No más caritas sonrientes, por favor.

caritas sonrientes en educaciónLlevo mucho tiempo dándole vueltas a esto, pero hoy ha sido el remate. Una mamá del cole que tiene un niño en Primaria, me ha enseñado la «fantástica» aplicación que están usando las y los maestros en el colegio. Aunque tiene una parte que he visto muy práctica porque permite la relación familia-colegio, se pueden escribir mensajes a toda la clase o a una sola familia… Hay otra parte que no me ha gustado nada, precisamente es la primera que me han enseñado como lo mejor del mundo.

De momento, a mi hija le ponen caritas sonrientes en algunos momentos puntuales del trimestre o de la semana, al realizar unas series que hacen para preparar la lectoescritura. No me gusta esta técnica pero viendo cómo trabajan las profesoras entiendo que es una posición intermedia entre la mía (blanca) y quiénes dicen que la letra con sangre entra (negra) y, bueno, los grises al menos hay que probarlos y conociendo el criterio de la profesora y su forma de enfocar al grupo, pues lo acepto, porque hacen otras cosas estupendas. Además, ¿qué remedio me queda?

Pero que me vayan pasando positivos (o negativos que duele más, aunque no son más peligrosos) en directo a lo largo de la mañana, según mi hija vaya comportándose como cada uno y una de sus profes desee para ese día, semana o el curso entero, lo mismo me da. Que nadie se olvide de que no somos perfectos, al contrario, las y los profesionales de la enseñanza somos personas muy emocionales muchas veces y nuestro entusiasmo, a veces, no nos deja ver más allá de nuestras narices, todo esto partiendo de la base de que nos importe nuestro trabajo y queramos hacerlo bien. Ya si estoy lleno o llena de traumas y frustraciones, que haberlos los hay o «me importa tres pitos mi alumnado«, que también se da, apaga y vámonos.,

Deberíamos tener en cuenta que no todos los días la sonrisa nos desborda por los lados de la cara y que no siempre somos lo objetivos que nos pensamos que somos a la hora de valorar qué es lo que está bien y lo que está mal. Nuestros hijos e hijas, si sus profes deciden emplear estas diabólicas aplicaciones, están vendidos. Porque no solo terminarán haciendo lo que le plazca al profesor o la profesora según el estado de ánimo que tenga, lo bien que haya dormido o si no se le ha pasado la resaca del sábado. ¿Os imagináis pasar una mañana con 27 niños en un aula con resaca? Pues se da esto también, ya os decía que somos humanos y humanas. A ver si por ser maestro no vas a poder tomarte unas copas o unas cañas y despistarte un día tomando una de más.

En un día así, la aplicación debe echar humo de los negativos, saltarán todas las alarmas, ¿realmente ese día están peor mis alumnas y alumnos o soy yo que no puedo soportarme? ¿Nunca os ha pasado esto?

Cuando se da una recompensa externa en estos términos, positivos o negativos, pegatinas verdes y rojas, sellos de «Ok», «lo has hecho muy bien» o una de las más terribles que he visto: si te portas bien en clase, el profesor te pone un sello en la mano donde está el nombre del docente en español y en chino, ¿os lo imagináis? Me recuerda a escena de ganadería, no puedo soportarlo. Mi pequeña con un sello de esos en la mano, que se lo pongan ellos y ellas donde más rabia les dé. Decía, cuando se usan este tipo de reconocimientos en base al criterio subjetivo de un profesor o profesora y siempre en una comparativa con otras y otros compañeros de clase, no se está premiando el esfuerzo de alguien que, a lo mejor no lo ha hecho perfecto, pero lo ha hecho mejor que la última vez. A cada uno y una habría que valorarlos en su propio proceso.

Si un niño se porta mal o está inquieto o irritable, puede ser que tenga una situación complicada en casa o en clase,caritas sonrientes en educación ¿dónde está el beneficio de ponerle un negativo? ¿Cuál es su utilidad?

Os lo diré, lograr que el alumnado esté tranquilo, quieto, que no moleste, que me dejen dar mi clase, que me escuchen, que no me interrumpan, que no me hagan sentir inseguro o insegura… me, me, yo, yo… No se está pensando en el beneficio del niño o de la niña cuando se hace algo así, si no en el del profesor o de la profesora.

Y bien, las y los profesionales lograrán su objetivo, dar sus clases aburridas, insufribles, muchas veces. Si no lo son, es decir, si son interesantes, las cosas funcionan sin positivos y negativos, que no se os olvide. Pero estaremos obviando que el objetivo de esa clase no es satisfacer necesidades adultas, si no otras de las y los alumnos. Hay que cubrir sus necesidades de aprendizaje y desarrollo, no las nuestras de docentes satisfechos. La satisfacción docente debería surgir al ver a mi grupo aprender, progresar, en armonía, con crisis (claro, son necesarias en todas las relaciones) pero trabajando juntos y juntas y comprobando que en mi aula tengo niños y niñas sanas que aprenden y disfrutan con ello. No debe venir del propio trabajo realizado por el docente: «hoy expliqué muy bien esto«, sin haber comprobado nada, hasta mañana que traigan la tarea. Luego si nadie lo entendió es culpa de ellos y ellas porque a mí me salió una clase redonda (léase la ironía)

Mientras las cosas sigan funcionando así tendremos un grave problema, porque es una espiral o mejor, una pescadilla que se muerde la cola. Muchas personas con vocación docente siguen haciendo todo aquello que como alumnas y alumnos les venía mal, aquello que no les funcionaba a ellos y ellas. Y así un curso tras otro, desde hace décadas.

¿Qué ocurre cuando le retiras el sistema de refuerzos, de manera brusca a una persona? Supongo que estos maestros y maestras que emplean estos métodos se habrán tomado la molestia de estudiar cómo funcionan, ¿qué creéis? Muchos y muchas no. Este tipo de condicionamientos o de técnicas de modificación de conducta que es como se llaman este tipo de estrategias, también economía de fichas en una versión mucho más controlada, se emplean en terapia y deben ser retiradas progresivamente, mientras se va sustituyendo la motivación extrínseca (que viene de afuera) por otra más intrínseca, donde la persona aprende que hacer determinadas cosas produce un beneficio personal que merece la pena solo por eso sin más regalos, frases dulces o recompensas en forma de «eres el mejor de», «como eres el que mejor se ha portado te llevas la mascota de la clase a casa».

Me contaron que en otro cole, una niña salía llorando de clase porque se había portado mucho mejor que la niña a la que le habían dado la mascota. ¿Me puede explicar alguien como un maestro o maestra puede explicar cómo enseñar a sumar a los niños y las niñas mientras controla quién es el mejor del día? No quién se ha portado bien sino quién en una clase de veinticinco ha sido el mejor o la mejor en conducta. Estos sí que son súper poderes. Si ya me parecía complicado lograr que todos y todas entiendan a la vez algo así (la suma), así de repente, de 11:00 a 11:50 como por arte de magia, esto otro ya no puedo ni imaginarlo. Por aquello de que no puedes imaginar algo que no hayas visto (de esto os hablaba aquí).

El profesor o la profesora sacarán adelante el curso y acabarán su temario sintiendo gran orgullo, pero, ¿cómo le
explico yo a mi hija que tiene que hacer las cosas por su propio deseo y encontrar una motivación en sí misma, una satisfacción que pase porque se sienta orgullosa de ir consiguiendo avanzar y aprender cada vez más. ¿Cómo compenso que mi hija vaya al cole a intentar agradar a cada uno y una de sus profes teniendo en cuenta que no siempre tendrán el mejor día y no siempre serán objetivos? ¿Qué sentido tiene que mi hija dedique recursos a lograr que su profesor o profesora esté contenta o contento con ella? Ella debe ir allí a aprender no a regalarle los oídos a nadie. Por supuesto que tiene que haber normas de convivencia (de disciplina, dirían otras personas), son necesarias, pero desde el respeto. No desde la sumisión de unas personas, la superioridad de otras, desde la injusticia del «porque lo digo yo». ¿Por qué tengo que hacer tres horas de deberes en la tarde de mi cumpleaños? Porque lo digo yo que soy tu profesora (basado en un hecho real). Es que si lográis verlo desde afuera es tan ridículo, se podría decir: «¿y no puede ser mañana? Yo te prometo que mañana aprendo a dividir por dos cifras y en el examen lo bordo, pero no me estropees mi octavo cumpleaños porque eso sí que no vuelve». ¿Es tan difícil entender esto?

