Peligros de la motivación extrínseca

Hoy os comento un trabajo que he realizado en clase con mis alumnas de segundo curso del Ciclo Formativo de Grado Superior en Educación Infantil. La idea era trabajar la motivación como recurso educativo, se trabaja en el Módulo de Habilidades Sociales que está enfocado a trabajar sus propias habilidades y normalmente no trabajamos con ejemplos de niños y niñas, aunque inevitablemente en los debates y en las puestas en común, hablamos continuamente de ellos. En este caso, como estas alumnas se van a las prácticas dentro de pocas semanas a las Escuelas Infantiles y sé que se van a hartar a decir «muy bien» cada diez minutos como si no hubiera un mañana, me pareció oportuno darle este otro enfoque. Mi objetivo era que diferenciaran la motivación intrínseca de la extrínseca y analizaran qué tipo de motivación está más presente en las vidas de las niñas y los niños de nuestra sociedad y qué posibles consecuencias puede tener esto. Esta reflexión también nos permite analizar cómo fue nuestra motivación desde niñas y qué efectos tiene a fecha de hoy, con lo cual, no nos distanciamos del foco del módulo que es trabajar las habilidades sociales de las futuras educadoras.

¿Qué es la motivación?

Para empezar, quiero explicaros de una manera muy sencilla que es la motivación y a qué nos referimos con extrínseca o intrínseca. En clase hicimos una lluvia de ideas con lo que ellas sabían y después yo traté de completar algunas ideas aunque casi no hizo falta, la verdad.

Si buscamos en el Diccionario de la Real Academia qué es motivación, nos vamos a encontrar con dos definiciones. Por un lado, “acción y efecto de motivar” y por otro, “conjunto de factores internos y externos que determinan en parte las acciones de una persona”. Para lo que os quiero transmitir hoy, me vale con estas definiciones asépticas. Desde la psicología podríamos darle más entidad al concepto pero, creo que no es necesario.

Tipos de motivación

Simplificando mucho la cuestión, podemos decir que hay dos tipos de motivaciones, la intrínseca y la extrínseca, veamos en qué consiste cada una.

La motivación extrínseca implica que los motivos que estimulan la conducta son externos, provienen del exterior y no son una consecuencia natural de lo que se ha realizado. Ejemplos de motivos para actuar de una determinada manera como puede ser aprobar o suspender, comer o no comer, estar callado o hablar, recoger o no la habitación, compartir o no tus juguetes… pueden ser el hecho de conseguir algo deseado como un regalo, un gesto de aprobación, unas palabras de halago o también evitar algo negativo como que te dejen sin jugar o sin postre. Todos los motivos que hemos dado tienen en común que se refieren a aspectos que no provienen de la persona que realiza la conducta, si no que llegan del exterior en diferentes formatos.

Luego está la motivación intrínseca, esta sí que la produce la persona, por sí misma, sin agentes externos. Implica la participación personal en la conducta y la satisfacción o el orgullo que se obtiene con la misma. Es una consecuencia directa y natural de lo que se ha realizado y en este caso, no se realiza por lograr algo externo sino que la recompensa es interna: satisfacción, sentimiento de dominio y control, orgullo, diversión, relajación, placer, etc. Aquí como ejemplos podríamos citar estudiar mucho para sentirnos valiosos, esforzarte en un deporte para sentirte capaz o superarte, trabajar duro para sentirte orgullosa, etc.

Peligros de la motivación extrínseca

Los niños y las niñas más pequeñas, en principio, no tenían el deseo de obtener algo que no fuera nuestra atención y nuestro cariño, cuando realizan cualquier conducta, pero terminan deseando chuches, dibujos animados y bolas con objetos inútiles de plástico dentro porque se las dimos en un momento dado. Tampoco necesitaban nuestro juicio, solo nuestra atención y cariño, pero ahora también desean nuestros «muy bien» y «qué dibujo tan bonito».

Si damos un refuerzo positivo, que siempre será externo, cada vez que un niño o una niña hace algo que no tiene ningún mérito más que el hecho de que queda claro que su desarrollo va bien o va pasando por los hitos por los que tiene que pasar, nada más, generamos una dependencia de estos refuerzos. Estoy pensando en los premios que se da a los niños y niñas por hacer pis o caca en el váter. Esto desde fuera es una escena dantesca, de verdad, les premiamos como si fueran cachorrillos. Tengo una amiga que tuvo que comprar pegatinas para dar a su hijo porque como en la escuela se las daban cada vez que hacía caca sin pañal y en casa no se las daban, el niño estaba estreñido. Compró las pegatinas y se acabó el problema.

El peligro de esto es que la motivación extrínseca genera dependencia y además la extinción de la conducta que fue recompensada cuando el premio desaparece. El ejemplo del niño de mi amiga es una muestra clara. Pero nos pasa con muchas cosas en la vida. Si acostumbramos a niños y niñas a recibir un premio en forma de halago, objeto, gesto o lo que sea, logramos que luego no hagan esa conducta si desaparece dicha recompensa.

En cambio, si lo hacen con motivos intrínsecos: porque quiero, disfruto, me siento bien, me divierto, soy más independiente, consigo lo que quiero yo solo o sola… esto pueden autorregularlo por sí mismos aunque no haya nadie para premiarlos, incluso aunque estén solos. Comprenderéis que es un buen regalo para meter en su mochila de vida, la capacidad de motivarse por sí mismos y no necesitar un refuerzo externo.

Todo esto de reforzar para condicionar la conducta surge de una cultura que tenemos en la que el conductismo caló hondo hace mucho tiempo. Yo puedo aceptar el conductismo para la modificación de conductas que generan malestar o son poco adaptativas pero no en conductas en formación, que es lo que pasa en las y los más pequeños. Aún no hay conductas para modificar porque están conformándose y en ese proceso de formarse, cuanto más pese la motivación intrínseca, más independiente va a ser el niño o la niña, más autónomo o autónoma si queréis. ¿No es ese el objetivo? Con el refuerzo continuo y muchas veces en conductas naturales como el control de esfínteres, o el desarrollo del lenguaje o de la marcha, le hacemos depender de nuestro juicio, de nuestro gesto, de nuestro regalo.

Muchas veces confundimos amor y respeto con halagos vacíos. En el mundo adulto, el amor, la amistad y el respeto, no se muestra riendo las gracias a otras personas, haciéndoles regalos por hacer cosas que no tienen ningún mérito o diciendo a los demás lo guapos que son y lo bien que hacen las cosas. Está claro que esto son cosas que nos agradan, pero un amigo de verdad o el amor de tu vida se demuestra pasando tiempo juntos, disfrutando de cosas en común, apoyando o ayudando a la otra persona cuando lo necesita, ¿no lo veis así? Pues lo mismo necesitan los niños y las niñas para sentirse queridos y respetados.

Cuando acostumbramos a un niño o niña a que en casa todo el mundo se emocione por su dibujo sea la bomba o no sea gran cosa, les damos premios y regalos a cada paso… cuando se enfrentan al mundo real se quedan tristes y decepcionados porque como nadie les halaga con tanto ímpetu ni les regala nada, sienten que no son suficientemente valiosos o merecedores de afecto. Esto pasa muchísimo en la Primaria. Pienso que pasamos de halagar que un niño haga caca en el baño como si fuera una proeza a regañar o meter caña porque les cuesta hacer divisiones. Yo creo que mejor buscar un equilibrio, ni lo primero era tan heroico ni lo segundo es tan terrible. Comprended que esto último es un ejemplo para que se entienda lo que quiero decir, ya entiendo que la vida real tiene muchos más matices.

La tarea de mis alumnas

Lo que hicimos fue buscar ejemplos habituales de motivación extrínseca de niños y niñas en nuestra sociedad y las alternativas intrínsecas que pueden emplearse como forma de potenciar que tengan recursos para automotivarse y una autoestima fuerte que les permite llegar a lo más alto y que no dependa de valoraciones externas.

Aquí tenéis los ejemplos que buscaron, en las fotos veis como lo plasmaron una vez organizado.

