La manipulación y el trabajo corporal como base fundamental del aprendizaje

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«Tenemos que ser capaces de convencer a quien haga falta de que otra forma de hacer las cosas, en la crianza, en la educación y en la vida es posible y necesaria. Si el ser humano quiere caracterizarse por ser extremadamente inteligente en comparación con otras especies, tenemos muchas cosas que mejorar que ya están más que contrastadas».

Cuando una está continuamente recibiendo información sobre temas comunes desde lugares diferentes, es fácil, que vayan llegando ideas y conocimiento que van encajando como las piezas de un puzzle. Para mí poder experimentar estas situaciones es muy enriquecedor porque además de lo que aprendo, me sirve para darme cuenta de lo afortunada que soy por tener el trabajo que tengo y por estar rodeada de personas tan interesantes, en el trabajo y fuera de él.

Aprendizajes más duraderos

La semana pasada mientras daba una clase de Didáctica de la Educación Infantil, le explicaba a mis alumnas la importancia de guardar la información de formas múltiples a nivel cerebral, con la idea de afianzar los aprendizajes y que fueran duraderos además de hacer que la información fuera fácil de recuperar, para un examen (ese era nuestro caso) pero también para cualquier otra cosa en la vida.

La idea es que si guardamos información auditiva, por ejemplo mi voz en la explicación de la clase, pero también, una grabación personal con algo que tengamos que recordar o un audio sobre el tema que encontremos en Internet, estaremos almacenando información en los lóbulos temporales que es donde mayoritariamente se guarda la información auditiva. Esto no es tan cuadriculado, la información de almacena en muchos lugares y afectan muchos factores, pero sirve para hacernos una idea.

Si además guardamos información visual, yo suelo usar presentaciones y vídeos en mis clases mientras cuento o desbarro sobre el tema, casi siempre lo segundo. Así estaremos guardando información en los lóbulos occipitales.

Si encima realizásemos un esquema, un dibujo con las ideas principales, un cuadro, lo que sea, el caso es manipular información a nivel motor. Estaremos de esta forma poniendo en funcionamiento estructuras del lóbulo frontal relacionadas con el movimiento. Todo esto genera huellas de memoria también.

Si construimos una historia en imágenes con la información, estamos utilizando estructuras de pensamiento que generan huellas igualmente y esta historia creada se guarda en nuestro cerebro de múltiples formas.

Si ahora os pregunto, ¿quién creéis que recordará mejor la información? ¿Alguien que simplemente leyó un libro o escuchó una clase sobre el tema? ¿O la persona que escuchó, atendió activamente a las imágenes, hizo un esquema y se fue imaginando una historia haciendo suya la información para siempre? La respuesta es obvia, ¿no?

Esto es algo fundamental cuando se plantean técnicas de estudio. Puede serviros para vosotras si tenéis que recordar información. Puede ser un examen o una lista de la compra. Imaginar una historieta de alimentos que van saliendo de los armarios de la cocina, por ejemplo, nos puede ayudar a recordar lo que nos hace falta. La cosa es si merece la pena, tal y como vamos de tiempo la mayoría, emplear tantos recursos para una simple lista de la compra. Mejor apuntarlo en un papel o incluso improvisar y volver otro día a por lo que se nos olvidó, en el peor de los casos.

La memoria corporal en el desarrollo

De aquí, en uno de mis desbarros típicos, las alumnas ahora a principio de curso están un poco alucinadas, luego se relajan y finalmente, algunas hasta le sacan el gustillo y se interesan por un montón de temas que de otra manera no veríamos porque no forman parte del temario, aunque desde mi punto de vista son tan o más importantes. Bueno, pues de ahí pasé a la memoria corporal, sí, habéis oído bien, la memoria del cuerpo, la que nos permite recordar inconscientemente como nos abrazaban cuando éramos bebés. Sí, sí, como lo oís. Eso se guarda en nuestro cuerpo. Y cuando tenemos que abrazar a un bebé, especialmente a los nuestros por la implicación emocional que esto tiene (es más fácil que una situación así active esos recuerdos inconscientes), lo más lógico es que abracemos o sostengamos como nos lo hacían a nosotras. Con todo lo positivo o lo negativo que esto pueda tener. La influencia que puede tener la forma en que nos sostienen la describe muy bien Acouturier que ha dedicado su vida a este tipo de cuestiones, ya hablamos de esto, puedes leerlo aquí.

Y esto que pueddiscriminar colorese parecer descabellado, para mí es muy lógico. Si nunca has sostenido a un bebé, cuando lo hagas tendrás que usar información de cómo has visto que otros cogían a bebés antes y tu propia experiencia cuando eras sostenido, como pasa con todo lo que tiene que ver con la crianza. Salvo que hayas hecho o estés haciendo, un proceso de hacer consciente como fue tu propia crianza para no repetir aquello que no te parece apropiado o estés haciendo una terapia de reconstitución del vínculo del estilo de las que hace Isabel Fuster, creo que no habrá mucha más opción.