caritas sonrientes en educaciónAdemás, de que no me gustan este tipo de métodos, me ocurre otra cosa. Me indigna que las y los profesionales de la enseñanza, se den cabezazos para sacar adelante sus clases, para conseguir silencio y disciplina, en definitiva para adaptar a niños y niñas a un sistema que es totalmente contrario a ellos y ellas y en definitiva, matándose con la razón para lograr algo que es sencillamente, imposible, al menos manteniendo la salud mental. Bien, si ellos y ellas, no encuentran la manera de controlar esto, es la eterna pelea y preocupación en los claustros y reuniones de equipo. ¿Por qué ahora piensan que una aplicación en el móvil va a salvarles el culo? ¿Como una app va a suplir años de formación, experiencia, cursos de formación del profesorado, trabajo con alumnos y alumnas en el aula, intercambios de experiencias en los centros? ¿Cómo se pueden simplificar tanto las cosas?

Me puse a investigar por ahí, cómo se vendía la aplicación, si le darían más importancia a la parte de facilitar la comunicación con las familias o la parte de regalar positivos y negativos como cuando damos bolitas de pienso a un perro que nos trae moviendo el rabo el palo o la pelota que le hemos tirado. ¿Os parece exagerado? Yo no veo mucha diferencia. ¿Eso queremos que sea nuestro hijo o hija? Un perrito o perrita faldera de otra persona que da por supuesto que es superior y que está en disposición de la verdad absoluta ofreciendo soluciones personales a todos los conflictos. Es una pena.

La aplicación se vende como una herramienta para mejorar la conducta de las y los estudiantes en clase, lo que me imaginaba. En uno de los enlaces buscando en Google, se lee textualmente: «ayuda a los profesores a mejorar la conducta en sus aulas rápida y fácilmente».

Lo que os decía, ¿cómo alguien que lleva años aprendiendo y formándose tratando de lograr atención y disciplina en su aula, puede confiar en que con esto van a mejorar de manera sustancial estos aspectos?

Señores docentes, confíen más en sus capacidades, en sus afectos, en lo que funciona en cada edad, amplíen conocimientos para estar por encima, en términos reales y poder entonces tener información valiosa para poder gestionar las situaciones que se vayan dando en el aula, pero no desde arriba, sino desde el niño o la niña, pues es la única manera de lograr avances.

¿De verdad los docentes quieren que las familias estén al segundo siguiendo sus clases? ¿De verdad quieren enfrentarse con las familias cuyos hijos e hijas no reciban positivos? ¿O tener que aguantar a las de los que reciben muchos y se piensan que por ello tienen algún privilegio? ¿De verdad quieren que su tarea se amplíe más allá de sus horas de clase generando debates en los hogares con todas las complicaciones que este tipo de cosas suelen conllevar después? Es que creo que estamos tan ciegos con las nuevas tecnologías que nos dejamos llevar y no vemos que siempre tienen el Yin y el Yang, la parte positiva y la que no lo es tanto. Este tipo de estandarizaciones, donde se coloca a niños y niñas tan pequeños en una palestra para ver comparativas de positivos o negativos, de buena o mala conducta y ya de aprobados o suspensos, dejando claro quién es mejor que quién en todo momento, sin tener en cuenta cómo influyen en todo esto las personas adultas del entorno del niño o la niña, cuanto menos, me mosquea.

Hay niños y niñas, que en la comparativa siempre salen perdiendo, cuando ponemos el listón demasiado alto, siempre hay personas que se rinden y buscan otra manera de destacar, de encontrar el afecto que como humanos y mamíferos que somos, necesitamos. Si no voy a poder sacar un diez en matemáticas, voy a intentar ser el graciosillo de la clase y si no tengo dotes humorísticas, pues voy a ser el macarra que da por saco día sí y día también. El caso es tener un rol en este grupo y sobresalir por algo, llamar la atención de alguna manera. Scaritas sonrientes en educacióni no eres el mejor en algo y no tienes narices de volverte macarra, a veces, no queda más remedio que volverse invisible. Las clases están llenas de personas invisibles que podrían aportar miles de cosas interesantes en el aula pero que se rinden ante las condiciones en que se trabaja en ellas. Por favor, ¿podemos exigir a quién pueda influir en este tema que tomen cartas en el asunto? Lo más urgente, en términos de Francesco Tonucci,es modificar la formación del profesorado. Pero mientras esto cambia y tiene sus frutos, por favor, hagamos algo para mejorar la educación de nuestros hijos e hijas, será la mejor inversión que haremos en la vida.

