En la entrega anterior analizábamos si era necesario hacer período de adaptación en escuelas y colegios, por qué era importante que lo hicieran acompañad@s y quién era mejor que acompañase a l@s niñ@s. En la entrega de hoy, valoramos la importancia de la sinceridad en momentos tan delicados para ell@s y comparto algunos consejos que pueden servir para facilitar que en las adaptaciones se respete a la infancia como esta se merece.
Lo más importante es la sinceridad en estos momentos
Así acabé la otra entrega y por aquí quiero empezar hoy, lo más importante es que seamos sincer@s y honest@s con los niños y las niñas. Creo que hay que decir lo que pensamos desde un punto de vista positivo, constructivo y adaptado al nivel de desarrollo y madurez de ést@s.
Cuando me refiero a ser sincer@s, entiendo que es en el abordaje de temas como los que os muestro a continuación, los cuales creo que pueden dar información que ayude a controlar la ansiedad de los primeros momentos, a enfrentarse a las dudas y los miedos con más recursos para facilitar sus adaptaciones y los desarrollos que conllevan.
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¿Por qué tienen que ir al colegio?
Supongo que si le llevas a la escuela o al colegio y aún no tiene seis años, que es cuando empieza a ser obligatoria la escolaridad, tendrás unos motivos que habrán hecho que os decantéis por esta opción y no por las otras que existen, porque habréis considerado que ésta es la mejor, sencillamente transmíteselo.
«Vas a ir al cole porque vas haciéndote mayor y empiezas una nueva etapa»,»papá y yo pensamos que vas a estar muy bien allí porque hay otros niños y niñas de tu edad», «allí podrás hacer muchas cosas que en casa no podemos», «a mí me encantaba ir al cole»…
Muéstrate human@, seguro que a tí también te da pena separarte de él o de ella, en muchos casos supone la vuelta al trabajo. Que le vayas a echar de menos es algo que le demuestra a tu hij@ que es importante para ti. A veces cometemos el error de restarle importancia a los sentimientos y esto no ayuda mucho en situaciones que emocionalmente son muy intensas. Aunque como te explicaré luego es importante que no te recrees en los aspectos negativos porque le puedes transmitir al niño que va a ir a un lugar horrible y generarle más estrés del que ya tenga.
«Te voy a echar mucho de menos esas horas pero considero que es bueno para ti», «ambos empezamos una nueva etapa llena de cosas nuevas, tú la escuela y mamá (o papá) el trabajo», «cuando nos encontremos después tenemos que aprovechar el tiempo y hacer muchas cosas junt@s»…
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Naturaliza sus dudas y miedos
Es importante que respetemos la vivencia que tengan l@s niñ@s, en primer lugar porque es la suya y en segundo lugar, porque si la negamos nos va a pasar que no vamos a conocer su punto de vista y lo que realmente les pasa. Así difícilmente vamos a poder ayudarl@s en este proceso. Cada niño puede vivirlo como quiera, bien o mal, la historia es que ahí estemos para apoyarl@s y entenderl@s. Con eso les estamos mostrando que pueden contarnos las cosas cuando no estén bien y se van a sentir comprendid@s y respetad@s. Vale, van a tener que ir quieran o no, las circunstancias por regla general son esas, pero tod@s agradecemos al menos, poder desahogarnos cuando algo no nos gusta. No les neguemos también eso.
En ocasiones, l@s niñ@s nos cuentan que lo están pasando mal y nuestra respuesta es: «pero si el cole es un lugar fantástico», «pero si allí estás estupendamente». Mejor escuchar lo que nos dicen y emplear frases del tipo: «Al principio hasta que hagas amigos igual te sientes un poco raro pero luego será divertido», «es normal que algún día no te apetezca, también hay días que a mí no me apetece separarme de ti para ir al trabajo», «si los primeros días necesitas ayuda, pídesela a tu educadora o maestra», «es normal que estés inquieto porque es una situación nueva pero verás que vas a estar allí muy bien», «te sientes así porque no estoy allí contigo pero estar con otras personas te sirve para vivir cosas diferentes a las que vivimos junt@s en casa»…
Entiendo que si habéis elegido ese centro será porque tiene muchas cosas positivas para tu hij@, cuéntaselas, eso le ayudará a tranquilizarse y a aumentar sus ganas de experimentarlo compensando los aspectos negativos que pueda estar percibiendo.
«Nos encantó este sitio para tí porque tenía un jardín», «te va a encantar tu educadora, a nosotros nos ha caído fenomenal, vas a estar muy bien con ella», «¿has visto todos los juguetes que había?», «yo sé que te encanta la plastilina y allí hacéis un montón»…
«Al rato de irte dejó de llorar»
Sobre el típico comentario, «al rato de irte dejó de llorar», me gustaría deciros que no lo interpretéis como una manipulación de l@s niñ@s, no es así, cualquiera actuaría igual. «Mientras está allí mi papá o mi mamá protesto, lloro para que no se vaya, para que sepa que no quiero quedarme allí si él o ella se va», pero una vez que papá o mamá se han ido, no pueden estar llorando infinitamente, nadie llora sin fin ni ante la muerte de un ser querido, se tiene crisis de llanto y se para, se respira, se intenta seguir adelante. Es normal que dejen de llorar después de un rato de que su familia se haya ido, al fin y al cabo, «las personas que pueden solucionar lo que me pasa se han ido». Ante esta situación seguramente el niño o la niña pensará, «como ya se han ido y no me han llevado con ellos, voy a ver cómo funciona esta cosa que hay por aquí o voy a ver qué hace ese niño o voy a participar en la actividad que propone la educadora». Normalmente se les ofrecen tareas muy llamativas para su edad que consiguen precisamente este efecto llamada.
Y cuando vuelven mamá o papá para buscarles al final del día, nada más verles, rompen a llorar desconsoladamente y escuchamos, «pues ha estado genial todo el día, hasta que te ha visto ha estado muy bien» y es fácil pensar que no estamos haciendo bien las cosas, que nos manipulan y que todo es puro teatro, pero no es así. Es una respuesta adaptativa y yo diría que inteligente, «trato por todos los medios de que no te vayas y cuando te vas, me adapto al ambiente y trato de disfrutar de la situación pero en cuanto vuelves, tengo la oportunidad para recordarte que no quiero quedarme allí, que no me dejes, que siempre quiero estar contigo», que te pidan eso cuando no estás no tiene mucho sentido, lo inteligente es hacerlo cuando llegas. Sobre este tema publiqué algo que puede ayudarte a entender por qué a veces esa despedida se convierte en algo tan traumático, curiosamente, el motivo puede ser que estás haciendo bien las cosas, es el sistema de vida que tenemos el que no se adapta siempre a las necesidades de l@s niñ@s, puedes leerlo
aquí.
En estos días, Pilar Rodríguez de
Criando a mi cría, me hizo llegar un consejo que me encantó y quiero compartir con vosotr@s, copio tal cual:
«PULSERA DE BESOS: Este es un truco que yo usé con mi niña y funcionó. Para las mamis que se separan de los peques. Coge una goma del pelo, pulsera, para la peque. Explícale que es una pulsera mágica llena de besos, y que si cuando esté en el cole necesita alguno, sólo tiene que acercársela a la cara y notará un beso. Por la tarde, cuando llegue hay que volverla a rellenar de besos. También ellos pueden llenar una de besos para ti. Pruébalo.»
Para cerrar te diré que mi consejo es que si tienes que llevar a tu peque a una escuela o ya empieza el colegio, valores que tipo de período de adaptación tiene porque es importante. Si el que te encaja tiene un período de adaptación donde se acompaña al niño o la niña los primeros días, perfecto, que no lo tiene y se les deja en períodos de tiempo cada vez mayores o se les deja toda la jornada porque no hay adaptación, pues tratar de acompañarle y recogerle respetando su vivencia. Recuerda que para l@s niñ@s no siempre es fácil, que ell@ ven la vida de un modo global y que para ellos este cambio afecta a toda su vida no sólo a las horas que están en la escuela. Si se encuentra más irritable, más mimos@, necesita estar pegad@ a ti todo el tiempo o le cuesta más dormirse, ten paciencia. Aunque tu peque sea muy pequeñ@ y todavía no hable, puedes decirle igualmente cosas del tipo de las que te cuento, comprenden mucho más de lo que parece, decirlo nos ayuda a tranquilizarnos y les transmitimos no solo el mensaje sino nuestra calma, lo cual es bastante importante en un momento en el que bastante tienen con sus propios nervios.
Afortunadamente, con el tiempo, van aprendiendo a quedarse allí sol@s, a disfrutar de la situación, a entender que después de unas horas siempre vuelven a buscarlos y poco a poco, van relajándose y adaptándose a la nueva situación.
¿Crees que alguna de estas recomendaciones puede facilitar que el período de adaptación sea más respetuoso? ¿Opinas que es necesario que haya este proceso de adaptación o te parece que no es necesario? ¿Quieres compartir tu experiencia en la adaptación? Me encantará saber qué piensas.
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Gracias Claudia, que bueno leerte por aquí. Mi opinión sobre lo fácil o difícil que será la incorporación si no va antes a escuela, creo que depende de muchos factores: en qué momento esté ella(hermanos, cambios en la familia, control de esfínteres, mudanza…), cómo sea el centro donde vaya a ir (encaje bien, le transmita confianza, su profe le guste…), vuestra vivencia (si estáis convencidos, los nervios que le transmitamos…), si estuvo antes escolarizada y otras muchas cosas. Eso último también, pero yo estoy viendo casos de niños escolarizados desde bebés con adaptaciones muy complicadas. Así es que mi consejo es que trates de transmitirle todo el amor del mundo como hasta ahora y disfrutando al 100% de ella para que ella sea una niña segura que se sienta querida, eso seguro que le vendrá bien en el proceso aunque son tan pequeños que tampoco es ninguna garantía, lo estoy viendo de primera mano, pero estoy segura de que es una buena inversión a largo plazo. Gracias por compartir tu opinión. Un abrazo, espero veros pronto.
Hola. este año Susana no ira a la escuela Infantil en principio, pero contare mi experiencia aun cuando era mas bebe tenia 9 meses para ser exacta a mi el periodo de adaptación me parece algo positivo tanto para los padres como para el hijo o hija, nosotr@s lo hicimos por un periodo de 7 días. Incrementando las horas día a día hasta el día 7 todo el día. Haciendo mas o menos las actividades que realizarían,quizás no fueron muchos pero a mi en lo personal me dio mas confianza dejar a mi hija aunque fue poco el tiempo que estuvo en la escuela infantil. Cuando la dejaba me quedaba mas tranquila, lo de despedirse es muy importante hacerlo de forma natural aunque tu hijo o hija llore porque pienso que luego no estará buscándote .Gracias Soraya por el tips de la Pulsera espero recordarlo para cuando ya este en 1ro de Infantil. Espero que para l@s hijos o hijas que vayáis a la escuela infantil se adapten pronto. Yo en lo personal tengo una preocupación si mi hija no va ahora a la escuela infantil de 0 a 3 será mas difícil que se adapte cuando vaya 1ro de infantil . Aprovecho para decirte que tienes un blog genial y me parece que hay temas muy interesantes aunque no opine en todos . Un Beso
¡Qué maravilla que podáis hacerlo así! Ánimo, espero que sea breve y fácil. Gracias por aportar tu opinión con la que coincido totalmente. La pregunta que lanzas sobre como se deben sentir los niños a los que se los lleva un extraño me parece fundamental, ojalá llegue a muchas familias. Un abrazo.
En nuestro caso, la adaptación será progresiva además de acompañada. Nosotros haremos malabares con los horarios para acompañarlos en la escuela (municipal), que también permite esta flexibilidad. Creo que es importante que se familiaricen con el entorno en compañía de mamá o papá y que poco a poco haya cada vez más espacio entre nosotros. Papá irá con Óscar (readaptación) y yo con Víctor. No nos hemos puesto fecha para que consigan quedarse hasta después de la siesta pero espero que sea rápido y fácil porque nosotros también sufrimos. Me horroriza pensar que hay escuelas que el periodo de adaptación es el primer día 3 horas y el segundo día ya jornada normal, otras escuelas te recogen al peque en la puerta y ahí lo esperas a la salida. ¿Qué debe pensar un bebé o un niño cuando un extraño le coge de los brazos de su mamá o papá y se lo lleva a un lugar extraño en el que otr@s niñ@ están llorando?
Muy importante despedirnos de ellos siempre, aunque lloren. Creo que el «irse de puntillas» les genera inseguridad y desconfianza.