Cómo hacer que un niño o niña aborrezca pintar en seis pasos, reflexiones de Arno Stern.

arno sternArno Stern, tras setenta años de investigaciones analizando la capacidad artística del ser humano, se encontró con datos muy curiosos que dieron lugar a su Teoría de la Formulación. Uno de los datos más relevantes que encontró fue que si no se condicionaba la expresión artística de niños y niñas de diversos lugares del planeta, para ello viajó y convivió con familias de poblaciones indígenas y lugares diversos, estos realizaban dibujos similares en todo el mundo.

 ¿Cómo podía dibujar lo mismo un niño de una tribu indígena de la otra parte del globo y un niño francés escolarizado? Está claro que la cultura influye en la expresión del arte, en los dibujos de niños y  niñas. ¿Cómo podrían dibujar lo mismo tras tener vivencias tan diferentes? Lo que concluyó Stern fue que esas manifestaciones tenían que deberse a la memoria orgánica, esa que se va construyendo con el desarrollo de la especie, con la filogénesis. Esa memoria colectiva con la que nacemos que hace que si un bebé huele humo se inquiete porque sabe, fruto del desarrollo y la experiencia de millones de años, que cerca hay fuego. Esa que hace que los bebés prefieran estar en brazos y en altura porque es una postura que más fácilmente le protege frente a los depredadores.

Arno Stern decía que los niños cuando empezaban a expresarse a través del dibujo a partir del año o año y medio, ya tenían una memoria orgánica, además de la heredada, ya han vivido en el vientre materno y fuera de él durandibujos en niños infantileste todo ese tiempo, eso sería suficiente para tener cosas que expresar a través del arte.

Si queréis descubrir más de este pedagogo francés que durante años se dedicó a liberar la expresión artística de personas de todas las edades en sus «ateliers«, despojándolos de los «muy bien», «¿qué has dibujado?», «no te salgas» y toda una serie de frases similares que condicionan la vivencia artística y por tanto condicionan la vivencia del ser humano en toda su extensión, podéis ver en versión resumida esta entrevista a Arno Stern. Y si necesitáis saber más, os dejo la entrevista completa en este otro enlace.

Stern estaba en contra de todos los condicionamientos que se imponen a los niños en las niñas en el día a día respecto a la expresión artística, obligarlos a pintar, decirles qué tienen que hacer, de qué colores, que no se salgan, preguntarles qué han hecho, etc. Para él era una intrusión en el mundo interior del niño o de la niña y cualquier intrusión era destruirlo. Cualquier acción en contra del respeto a este mundo interior aleja al niño o a la niña de su felicidad porque lo destruye.

Yo sé que estas afirmaciones pueden parecer exageradas, al desconcierto de los desconocido se une que muchas personas pueden sentirse culpables de haber perturbado el mundo interior de algún niño o niña, yo misma con mi hija lo he hecho y lo hago aunque no es lo que quiero. La educación que recibimos se grava a fuego y sale aunque no queramos. Aunque pueda parecer exagerado, después de 70 años recorriendo el mundo e investigando, Stern, entiendo yo, tiene la autoridad suficiente para expresar esta realidad como considere oportuno.

Tratando de comprender a Stern entiendo que cuando le decimos a un niño de dos años que nos explique qué ha dibujado, le estamos generando un conflicto importante, si entra al trapo y nos contesta, estamos poniendo un filtro a su capacidad artística porque no posee vocabulario para contarnos qué ha tratado de expresar. Si como dice Arno Stern forma parte de la memoria orgánica de miles de años  de desarrollo de la especie, ¿cómo podría explicar un niño de dos años qué ha dibujado? No lo sabe. ¿Podría explicar un niño de Nueva Guinea su dibujo igual que uno de España? Aunque como descubrió Arno, estos sean prácticamente iguales, ¿podrían contarnos con las mismas palabras y argumentos qué representaron? La respuesta es no, pero, ¿si dibujaron lo mismo? Entonces el error es pretender que hagan algo que no es posible. El error es simplificar en el vocabulario de un niño de dos años algo que es tan grande y tan valioso. Error tras error.

¿Habéis escuchado alguna vez a un artista explicando lo que ha pretendido reflejar en su obra? ¿Creéis que un niño o una niña de dos años podría explicar con el mismo nivel de profundidad? ¿Qué pasa que su manifestación artística es de menor valor? Es injusto poner en la tesitura a un niño de tener que limitar el sentido de su dibujo a decir que es: «gato, flor, árbol…» porque en muchas ocasiones con esa edad no tienen capacidad para forma una frase entera con la lengua oral, en el pensamiento es otra cosa. Y si no contesta porque no puede o no se ve capaz de simplificar tanto la cuestión, entonces desde nuestro adultocentrismo ignorante damos por supuesto que es que no sabe qué ha dibujado, otro error. El error es la pregunta adulta, no la respuesta infantil.dibujos infantiles de los niños

Hace unos meses, mi hija pintaba un cuaderno de colorear que le habían regalado, una persona de la familia con toda su buena intención, le corregía todo el tiempo para que no se saliera de las líneas, Pequeñita aún no tenía tres años, era prácticamente imposible lo que le estaban pidiendo y esa es la mejor manera de que una persona se frustre y deje de hacer algo para siempre. Si la exigencia es muy grande, si se proponen tareas por encima de las capacidades personales, se genera un conflicto interno muy grande que hace que rechacemos la tarea, así funciona el fracaso escolar, ¡es tan sencillo…! Hay que trabajar en la Zona de Desarrollo Próximo que decía Vygotski, partir del nivel del niño o la niña, dicho de otro modo, acompañarlo en su propio nivel de desarrollo o ritmo personal ni demasiado fácil ni demasiado difícil.

Como me preocupaba que con ese tipo de «presiones» dejara de pintar definitivamente, después de aquello le dije que no se preocupara, que si se salía era porque era pequeña aún, que no pasaba nada y que cada niño podía pintar como quisiera. Fue gracioso, porque en la siguiente ocasión que trataron de decirle cómo debía pintar, ella respondió algo así como «es que soy pequeña y pinto como me da la gana». Cuando mi hija hace esas cosas, me encanta, aunque la cara de las personas adultas que la rodean sea un poema, jajaja. Tiene toda la razón, las personas «grandes» siempre estamos molestando a las «pequeñas» y cuando, hartas, se defienden, les reñimos por molestar al «grande». Es muy injusto.

6 pautas básicas para lograr que los niños y las niñas pierdan su interés auténtico por pintar

Es muy fácil, si quieres que tu hijo, tu hija o tu alumnado deteste pintar o deje de hacerlo como vía de escape y de expresión de su mundo interior, puedes seguir estos sencillos pasos:

1. Decide cuándo tienen que pintar al margen de que les apetezca.

2. Decide qué tienen que pintar, de qué colores, tamaños, formas…

3. Dile todo el tiempo «muy bien, qué bonito…» o ponle caritas (sonrientes, tristes…) para juzgar sus dibujos.

4. Controla todo el proceso y ve diciéndole «no te salgas, así no, así sí…»

5. Pregúntale siempre que acabe sus dibujos qué ha dibujado y por qué.

6. Cuestiona los colores («un elefante no es rosa», aunque luego se harte a ver dibujos animados donde los animales son de cualquier color), las formas («esto no tiene forma de triángulo»), dile lo que está bien y lo que está mal en sus dibujos.

Además de lograr que dibujar o pintar pierda su capacidad de expresión liberadora de emociones y parte de la historia y la memoria orgánica del niño o la niña, estarás consiguiendo con ello cortarle las alitas de su creatividad limitándole sus posibilidades en el futuro y haciendo que su capacidad de ser libre y feliz sea un poco menor. Ya ves, todo ventajas (léase la ironía).

En resumen…

Por último, quiero acabar con una frase que me dijo una alumna el otro día en clase.

Al explicarles esto a mis alumnas el otro día, como me ocurre con tantas cosas, recibía miradas de «ya está esta mujer con sus historias para no dormir». Una alumna me comentaba que a ella cuando alguien le decía que su dibujo era bonito le hacía sentir bien y era un estímulo para seguir dibujando. Yo le decía que seguramente esto ocurría porque desde pequeña le acostumbraron a recibir ese juicio como forma de aprobación y ahora depende de él. No le convenció mucho.

Creo que la clave la dio otra alumna que dijo algo así: «yo no necesito que nadie me diga que le gustan mis dibujos, yo los hago porque me hacen sentir bien y me da igual lo que opinen los demás«.

Valorad qué tipo de explicación os gustaría que dieran vuestros hijos, hijas o alumnado el día de mañana acerca de los motivos por los que dibujan o realizan cualquier otra manifestación artística cuando se encuentren en una situación de este tipo, yo lo tengo claro y haré lo que esté en mi mano para lograrlo.

andré sternArno Stern es el padre de André Stern, con el que tuve la suerte de realizar un taller el curso pasado del que os hablé muy poquito y os debo aún mucha información interesante, Arno nunca llevó a su hijo al colegio y a fecha de hoy, André es músico, compositor, lutier, autor de varios libros y cronista además de dirigir el Instituto Arno Stern y recorrer el mundo impartiendo talleres y conferencias sobre educación, es uno de los autores que participan en Imagine Elephants, un documental sobre la importancia del juego que deberíais ver si aún no habéis visto. No le ha ido mal, ¿no?

¿Qué opinas de los descubrimientos de Arno Stern? Te habías planteado este tema desde este prisma? ¿Quieres compartir con nosotras (personas que leemos este blog) tu punto de vista a favor o en contra? Será un placer leerte en comentarios. Y si te gustó y crees que es una reflexión interesante, por favor, comparte.

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5 comentarios en “Cómo hacer que un niño o niña aborrezca pintar en seis pasos, reflexiones de Arno Stern.

  1. ¡Cuánto lo siento! La mayoría estamos en esta situación, nosotras también. Yo trato de pensar que las familias tenemos un peso muy importante y que si ofrecemos otros modelos les estamos permitiendo expresarse, pero muchas veces no deja de ser una carrera de obstáculos y un compensar y compensar que genera conflictos en las y los más pequeños. Ojalá pudiera cambiar lo que me dices pero solo puedo decirte que no te rindas y que hables con ella y que le ofrezcas otras alternativas para que aunque intenten cortarle las alas de su creatividad tenga un espacio donde expresarse y crear. Te deseo mucha suerte, la mayoría la necesitamos.

  2. Es difícil para mí dar pautas, no creas, yo como la mayoría de las que pasamos por aquí, nos hemos criado en la cultural del «muy bien», «qué has dibujado»… Y voy probando, equivocándome. La idea es transmitirle al niño o a la niña, tu interés, que te preocupas y te interesas por las cosas que hace, sin centrarnos tanto en el dibujo. Gracias por enseñármelo, ¿quieres que te diga qué me parece? (muchas de las veces no contestarán o dirán que no), así que estabas pintando, ¿qué colores has usado? ¿usaste solo rotuladores? ¿te gusta a ti? Son algunos ejemplos, pero no descarto analizarlos con detenimiento y darme cuenta de que llevan implícitas las mismas ideas. Es tan difícil… Gracias por compartir tu experiencia. Un abrazo.

  3. Me parece que es una buena reflexión que como otras muchas ni me la había planteado… pero no estaría mal tener las pautas para hablar con ellos del dibujo pq te lo dan y sino le dices muy bien, ni le preguntas parece que no le das importancia.. yo últimamente le doy las gracias pq me lo suele regalar y hablamos sobre que es.. Le digo si me gusta más que el alguno de los que tengo colgados, para sustituirlo, pero si hablamos de lo que ha querido pintar (tiene 4 años)..que puedo cambiar ??

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