Sé que me quedó un post excesivamente largo, agradezco mucho que hayas llegado hasta aquí. Este tema me indigna sobremanera, creo que se nota. Es muy duro observar que se van a cometer los mismos errores y sentir que será inevitable que lleguen las consecuencias cuando afecta a tu hija. Hay muchas cosas que ya están demostradas. Mucho ánimo a todas las personas que os sentís como yo y no sabéis cómo lograr que cambien las cosas.

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11 comentarios en “No más caritas sonrientes, por favor.

  1. Como en este blog se aprueban todos los comentarios salvo que sean irrespetuosos y este para nada lo es y va a quedar aquí registrado, solo me queda decir que en el primer párrafo dice «muchas personas con vocación docente» y «muchas» no son todas y en el segundo párrafo, reconozco que debería decir «me indigna que algunos profesionales de la enseñanza» para que no se interprete que estoy generalizando, mea culpa, pero yo no doy por supuesto que todos y todas las profesionales de la enseñanza hagan esto que describo en el post, yo misma no lo hago, muchos de mis compañeros y compañeras no lo hacen, no pretendía generalizar, solo criticar a los que sí lo hacen que, desafortunadamente, son muchos y muchas desde mi exigente punto de vista. En cualquier caso, agradezco enormemente que una docente comparta conmigo sus puntos de vista, que muestre su interés y su vocación por la docencia y deje claro que, efectivamente, no todos y todas somos iguales. A mi hija le transmito respeto por sus profesores y profesoras y por el resto de las personas, hasta el punto de tratar de explicarle con cuatro años que muchos niños hacen cosas injustas a sus compañeros y compañeras porque es lo que han aprendido a hacer pero no son malos como ella escucha una y otra vez. He tenido mucha suerte con la única maestra que ha tenido mi hija hasta la fecha, no han tenido tanta suerte otras familias de mi entorno. Si en el futuro, ella tiene maestros o maestras que le falten al respeto, le exijan más de lo que puede dar o sean injustos con ella minando su autoestima y favoreciendo que fracase en el camino, le diré que lo hacen así porque es lo que han aprendido, que consideran que esa es la manera adecuada de hacer las cosas. Aunque por supuesto, no dejaré de mostrarle día a día que hay muchas maneras de hacerlas, que no hay razones absolutas, que las personas se equivocan y que hay que ser fuerte para salir adelante y valiente para defenderse de las injusticias y ojalá lo consiga, ¿quién sabe? Un abrazo a todos los docentes que hacen bien su trabajo, con sus errores (claro, somos humanos, nadie habla de perfección) pero con esfuerzo, vocación y sacrificio. Siento que algunos y algunas de estas personas se hayan podido sentir ofendidas, no era mi intención. Para los docentes a los que dirigía mi publicación, confío en que poco a poco encuentren la manera de hacer las cosas de una forma más adecuada o sencillamente, abandonen y se dediquen a otra cosa.

  2. «Muchas personas con vocación docente siguen haciendo todo aquello que como alumnas y alumnos les venía mal, aquello que no les funcionaba a ellos y ellas. Y así un curso tras otro, desde hace décadas.»

    «Mientras las cosas sigan funcionando así tendremos un grave problema, porque es una espiral o mejor, una pescadilla que se muerde la cola. Muchas personas con vocación docente siguen haciendo todo aquello que como alumnas y alumnos les venía mal, aquello que no les funcionaba a ellos y ellas. Y así un curso tras otro, desde hace décadas.»

    «Me indigna que las y los profesionales de la enseñanza, se den cabezazos para sacar adelante sus clases, para conseguir silencio y disciplina, en definitiva para adaptar a niños y niñas a un sistema que es totalmente contrario a ellos y ellas y en definitiva, matándose con la razón para lograr algo que es sencillamente, imposible, al menos manteniendo la salud mental. Bien, si ellos y ellas, no encuentran la manera de controlar esto, es la eterna pelea y preocupación en los claustros y reuniones de equipo. »
    Son 3 ejemplos….a mi me enseñaron que eso es generalizar.
    En fin, que espero de verdad que a tu hija le vaya bien con sus profes, pero sobre todo que vea que se les valore o al menos que se hagan criticas constructivas, sobre todo por el bien de ellos.
    Un saludo.

  3. En realidad no estoy generalizando, estoy hablando de los profesores que funcionan con esas aplicaciones y poniendo positivos y negativos todo el día como medida de control y de motivación en el aula, solo de esos, que consciente o inconscientemente, hacen valoraciones continuas que muchas veces son injustas y no favorecen el aprendizaje y el desarrollo de los niños y las niñas. No hablo de todos los docentes o al menos esa es la intención. Un saludo.

  4. Hola de nuevo,
    Gracias por tu respuesta.
    El problema de las generalidades que se meten a todos en el mismo saco. Entiendo que como madre te preocupes o nos preocupemos porque también me pasa a mi, pero por mi experiencia, la mayoría de profesores son como te he comentado anteriormente. Por eso me molesta que artículos como los tuyos, nos dejen a la altura del betún después de dejarnos muchísimas horas de trabajo extra en dedicación y formación .
    Te tengo que dar la razón en que depende del profesor o profesora, incluso dentro del mismo colegio. No obstante, los que estamos por vocación y adoramos nuestra profesión por encima y a pesar de todo, seguiremos intentando hacer lo mejor posible cada día, para que esas pequeñas personas reciban lo que merecen y necesitan.
    Un saludo

  5. Raquem, no tengo ninguna duda de que hay estupendos profesionales en el mundo de la educación, me encuentro con ellos y con ellas todos los días, en mi trabajo, en el cole de mi hija, en cursos de formación… Pero también los hay que no lo son, que tienen inseguridades, que no tienen vocación, que no hacen bien su trabajo, que llegan ahí por casualidad o porque no encontraron una opción mejor, a estos y estas también me los encuentro. Y si tú eres docente, estoy segura de que como yo, te encuentras a profesionales de estos dos tipos, ¿a qué sí? Es curioso que tú, que te muestras como una profesional comprometida, implicada, que te formas y trabajas con esfuerzo e interés, como tú misma dices, tampoco estés de acuerdo con la aplicación. Mis quejas, seguramente, no iban dirigidas a profesionales como tú, sino a los otros. ¿Sabes cuál es el problema? Que cuando te encuentras con que uno o una de «los malos» es el profe de tu hijo o tu hija y le destroza un año de su vida, tengo muchos ejemplos para contarte, te da igual que haya otros profesionales estupendos haciendo bien su trabajo. Yo soy muy exigente con todo lo que hago y creo que tenemos una grandísima responsabilidad, por eso no puede haber buenos y malos, implicados y otros que no lo están, todos tienen que ser buenos, porque en sus manos están las vidas de personas. Hay muchos niños y niñas haciendo terapia por haber topado con docentes injustos, demasiado exigentes con el alumnado y muy poco consigo mismos, esto no puede tolerarse. Hacen mucho daño a la profesión. Mi post iba dirigido a los que ven en aplicaciones de este tipo la solución a muchos de sus problemas, seguramente no a profesionales como tú. Así que siento que te hayas sentido ofendida con mis palabras y lo entiendo, pero es necesario seguir construyendo, seguir mejorando para que todos los docentes hagan bien su trabajo, tengan la formación adecuada, los recursos, los medios, el apoyo de las familias y un largo etcétera de cosas que tú y yo sabemos que hacen falta. El hecho de que comience como docente y luego vaya separándome de la docencia o al menos esa sea la sensación que da al leerlo, es que en realidad hablo como madre y no como profesora, no ha sido algo que haya hecho conscientemente, la verdad, pero entiendo que esa es la explicación. Agradezco mucho que hayas compartido tu punto de vista conmigo y otros posibles lectores. Un abrazo.