MOTIVACIÓN EXTRÍNSECA

  • Si apruebas te daré…
  • Me gusta mucho tu dibujo
  • Si te portas mal, me enfadaré contigo
  • ¡Así se hace! ¡Muy bien!
  • Dar premio (comida, objetos…) ante una conducta
  • ¡Qué orgulloso estoy de ti!
  • Dale un beso a los abuelos que si no se van a enfadar
  • Si no apruebas te quedarás sin…
  • Recoge todos los juguetes o no vas al parque
  • Lucía, tienes que ir a gimnasia, si no me pongo triste o me enfado
  • ¡Qué bien que te lo hayas comido todo!
  • ¡Muy bien!
  • Si pegas a tus compañeros, se lo diré a tus padres
  • Si sigues saltando en el sofá, mamá se va a enfadar
  • Te doy un premio si usas el orinal
  • ¡Muy bonito!

MOTIVACIÓN INTRÍNSECA

  • ¿Qué opinas de tu (dibujo, trabajo…)?
  • Colaborar te hará sentir útil y realizado
  • Lo importante es que te guste a ti
  • A ti tampoco te gustaría que te lo hicieran (pegaran, quitaran algo…)
  • Lucía tienes que… (hacer, coger, decir…) si te gusta
  • Hacer pis en el orinal te ayudará a sentirte mayor (más independiente)
  • Debes comprender que pegar a los demás está mal
  • ¡Qué orgulloso debes estar!
  • Tienes que hacerlo (deberes) para pasar de curso, para seguir el ritmo de las clases, por tu futuro…
  • ¿Te gusta tu (dibujo, trabajo…)?
  • ¡Qué contento debes estar…!
  • Da un beso si te apetece
  • Come todo lo que necesites
  • Si (haces, te pones, vienes…) te vas a sentir bien
  • Si te caes del sofá, te puedes hacer daño

Las palabras «bien» y «mal» siempre me generan muchas dudas, pero salvando este tema y las caritas que no sé por qué les gustan tanto, creo que es un buen listado que ejemplifica lo que queríamos reflejar en relación con las motivaciones, los efectos que tienen en el niño o la niña a corto y largo plazo y las alternativas más saludables que podemos emplear. Espero que esta información os parezca útil. Por supuesto, si te gusta, no dudes en compartirlo con quien consideres oportuno.

Curso de Crianza respetuosa en la primera infancia

El curso que revolucionará tu forma de criar y educar

¿Te gustaría hacer un curso que recoge cientos de claves básicas para criar y educar a niños y niñas de los 0 a los 6 años de manera respetuosa? Pues ahora es posible.

Un curso basado en mi experiencia y formación de los últimos seis años y en el que he puesto mucho corazón. Un curso que pretende llegar a muchos niños y niñas para que tengan la posibilidad de desarrollar al máximo todo su potencial sin dejar de ser ellos mismos. Una formación que persigue reducir al máximo muchas de las carencias que presentamos muchas personas adultas en nuestra sociedad. Una nueva mirada, pautas concretas de actuación y reflexión como forma de mejorar sus vidas en la infancia y también en la vida adulta. Si quieres más información, pincha AQUÍ.

Si no estás interesad@ en este curso pero quieres ver otras opciones, en la Escuela Bitácoras tienes muchas opciones, cursos sobre el sueño infantil, la lactancia materna, la animación a la lectura y muchos otros, a veces, con importantes descuentos. Desde las fotos puedes acceder a estos cursos, si quieres ver la oferta total, pincha AQUÍ.

IMPORTANTE: Si vas a adquirir cualquier curso de la Escuela, te agradecería que lo hicieras desde estos enlaces que te propongo, a tí no te supone ningún gasto extra, pero haciéndolo contribuyes con mi proyecto. Muchas gracias de antemano.

 

 

 

 

6685 Total visitas 1 Visitas hoy

2 comentarios en “Peligros de la motivación extrínseca

  1. Hola Paola, es posible que algunas no estén claras,yo misma lo digo en el post. Pero recuerda que es un ejercicio de clase, realizado por un grupo de alumnas que están aprendiendo. Yo creo que eso puede explicar lo que ha sentido al leerlo. Para ellas fue muy difícil hacer esta tarea.

  2. No estoy tan de acuerdo, si veo en el fondo cada una de las frases noto que igual contienen motivación extrinseca e intriseca. Tampoco lo veo útil en todas las edades ni en todos los casos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *