Mejoras imprescindibles en el «cole de mayores». Período de adaptación.

adaptación en el cole de mayoresAy, qué días tan complicados. ¡Cuántas emociones! ¡Qué difícil!

¿Alguien me puede explicar por qué a pesar de que muchas familias consideran que llevar a sus peques al colegio es lo mejor para ellos y ellas, hablan de pena cuando éstos y éstas empiezan las clases del primer curso? Algunos papás y algunas mamás hablan de pena porque se van haciendo grandes, pero, ¿por qué precisamente se acumulan tantas emociones en ese primer momento de escolarización? ¿Por qué es una pena que se hagan grandes? Yo, sinceramente, creo más que la pena tiene que ver con que dejamos en manos de desconocidos y desconocidas nuestro tesoro más preciado y además, en la mayoría de los casos sin posibilidad de opinar.

En la mayoría de Escuelas Infantiles nos preguntan cómo duermen, qué les gusta, cuáles son sus costumbres… y en muchas ocasiones hasta se tiene en cuenta para tratar a cada niño y niña de una manera. En la medida de las posibilidades, que ya sabemos que son pocas.

Pero en el colegio, la maestra que será la tutora de mi hija si no puedo evitarlo (lo que quiero evitar es que vaya al colegio en general, no en particular a la tutora), no ha preguntado nada de los niños, las tutorías tiene pensado hacerlas un mes después de haber empezado las clases y en el segundo trimestre nos contará cuál es su planteamiento pedagógico. ¿Estáis alucinando en este momento, verdad? Yo, después de pasarme dos días llorando a moco tendido con una sensación de impotencia que muchas y muchos comprendéis perfectamente en estos días de adaptaciones varias, he llegado a la conclusión de que a pesar de que es de locos, ha sido honesta.

Mirad, con ventiseis niños y niñas en un aula a los que no conoces de nada y con más de la mitad llorando y la otra parte tratando de hacer suyo un espacio donde no hay metros cuadrados suficientes para todos y todas, no puede recordar la información que pudieranadaptación al cole darle las familias en una entrevista previa y mucho menos aplicarlo en beneficio de los niños y las niñas. No puede ella y no puede nadie, al menos así lo veo yo. Lo que pueden hacer es tratar de sobrevivir, alguna maestra se pondrá hiperdura y lo planteará desde el «porque lo digo yo» y castigará a todo ser viviente en el aula que no haga lo que ella diga; otra dejará hacer desesperada con la esperanza de que las cosas poco a poco vayan autorregulándose como se pueda evitando que se lesionen y poco más y otra, la mejor para mí, intentará captar su atención con todo tipo de estrategias y materiales (color, sonido, materiales, canciones…) tratando de poder hacer alguna actividad donde puedan disfrutar del momento y llevarse un buen sabor de boca a casa por la tarde.

Ahora, desarrollo integral en esas condiciones, perdonadme pero es simplemente imposible. Desarrollo va a haber, claro, lo hay aunque no queramos, los seres humanos somos así, nos desarrollamos. ¿Os duele? No os cuento lo que me duele a mí. Primero por mi hija, os mentiría si dijera otra cosa, segundo por vuestros hijos e hijas y tercero porque al fin y al cabo, todos y todas ellas van a convivir en sociedad y las experiencias de unos y otras afectan a todo el mundo y tiene consecuencias sobre todos ellos y ellas y la sociedad en su conjunto. Y perdonadme otra vez, pero la que estamos creando huele un poco que apesta.

«El día que aceptemos que los niños y las niñas son personas con capacidad de sentir, decidir y opinar, el mundo será un lugar mucho más agradable para vivir en él».

Contra todo pronóstico, mi hija está saliendo contenta de los días de adaptación del cole. Entra llorando, hoy me explicó por qué y me recordó que iba a entrar así todos los días (esto lo dijo bien alto para que quedase claro), luego os lo cuento. Pero el caso es que sale contenta, quiere volver al día siguiente y está eufórica el resto del día. Alguna rabieta de pronto porque no está acostumbrada a madrugar y de repente le dan ataques de sueño, pero es normal aún no tiene ni tres años, está en pleno momento de rabietas. Me dijo que ella entraba triste al colegio porque nunca quería separarse de mí, aunque luego ya estaba contenta y que siempre iba a entrar triste, TODOS LOS DÍAS (gritando) porque siempre quería estar conmigo. Ains, es exactamente lo que siento yo. El día que aceptemos que los niños y las niñas son personas con capacidad de sentir, decidir y opinar, el mundo será un lugar mucho más agradable para vivir en él.