  6. Vaya por delante que no estoy de acuerdo con la aplicación, pero me resulta muy curioso varias cosas, empezando porque al principio del post te incluyes dentro de los profesionales de la enseñanza y a medida que les metes caña, te excluyes…. Porque pongas de ejemplo un día de resaca….no crees que la mayoría intentamos ser objetivos a pesar de nuestras circunstancias internas y externas?
    Otra cosa que no me gusta nada es que generalices y nos metas a todos en el mismo saco sin tener información completa,
    . Si supieras.cómo nos exigen cada vez mas resultados con menos de la mitad de recursos humanos, aumentando la ratio y los alumnos con necesidades educativas especiales, seguro que entenderías la desesperación que puede llegar a provocar que nos agarremos a cualquier novedad que parezca que nos va a ayudar. Vuelvo a decir que no comparto la utilización de esta app.
    Y podría seguir pero me limito a pedirte que en lugar de clamar por mayor formación para el profesorado (algo que la mayoría lo hacemos constantemente), agradeceríamos mucho que se respete mas nuestra labor, nuestro esfuerzo y nuestro interés en que cada alumno sea atendido como se merece.
    Un saludo

  7. Ay Paulina, ¡cómo te entiendo! No olvides que la referencia más importante, si todo va bien y suele ir en la mayoría de los casos, es la de la familia, incluso en la tan temida adolescencia. Tenemos que mantenernos firmes en nuestras convicciones y tratar de explicar que no estamos de acuerdo con tantas y tantas cosas de otras personas siempre desde el respeto a la diferencia. Así lo entiendo yo. Entiendo que te resulte duro, es complicado vivir en un mundo tan falso e hipócrita. Por eso es tan importante hacer tribu y qué nos recordemos que lo normal, lo mayoritario, no tiene por qué ser lo correcto. Un abrazo y mucha fuerza.

  8. Hola Soraya

    Pues estoy un poco desanimada porque es complicado enseñar un manera en casa y otro en clase. Nico ha empezado el cole ahora y la verdad el de por si, le cuesta adaptarse. El otro día la profe se quejaba al padre de Nico que algunas actividades que ella proponía que Nico no lo quiero hacer y ella preguntaba y porque no y el dice porque no. El padre le decía que a la profe si a Nico le daba razones de porque había que hacer las cosas el hace las cosas.
    Otra cosa que ahora pasa es que Nico habla mucho si un niño es malo o bueno. Cuando me pregunta eso me quedo un poco bloqueada. Ayer justo entramos un ascensor con una señora y ella le preguntaba si era bueno o malo. Por Dios .. en ese momento no sabía que decir pero luego me viene un montón de cosas a la cabeza pero ya el momento ha pasado.

    Supongo que es cuestión de tiempo y pondré esa gente en su lugar.

    Un abrazo
    Paulina

  9. Alucino un poco con que un profesor base su método de llevar la conducta de sus alumnos en la clase con una aplicación informática. No me parece serio teniendo una formación previa.

    La gente me pregunta si voy a llevar a la niña a la «guardería» a los 4 meses. Siempre contesto que NO (a parte que ya he guardado hasta 6 meses, empalmando vacaciones) y se sorprenden que me niegue al haber estudiado eso. Y les contesto que por eso mismo, porque sé lo que hacen. Los profesores les adoran, hacen y aprenden muchas cosas y muchos necesitan ese refuerzo porque sus familias no pueden proporcionarles todo lo que necesitan… pero nada que no pueda hacer yo con ella en casa por las tardes o, si se trata de socializar con iguales, hacerlo en el parque. El problema es que todo depende del profesor que le toque, y no todos tienen el mismo interés y respeto por los niños (ni la madurez ni experiencia). Supongo que ya no importa tanto que se basen en una aplicación del móvil o en una cartulina pegando estrellitas o en las manos de los niños… me preocupa más cuando te refieres a que los niños se comportan como quiere esa persona, profesor o profesora, a la que quieren y admiran, para agradarles, sin ser conscientes de que esa misma conducta no significa lo mismo para el resto de las personas.

    No sé, no quiero pensar en estas cosas, pero me preocupa cuando llegue el día de tener que dejarla en la escuela. Si seguimos con los mismos horarios, hasta que cumpla 3 años puedo despreocuparme un poco del tema. Casi me relaja saberlo.

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