El tema de los celos entre hermanos y hermanas es recurrente, casi se da por supuesto que esto ocurrirá, cuando llegue el hermano o la hermana pequeña, el mayor o la mayor sentirá celos.
Cuando escribí sobre mis dudas acerca de darle un hermano o hermana a Pequeñita, hace ya mucho tiempo, recibí sobre todo mensajes explicándome que pese a ser lo mejor que habían hecho en la vida, lo duro que era tener dos hijos o hijas que se llevaran poco tiempo, los celos de uno, el hecho de hacer mayor a las mayores, etc. Solamente Ana, que vive lejos y por tanto no puedo vivir estas cosas en directo como me gustaría, me dijo que sus hijas nunca se habían mostrado celosas la una de la otra. Entonces, ¿era posible no tener celos de tus hermanos o hermanas mayores? ¿Por qué entonces se dan en muchas familias y por qué casi se da por supuesto que esto debe ocurrir si es posible que no ocurra?
Y entonces me di cuenta de esto que quiero hoy compartir con vosotras (personas que me leéis). Para empezar mi razonamiento tengo que confesaros que en mi tierna juventud fui y todavía soy, fan de Antonio Gala. En una reflexión de aquella época, decía que los celos son siempre infundados, ¿sabéis por qué? Porque si eran fundados, entonces no eran celos, eran cuernos. ¿Estáis de acuerdo con esta afirmación? Entre personas adultas decimos que una es celosa si se comporta con desconfianza con su pareja cuando no tiene ningún motivo para hacerlo. Si efectivamente, la pareja que provoca los celos cometiera una o varias infidelidades sin el consentimiento o conocimiento de la otra parte, ya no diríamos que su pareja es celosa, ¿no? Entonces diríamos que está cabreada y con razón.
Pues de eso quiero hablaros. ¿Tendrán razones los hermanos mayores para sentir que sus amorosos y liadísimos padre y madre no les hacen caso o incluso les ignoran en algunos momentos ante la llegada del nuevo bebé? ¿Será que en ocasiones no ven satisfechas sus necesidades de afecto, de tiempo de juego, etc.? Ya me diréis en qué circunstancias se gestiona esto de manera perfecta especialmente al principio y sobre todo si hermanos y hermanas se llevan poco tiempo, cosa que es muy habitual por otra parte, más cuando muchas decidimos tener a nuestros hijos e hijas con edades en las que no tenemos mucho margen para marcar distancias de este tipo. Entonces, ¿podríamos decir que lo que sienten los mayores son celos o serán directamente cuernos? Entiéndase la metáfora.
Ante la llegada de un bebé a la casa, con sus tomas cada tres horas o cada menos, las noches de insomnio, las tareas de la casa amontonándose, mucha más ropa sucia, las comidas para las personas adultas de la casa, para los hermanos y hermanas, si es que hay más de uno o una…, nadie esperará que su hijo de dos años y medio le venga a uno o una y le diga: «Mira mamá o mira papá, soy muy pequeño todavía, por mucho que os empeñéis en decirme que ya soy mayor y no se están satisfaciendo de manera adecuada mis necesidades infantiles». ¿Os lo imagináis? Seguro que no.
¿Qué hacen los desdichados hermanos y hermanas mayores que no entienden por qué de repente mamá que era mía y solo mía ahora es de un bebé que no para de llorar, que no puede jugar conmigo como se había prometido en la mayor parte de los casos y al que encima casi no puedo acercarme sin que todas las personas adultas de mi alrededor se tensen pensando, «a ver qué hace»? Pues lógicamente, reclamar la atención que no tienen. ¿Y cómo lo harán? Pues como ellos y ellas han aprendido que mamá y papá responden, primero por las buenas y si no funciona, pues tirando las cosas, llorando, protestando, diciendo no a cualquier cosa que sea propuesta…
En los grupos de madres, es habitual escuchar preocupaciones como ésta:
«Mi hijo mayor está pasando por una fase muy complicada, se enfada conmigo continuamente, me dice que no a todo lo que le planteo, no quiere comer, ha empezado a pegar a sus compañeros y compañeras de la escuela, está irascible… Su hermano pequeño nació hace pocos meses y yo apenas doy a basto para atenderlos a los dos, tengo que cuidar al pequeño y no sé cómo gestionar todo esto».
O preocupaciones de este tipo:
«Desde que nació mi segunda hija, la mayor está triste, apenas quiere pasar tiempo conmigo, me ignora y se va con su padre sobre todo si tengo al bebé en brazos…»
Las respuestas suelen ser de este tipo:
«Es normal que sienta celos ante la llegada de su hermano, ya verás que con el tiempo se le irá pasando y se acostumbrará a la nueva situación…»
«Claro, estará triste porque ya no puedes pasar tanto tiempo con ella como antes, pronto su hermana crecerá y podrán compartir muchas cosas juntas y todo irá mejor, ya verás. A mi hijo le pasó lo mismo pero ahora ya va todo mucho mejor…»
No siempre las respuestas son así, algunas van más en la línea de lo que voy a comentaros, claro está, pero quiero resaltar estas porque son las que más me preocupan.
Las necesidades infantiles de nuestros hijos e hijas no son algo que se satisfaga dejando que pase el tiempo ni mucho menos, deben ser satisfechas en los momentos en que van surgiendo porque si no dejan carencias que pueden tener consecuencias a largo plazo. Si decidimos tener un segundo hijo o hija muy seguido del primero, deberemos hacer un esfuerzo extra porque las necesidades de ambos o ambas sean cubiertas, no siempre llegaremos a todo, claro, no somos perfectas, pero no vale con pensar: es normal, ya se pasará, son celos típicos entre hermanos o hermanas… Porque si hacemos esto, estaremos cometiendo dos injusticias, una es no cubrir las necesidades de nuestros hijos e hijas y otra transmitirles que nos parece normal no hacerlo.
Para un hermano o hermana mayor, no va a ser igual tener una madre que se esfuerza por dedicar tiempo a todos sus hijos e hijas aunque a veces no llegue a todo, que una que se muestra fría antes las necesidades no cubiertas de alguno de ellos o ellas por considerarlo normal. ¿Veis la diferencia?
Cuando escucho esas preocupaciones o consultas de las madres en los grupos de crianza, siempre recomiendo lo mismo y a fecha de hoy, ya puedo deciros que funciona. Además de compartiros este aspecto, incluyo algunas acciones puntuales que familias de mi entorno han hecho para preparar la llegada de hermanos y hermanas y gestionar las crianzas de todos ellos y ellas que creo que pueden ser de utilidad para combatir «los cuernos de hermano o hermana», que no celos. Llegada aquí, ya me atrevo a decir que la mayoría de las veces lo que sienten las hermanas y los hermanos mayores no son celos.
Consejos para evitar los «cuernos» de hermano o hermana
Antes de la llegada del bebé:
- Trata de compartir todo lo referente al embarazo con tus hijos e hijas: ecografías, compras, cambios en la casa… Todo ello cuando ya falte poco, tampoco conviene adelantar mucho los acontecimientos, los niños y niñas pequeños no tienen conciencia del tiempo y se les puede hacer interminable la espera. Si la llegada del bebé se plantea como un proyecto común en el que toda la familia está integrada como cualquier otra cosa que ocurre en casa es más fácil que el mayor o la mayor no se sientan desplazados.
- Hazle partícipe de algunas decisiones sencillas, en las compras: ¿qué te gusta más para el hermano o la hermana? ¿Te parece bien esto? ¿Qué color crees que le gustará para…? Así se sentirá importante en la toma de decisiones sobre el bebé. Se trata de preguntarle por cosas sencillas que le pueden hacer sentir bien cuando llegue el bebé. Si eligió una toquilla, luego podremos decirle: «parece que le encanta la toquilla que elegiste para él». Hay una serie de estudios que demuestran que nos caen mejor aquellas personas por las que hicimos algo: una favor, una gestión, una elección… Nos hace sentir importantes saber que hicimos algo por otra persona y tendemos a verla de manera más amable porque nos recuerda que somos valiosos.
Cuando llegue el bebé:
- Aunque no ocurre en todos, cada vez hay más hospitales que permiten la entrada de los hermanos y hermanas mayores para visitar a las y los pequeños. Esto es ideal porque supone que no están tanto tiempo alejados de la madre y pueden participar de la llegada de su hermano. Aunque mucho más minoritario, ya hay hospitales que permiten que los hermanos mayores puedan incluso quedarse en la habitación a dormir con sus familias tras el parto, así es en el Hospital de Torrejón de Ardoz. De esta manera la vinculación de hermanos y hermanas es mayor y surge desde el primer momento. Luego están los niños y niñas cuyas madres dan a luz en casa y en muchos casos participan del parto y de los primeros momentos con sus hermanos y hermanas.
- En caso de que esto no sea posible, hay que tener en cuenta que en la vuelta a casa, por muy agotados que estén papá y mamá y en especial mamá si aún son muy pequeños o pequeñas, es fundamental que tras tres días de ausencia, se le dedique un tiempo de calidad al hermano o hermana mayor y compense en la medida de lo posible esos días. Al no tener conciencia de tiempo, hay niños y niñas que sufren mucho durante estos momentos y no entienden que luego lleguen cansadas y no les hagan caso o incluso se los lleven con los abuelos mientras mamá se queda con el nuevo hermano o hermana. Siempre hay que ponerse en el lugar de ellos y ellas.
- Hay padres que cuando la mamá ya está más o menos recuperada del parto, al día siguiente, si no ha sido muy aparatoso, se van a pasar el día con las y los mayores y hacen algo especial, de esta manera se asocia la llegada del hermano o hermana con situaciones agradables.
- Esta opción es más materialista pero cualquier cosa que funcione en estos momentos es digna de tener en cuenta. Hay familias que llegan a casa con el bebé y un regalo y juegan con él, esta segunda parte es fundamental, no basta con regalar, generando la asociación: llegada del bebé- momento estupendo con familia- regalo de algo que me gusta. Algunas familias incluso le dicen que el regalo se lo ha traído el hermanito o la hermanita. Yo entiendo que esto es una mentira piadosa, cada familia decide, en este caso no me parece algo grave. De alguna manera es verdad, lo han comprado papá y mamá pero lo trae el hermanito o la hermanita.
Y ahora lo más importante…
Lo anterior son algunas pequeñas medidas que pueden servir antes y en los primeros momentos. Esto que os cuento ahora creo que es lo más importante y está contrastado, como os decía antes.
Tu hijo o hija mayor, necesita a ambos progenitores si hay dos y a su única o único progenitor si solo hubiera uno o una. Comprendo lo difícil que es dividirse, encontrar las fuerzas al principio para satisfacer las necesidades de ambos o ambas. Seguro que dedicaremos más tiempo al pequeño o pequeña al principio, es inevitable. Pero al menos, el mayor o la mayor debe tener un tiempo de calidad y en exclusividad con su madre y lo mismo con su padre, adaptar esta situación al tipo de familia que se tenga (madre-madre, madre, padre-padre, padre, etc.).
Sé que es muy difícil separarse de un bebé recién nacido y más si toma pecho pero se tiene que intentar buscar el momento, nadie dijo que tener más de un hijo o hija fuera fácil. Sería ideal que al menos una tarde a la semana con mamá, porque con papá suele ser más fácil, se pueda hacer una actividad solo de las o los dos, un par de horas. Especialmente si este hermano o hermana mayor está mostrando que tiene carencias como decíamos al principio. Hay niños y niñas que se pasan la semana esperando que llegue este momento y esas dos horas de la tarde del martes, les compensan porque sienten que mamá está ahí solo para ellos y ellas y eso les hace sentirse importantes, algo que es fundamental para que desarrollen su autoestima de manera positiva y un autoconcepto ajustado.
Te propongo algunas actividades que puedes hacer con tu hijo e hija:
- Dar un paseo por un parque y dar de comer a los patos.
- Dar una vuelta en bicicleta.
- Ir a la piscina.
- Jugar a algo que os guste en casa (para ello sería ideal que alguien se lleve al pequeño o a la pequeña a dar un paseo mientras duerme, por ejemplo, para evitar posibles distracciones)
- Bañarlo todos los días o al menos algún día de la semana sin hermanos y hermanas pequeñas.
- Recibir clases de algo juntos o juntas, cada vez hay más opciones: yoga en familia, batuka, inglés, música, talleres…
- Cualquier cosa que le guste a tu hijo o hija será un excelente opción para dedicar a vuestra tarde en exclusiva.
Muchas de nosotras, dejamos a nuestros bebés muy pequeños para ir a trabajar, esto es muy duro y lo hacemos, creo que es mejor motivo, dejarlos un par de horas con alguien de confianza para poder dedicarle un ratito de calidad a nuestros hijos e hijas mayores. Muchas de las mamás que comentaron esta situación de celos, probaron y las cosas mejoraron, en cuanto a la conducta y estado de ánimo de las y los mayores y en la relación con sus hermanos y hermanas pequeños.
¿Nos contarás tu experiencia? ¿Qué cosas haces tú para evitar los celos entre hermanos y hermanas? Seguro que tu experiencia será de ayuda para otras familias. Puedes dejar un comentario explicando lo que os funciona en casa. Muchas gracias de antemano.
Y si te gustó este post, ya sabes, no dudes en compartirlo.
Vuestra historia es de esas que demuestran que las cosas pueden ser de otra manera. Muchas gracias por compartirlo. Un abrazo.
Yo tengo dos hijas que se llevan dos años, y antes de nacer la pequeña me lo habían pintado fatal.
Pues luego nada de eso se dió, no han tenido celos. Por supuesto alguna vez si estás haciendo más caso a una que a otra te intenta llamar la atención la que sea, o si das un achuchón a una, la otra viene corriendo a por el suyo.
Pero nada de situaciones complicadas, llantos ni cambios de carácter, de hecho se adoran (y de vez en cuando se pelean, como todos los hermanos)
Yo lo que sí hice es intentar mantener las cosas que hacía con la mayor, aprovechando que la peque los primeros meses era muy buena y solo comía y dormía o estaba feliz mirándonos. Aunque estuviese agotada, me pasaba la tarde jugando con ella, me iba con las dos al parque, la bañaba y le acompañaba en la cena, también la acostaba, como hacía antes de llegar su hermana. A veces era con la hermana al pecho, pero yo estaba ahí. También nos escapábamos alguna vez solas una hora o dos, dejando a su hermana recién comida y dormida. Así es que creo que ella no notó tanto cambio, y lo llevó genial.
La mayor tiene mucho instinto de protección y cuidado de su hermana, y ya te digo que se quieren con locura, es genial verlas juntas.