ver dónde iba a poder extraerme la leche. Sin dudarlo, cuando estuvo todo aclarado, le comenté a la coordinadora que iba a necesitar un lugar cerca de un lavabo. Me ofreció un despacho pero no era el lugar apropiado. Así que terminé encontrando un baño adaptado para discapacidad de estos que tiene puerta para separar lavabo y water en la planta de arriba que nadie usaba en horario de tarde, mi horario. Y aquel se convirtió en mi centro de operaciones del descanso a media tarde, no era el lugar más adecuado pero era lo que había.
Recuerdo que era complicado gestionarlo porque mis alumnos, hombres y sobre todo mujeres, trabajadores del campo de la geriatría, a veces querían ocupar el tiempo de descanso con dudas, es normal, en condiciones normales lo habría hecho todos los días. Pero la leche que yo me extraía en ese tiempo era la comida del día siguiente de mi niña y lo que garantizaba que yo no perdiera mi producción que era muy limitada. Así que me escapaba como podía, todos los días, aquello no era negociable.
Al final cuando ya teníamos más confianza, un día me preguntaron por qué nunca tomaba café con ellos. Les comenté lo que hacía en el recreo. Muchas de las personas que hacían el curso eran de países de Sudamérica y no sé por qué pensé que entenderían mejor lo que yo hacía, ¡qué tontería! En todas partes hay personas que entienden y otras que no. El mundo moderno nos ha hecho perder el norte a casi todos. En países de Sudamérica se forman grupos como aquí, minoritarios, para defender la lactancia y la crianza respetuosa, yo formo parte de alguno y se encuentran con las mismas situaciones que nos encontramos aquí nosotras, a veces peores.
Al contárselo, uno de mis alumnos padre de cuatro hijos me dijo que a partir de los cuatro meses, la leche era sangre, ¿sangre? No señor, era leche y bien blanquita, la acababa de guardar yo en mi biberón entre sus bloques de hielo en mi neverita portátil, ¡a mí me lo iban a decir! Imaginad que en mi enorme bolso, además de llevar mis libros y mis materiales llevaba todo esto que os comento y una ensaladera de tamaño considerable para la extracción. Con esto ya entiendo que si había gente que consideraba que yo estaba un poco loca, confirme que el problema es mucho peor de lo que parece, jajaja. La verdad, es que me siento orgullosa de aquello.
Con esta historia que no había contado quiero animar a las mamás que empiezan a trabajar cuando sus bebés son muy pequeñitos a que si quieren seguir con sus lactancias, lo hagan. Con sacaleches, con ensaladera, sin extraerse la leche, es posible, conozco mujeres que lo han hecho. Estoy pensando en el caso de una amiga enfermera que trabajaba en turno de tarde, diez horas fuera de casa entre turno y transporte y sin posibilidad de extraerse. Poniendo a su pequeño al pecho con mucha frecuencia alargó su lactancia tras incorporarse. Los niños pueden tomar otros alimentos en las horas que no están sus madres y tomar toda la leche que necesitan con ellas. Con mucha estimulación durante las horas que el bebé y mamá están juntos y aprovechando el fin de semana, la producción de leche se puede mantener y no perder la lactancia si ese es el objetivo.
¿Qué te supone un esfuerzo ingente? ¿Qué no puedes sobrellevar estar dando de mamar a todas horas cuando vuelves a casa? Pues por supuesto, cada situación es respetable, yo entiendo que hay situaciones familiares complicadas, todo depende de la ayuda que tengas, de si hay hermanos, de las prioridades de cada mujer que yo respeto, faltaría más.
Pero si quieres salvar tu lactancia y pensar que vas a perderla por incorporarte a tu trabajo te supone una gran tristeza, puedes conseguirlo. A mi me ayudaron las mamás de la Liga de Leche. No pienses que es imposible, muchas lo hemos conseguido. Antes de tirar la toalla, puedes pedir ayuda y al menos intentarlo.
Aunque la Semana Internacional de la Lactancia Materna se celebra en el mes de agosto a nivel mundial, por ser fechas para algunos países, entre los que se encuentra el nuestro, de vacaciones, lo celebramos otra vez en el mes de octubre. Estos días se están realizando actividades de todo tipo para visualizar la lactancia materna y sus beneficios, en esta ocasión, la celebración este año tiene el lema «Amamantar y trabajar, logremos que sea posible», como ya comentamos en agosto. Aquí dejo mi granito de arena.
Hace mucho escribí un post: Prolongar la lactancia después de los seis meses, te lo dejo aquí para que lo recuerdes si crees que puede servirte.
Y en esta semana también se está celebrando otra cosa importante, la Semana Internacional de la Crianza en brazos 2015, este año con el lema «Abraza tu mundo». Os estoy contando esto muy tarde, están siendo semanas intensas para nosotras, pero afortunadamente, llegamos a tiempo de algo que se lleva cociendo meses y que seguro que merecerá la pena. En muchas ciudades del mundo, se está organizando un Flash Mob el día 17 de octubre para mamás y papás porteando, hay preparadas coreografías, va a ser muy divertido. Puedes informarte en la página de Facebook.
Hay páginas específicas de la organización en cada ciudad, yo he visto la de Valladolid, Salamanca… Si porteas a tu bebé, te invito a que te informes de dónde se va a hacer en tu localidad y te unas el día 17 de octubre, seguro que merece la pena.
¡Nosotras estaremos en Madrid bailando!
Espero que hayas tenido una semana fantástica.
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