Les conté como Isabel, nos había demostrado en uno de sus cursos-taller que era posible recordar cómo nos habían abrazado y además que lo más probable era que nos sintiéramos cómodas con los abrazos que reproducen cómo éramos abrazadas por nuestras figuras de apego, aunque aparentemente estos abrazos no fuera los más adecuados. Y esto aunque suponga que nos sintamos cómodas con un abrazo que no lo es de manera auténtica, un abrazo de «te sujeto pero estoy haciendo otra cosa», «te sujeto pero estoy pendiente de algo que no eres tú», «te sujeto y casi no te dejo respirar porque con ello aplaco mis propios miedos y no estoy atendiendo realmente tus necesidades» y así un largo etcétera. Lo que vimos con Isabel Fuster fue que si nos habían abrazado de alguna de estas maneras, probablemente nos sentiríamos cómodas así porque nos traería un recuerdo de los primeros momentos con nuestras figuras de apego y esto es siempre fundamental e incuestionable. Los bebés no se cuestionan sus figuras de apego, estas son las mejores y punto, sean como sean. Y lo que hagan es lo mejor y lo más apropiado. Otra cosa es los efectos que esto tiene en el desarrollo.

En la terapia, Isabel Fuster, trabaja grabando información corporal nueva en el cuerpo en aquellos casos en que lo que se grabó fue deficitario o lo que es lo mismo, generó carencias. A mí me parece fascinante, no sé como lo veréis.

Mis alumnas ya os digo que estarán ahora en estado de shock, pero espero ser capaz de mostrarles poco a poco que todo tiene sentido. Si lo lee alguna de las de años pasados, que se manifieste en los comentarios, algunas ya comparten mi locura.

«Lo que se aprende manipulando no se olvida», María Montessori.

Y desde la memoria corporal, me voy a algo que planteó mi amiga Eva de Criar, amar, vivir, ella planteaba en su blog hace unos días un proyecto que se trae entre manos, que en realidad son muchos en uno. Entre las muchísimas cosas interesantes que decía, recordaba algo que planteó María Montessori, «lo que se aprende manipulando no se olvida». Y ahí me iluminé.

La memoria corporal, esa que es tan fundamental como para recordar los abrazos y que es la misma que nos permite atarnos los zapatos sin mirar o no olvidar nunca como se anda en bicicleta. Esa que nos permite aprender mucho mejor las matemáticas porque al manipular guardamos la información en la mente y en el cuerpo (aunque todo sea lo mismo).

Porque resulta que la manipulación nos permite interiorizar conceptos muy abstractos a nivel intelectual. ¿Esbastidor de botones curioso no? Alguien que pudiera manipular una raíz cuadrada y representar en el espacio lo que supone esta operación con bloques, arcilla, regletas… lograría entenderlo realmente (no es mi caso) y entonces sería capaz de recordar siempre como calcularlas aunque hiciera diez años o veinte que no hace ninguna.

Y todo esto es fascinante porque la manipulación está ubicada entre otros lugares del cerebro en la parte frontal que es fundamental para el manejo de las emociones. Y además, resulta que hay una zona llamada Zona Orbitaria Frontal que no se desarrolla adecuadamente en niños y niñas criados con estilos de apego no seguros. Si quieres leer más sobre esto te recomiendo que leas: Dos años de amor, una vida independiente.

Y así, me encuentro en un espiral donde aparecen la memoria corporal, la manipulación como forma de interiorizar los aprendizajes, el uso exhaustivo del cerebro como forma de retener información duradera y recuperable, el desarrollo de la inteligencia y las emociones… Y como escenario de esa gran espiral, el apego seguro, la crianza basada en el respeto y la educación activa.

Tenemos que ser capaces de convencer a quien haga falta de que otra forma de hacer las cosas, en la crianza, en la educación y en la vida es posible y necesaria. Si el ser humano quiere caracterizarse por ser extremadamente inteligente en comparación con otras especies, tenemos muchas cosas que mejorar que ya están más que contrastadas.

¿Qué os parece? A mí me parece fascinante.

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2 comentarios en “La manipulación y el trabajo corporal como base fundamental del aprendizaje

  1. ¡Muchas gracias chicas! ¡Qué gusto haberos podido dar clase! Sois geniales. Como madre y como profesora me siento muy orgullosa de vosotras porque se demuestra que la formación de las educadoras puede lograr cambiar los puntos de vista para que la educación sea más humana y más respetuosa. Un abrazo fuerte fuerte.

  2. De parte de los locos del C de Villablanca:
    Nosotros también pensábamos que estabas un poco loca, pero no es tanta locura, sino que tiene mucho entusiasmo, ganas, iniciativa, ilusion despues de un año entero queremos ser todos Pequeñita para demostrarte lo que confiamos en ti y lo que nos encanta aprender de ti. Z,R,S,M.

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