Adaptación al cole de mayoresComo me encanta flagelarme con este tema, a pesar de que está bastante bien, yo no paro de pensar en cómo voy a compensar tanto despropósito y me dedico a hacer cálculos que me salen terribles. Como calcular el tiempo que mi hija puede pasar esperando que la toque lavarse las manos, o ir al baño tras el patio, entrar del recreo tras quitarse la arena de los zapatos, esperando que la profe organice el aula, reparta materiales, que la llamen para poder levantarse (bueno mi hija de momento no se sienta, menuda es) y venirse conmigo… Y considero que de toda la jornada si quitamos la comida, la siesta y los desplazamientos, más del sesenta por ciento del tiempo, siendo extremadamente positiva, se va en esperas. Convertimos la infancia de los más pequeños y las más pequeñas en una espera, una cola para entrar, para salir, para asearse… ¿De verdad alguien considera que eso puede ser tan bueno? ¿De verdad pensamos que un niño o niña de tres años está mejor en esas circunstancias que rodeado de personas adultas que le prestan atención, se comunican con él, resuelven las necesidades que ellos o ellas no pueden resolver por sí solos…? Claro si pensamos en personas adultas que no les hacen caso o les ponen la tele mientras hacen las tareas de casa pues está claro que no, pero si hablamos de personas que le dedican tiempo de calidad, que le acompañan en sus descubrimientos, que le ofrecen actividades y materiales… ¿De verdad pensamos que están mejor en un aula de pocos metros cuadrados, con tantas personas en el aula como para no tener espacio para moverse libremente por el espacio, peleándose por el escaso material con una maestra que está siendo estrujada al máximo para poder sacar su día adelante, con treinta minutos de tiempo de espacio exterior compartido con otros doscientos o trescientos niños y niñas?

Si estuvieran con ocho o diez niños y niñas (que ya sería un exceso, si no lo veis así, a ver quien es la guapa o el guapo que se mete en un aula de veinte metros cuadrados con ocho niños y niñas de dos y tres años cinco horas al día, la mayoría tenemos uno o dos y no damos a basto), entonces hablaría de los beneficios de la socialización que es algo que empiezan a desarrollar mayoritariamente hacia los tres años. Pero con veintiseis, no creo que sea socialización, es supervivencia. Y con tantos «amigos/as» (término que me chirría un poco, ¿les estamos vendiendo a los niños y las niñas que por el simple hecho de compartir un espacio todos los días con otra persona, ya es nuestra amiga incluso el primer día de conocernos?) ¡Pues cuántos amigos y amigas debemos tener la mayoría en el edificio, el trabajo, en el metro…! No sé si ese es el concepto de amistad que quiero que tenga mi hija. Compañeros y compañeras me parece más creíble, a los amigos y las amigas los elige uno o una misma y después de varias aventuras compartidas, ¿o no?adaptación al cole de mayores

Llevo días evitando hablar de esto, pero es que necesito soltarlo, yo sé que preferimos escuchar lindezas del tipo, «están muy bien allí, lo necesitan, es ley de vida, tienen que aprender» porque eso nos ayuda a sentirnos mejor haciendo algo que tenemos que hacer sí o sí porque el sistema así lo quiere, de esa manera, no le exigimos al sistema nada más que lo que nos da. Pero amigas y amigos, eso no es lo ideal para nuestros tesoros más preciados, cualquiera que sabe un poco de educación sabe que ventiseis niños y niñas en un aula es demasiado, que treinta minutos de patio es poco, que una profesora para tantas personas es irrisorio…

Si no somos las familias las que exigimos una educación de calidad para nuestros hijos e hijas, ¿quién lo va a hacer?

Y ahí sigo con mis devaneos, viendo qué hacemos y temiéndome que mi hija va a querer ir al cole por encima de todas las cosas, única situación con la que no había contado. La maternidad es muy difícil.

Si estás en pleno período de adaptación y está siendo muy duro para tu pequeño o pequeña, te invito a que leas algunas ideas en este post titulado: Consejos para realizar un período de adaptación respetuoso con la infancia, que pueden ayudar a generar un poco de paz y seguridad a las y los más pequeños y facilitar que se adapten al entorno escolar en las circunstancias que tengan. Yo estoy segura de que se adaptan a cualquier cosa (aunque no quiera que mi hija haga esto), pero la forma en que lo hagan, sobre todo a nivel emocional, va a marcar muchas diferencias en su desarrollo.

Deseo de todo corazón que las adaptaciones sean fáciles y sobre todo que las niñas y los niños estén en las mejores condiciones porque de eso nos beneficiaremos todas las personas que convivimos con ellos y ellas.

Un abrazo fuerte

3994 Total visitas 1 Visitas hoy

15 comentarios en “Mejoras imprescindibles en el «cole de mayores». Período de adaptación.

  1. Para mí sois muy afortunados, especialmente vuestra hija, aunque mucha gente no pueda entenderlo. Y también pienso que sois muy valientes, imagino que tendréis mucha presión social, así que mucho ánimo. Un abrazo.

  2. nuestra hija no va al cole y tiene 4.5, deberîa estar en 2° de preescolar. no quiere ir y asî està bien, podemos permitîrnoslo (aunque nos tengamos que privar de muchîsimas cosas econômicas), tenemos todo el tiempo para dedicàrselo. de momento tenemos claro que no irà a preescolar y nos estamos planteando la primaria, tal vez los primeros 2-3 anyos también termine pasàndolos en casa, si ella quiere, claro.

  3. Hola mamá de pequeñita; me pone triste la realidad pues yo anhelo posponer la entrada a la escuela tanto como sea posible. Al leerte se me estruja el corazón y deseo que todas aquellas familias que creamos y habitamos con nuestros hijos un mundo donde cabe bien la libertad, no perdamos paz y fortaleza. Mi niña sigue en casa junto a mí y yo no deseo lo que llaman «tiempo para mi» pues ella me merece en todos mis tiempos.
    Un abrazo

  4. Uf, siempre me quedarán dudas, tal y cómo están nuestras circunstancias, la única opción era renunciar al trabajo. La idea es que esto va a mejorar y pronto porque si no es así no descarto nada. Muchas gracias por tu comprensión. Un abrazo fuerte.

  5. La sociedad nos quiere insensibles al dolor, supongo que los que se muestran insensibles a la pena de sus hijos e hijas son aquellos y aquellas que ya sufrieron situaciones en las que se ignoraba su dolor, me niego a entrar en ese rollo. Hoy me decía una madre, si te ve mal estás perdida, ¿qué pretende que la deje allí llorando y vea que me voy con una sonrisa? ¿Nos hemos vuelto locas o qué? Desde luego quería otro mundo mucho más humano, la pena es que este es el que tenemos. Un abrazo fuerte Elena, ojalá esto vaya mejorando poco a poco y estemos centradas en cosas más alegres.

  6. Claro Elena, es el consuelo que nos queda, quererlos mucho y satisfacer sus necesidades en el tiempo que estemos con ellos y ellas para compensar. Compensar, compensar… se supone que es la escuela la que debería hacer eso, es el mundo al revés. Al menos me alegro de que tu peque esté contento. Un abrazo fuerte fuerte Elena.

  7. Buf, no tenía ni idea de que estuvieran haciendo ese tipo de cosas, estás en tu derecho de no firmar nada, diles que no tú no firmas nada sin la presencia de tu abogado, a ver qué dicen, esto es el colmo. Siento mucho que estés pasando por esto, Pequeñita empezó más o menos contenta, con las salidas (las entradas era duras) pero ya no quiere ir lo que pasa es que estoy tan triste y tan desbordada que no he tenido tiempo ni de escribir sobre ello. Mucho ánimo y fuerza para lo que nos queda.

  8. Agradezco tu entrada. Le pones palabras a lo que estoy viviendo. Me identifico mucho con «él va contento al cole, yo no me lo esperaba» jjj Un abrazo grande y gracias por tus aaportaciones :*

  9. Poco puedo contar que no haya escrito. Mi hija no quiere ir al colegio. Luego sale contenta, porque como dices no puede llorar dos horas seguidas para nada. Creo que estoy llevando el proceso con el máximo respeto posible, pero es duro para mí escuchar su protesta que me parece del todo lógica y razonable. Una vez asumido que tiene que ir, me pide que haya alguien con ella. Ven conmigo y entras, o el abuelo o la tía. Es decir, todos los días como el primer día, en el que mi presencia tranquilizaba el hecho de encontrarse en un entorno extraño. «y si me hago caca tú no estás» dice con tristeza. Y tiene toda la razón del mundo, y el sistema es deficiente por todas partes. Yo entiendo a la tutora que no puede poner veinte abrigos porque si lo hace se termina el tiempo del recreo, pero forzar la autonomía tampoco es la solución.
    La novedad este curso es una especie de contrato entre centro y padres con una serie de compromisos que te piden firmar y a lo que me niego en redondo. Al parecer la idea viene de la lomce. Es como si quisieran atar de manos a todo antisistema «me comprometo a acatar las órdenes del profesorado…» «a hacer las tareas…» «a traer el material…» para vomitar. A ver qué me dicen cuando no lo lleve.
    Un abrazo a pequeñita.

  10. Aquí me tienes llorando mientras leo tus palabras y asiento con la cabeza pues es exactamente lo que pienso yo…
    Es cierto que mi pequesi que entra contento(aunque no es el alma de la fiesta)y sale más contento pero yo no paro de pensar en qu estará haciendo en cada momento y sobre todo….con quien estará?esto sí que me genera ansiedad y preocupación pues como bien has dicho tu,es mi mayor tesoro (junto con su hermana)y el hecho de dejarles en un espacio casi desconocido para mi también y con adultos responsables de el(y 25 peques mas)con los que apenas he cruzado 10 minutos de conversación….ains que difícil…
    De cualquier forma esto es lo que hay no?o eso dicen…aunque a mi me sigue costando rssignarme.
    Estoy segura que conseguiremos que ellos y ellas lo pasen lo mejor posible.
    Gracias una vez más por tus palabras (aunque a veces duelan…).
    Besos

  11. Ánimo!! Me siento muy identificada con todo lo que escribes. Cuántas controversias pasan por mi mente en esas horas de espera hasta que voy a recogerla… Y lo que más me fastidia es tener que aguantar esta tipica frasecita: » así se hacen fuertes, tiene que ir acostumbrándose, que los próximos años será así…. » En fin, ánimo y fortaleza.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *