Hace años que quiero hablaros de este tema, pero lo he ido dejando y dejando… Al principio, cuando Pequeñita era un bebé, pensé en recoger testimonios de mamás que pensaron durante su embarazo que nunca harían colecho y luego, por diferentes motivos, terminaron haciéndolo. Pensé que de esa manera se podía plasmar que no siempre las cosas son como una se las imagina y que es mejor ser flexible, sobre todo con lo que tiene que ver con los afectos y nuestros hijos e hijas.
Y por otro lado, este post lo escribo en mi cabeza muchos días durante la noche, cuando estoy acostada y tan cansada como para no poder escribir y además, porque mientras lo escribo mentalmente estoy disfrutando de momentos únicos.
Al final ha quedado así…
Quien no ha sentido que su bebé le buscaba intranquilo en la noche con la respiración agitada y cuando te encuentra, suspira y duerme respirando plácidamente, no puede entender la paz y la conexión que se genera en un momento así.
Si nunca al acostarte, tu bebé, hijo o hija, te ha abrazado al sentirte en la cama o te ha acariciado la cara para dormirse después con una sonrisa satisfecha, no puedes comprender lo que se siente en ese instante.
Solo quien ha sentido la soledad de una cama, el calor de un abrazo querido mientras duermes, que te hayan arropado durante el sueño cuando estabas muerto o muerta de frío puede comprender lo importante que es estar al lado de los que más quieres también en la noche.
Si no has despertado en la noche escuchando a tu hijo o hija delirar por la fiebre, pedir agua desesperadamente o si no te han despertado nunca con su vómito mientras dormías a su lado, no podrás entender que dos personas de tan diferente edad compartan la cama.
Me voy a detener en esto, ¿imaginas lo que siente una persona que aún no es capaz de resolver sus necesidades,
menos si está enfermo o enferma, alguien que no sabe aún qué hay que hacer en muchísimas situaciones cotidianas cuando vomita solo o sola en mitad de la noche? Por supuesto que vivir esto es muy desagradable y no se lo deseo a nadie. Pero para mí, haber podido acompañarla desde el principio, arroparla porque estaba congelada después de vomitar, tratar de tranquilizarla y resolver poco a poco aquella situación, cambio de sábanas, duchas, pijamas para lavar… ¿Qué se supone que debe hacer si no te enteras? ¿Buscarte en la noche con todo el vómito por encima, tocando mínimo dos o tres paredes con las manos impregnadas mientras busca tu cama o volverse a dormir con todo aquello por encima hasta que una persona adulta pueda darse cuenta de lo que ha pasado? Un niño o niña más mayorcitos a los que ya les haya pasado esto antes tendrá más recursos, pero en los primeros años tiene que ser muy duro verse así y no saber qué hacer.
Conste que yo respeto que haya personas que no colechen, lo entiendo perfectamente, pero aún así para el niño o la niña, tiene inconvenientes en algunos momentos.
Si nunca has dormido junto a tu hijo o hija haciendo piel con piel mientras conseguías bajarle la fiebre por el simple contacto, no puedes comprender los milagros del colecho. Hay niños que tienen tos durante la noche y dejan de toser si su madre o su padre los abrazan mientras duermen.
El colecho te permite no levantarte de la cama para darle pecho o biberón a tu hijo, para ver si está bien porque oíste un ruido, para darle agua cuando tiene sed, para arroparle cuando tiene frío… Es una opción ideal para descansar las pocas horas que se duermen muchos días.
Solo quien lo ha vivido, conoce los beneficios del colecho, es una opción más para compartir momentos con tu hijo o hija, especialmente si pasas muchas horas sin verlos. Hay muchos niños que cuando sus madres o padres comienzan a trabajar duermen por el día para mantenerse despiertos o despiertas durante la noche y recuperar el tiempo perdido. Esto es un fastidio para las y los mayores porque están más cansados por el trabajo y encima duermen menos por el cambio horario de su niño o niña. Pero, ¿no me negaréis que es precioso que lo hagan? Si nuestra pareja hiciera esto por nosotras (personas que me leéis), me refiero a mantenerse despierta por la noche para recuperar el tiempo que no pasó con nosotras por el día, es casi seguro que nos parecería adorable, ¿cuál es la diferencia cuando se trata de nuestros hijos e hijas?
Hablando de las parejas, ¿estáis acostumbradas a dormir con vuestras parejas? ¿Echáis en falta su presencia en la cama cuando por algún motivo no están una noche? ¿Os gusta sentiros acompañadas e incluso abrazadas en algunos momentos por vuestra pareja en la cama? ¿Por qué es tan difícil comprender que los niños y las niñas, especialmente las y los más pequeños, se sienten más seguros y seguras si duermen acompañados? En el fondo es adaptativo por eso terminamos haciéndolo en nuestra vida adulta si tenemos pareja, en la mayoría de los casos. Que dos personas duerman acompañadas es algo muy normal, incluso en occidente donde también es habitual que las parejas duerman separadas.
Cuando son pequeños y pequeñas, es cuando más necesitan esta compañía y es cuando más dificultades tienen para resolver algún conflicto que les surja por la noche. Después todo cambiará, ellos y ellas serán más autónomos, querrán su independencia, les parecerá que dormir con papá, mamá y todas las combinaciones posibles, es algo terrible y en muchas ocasiones, no volverán a dormir en nuestra cama nunca más.
A veces, me pregunto si preferiría dormir mecida en una hamaca por alguien que me quiere o rodeada por los brazos de alguien que me quiere. En mi caso, me suelo decantar por el abrazo y pienso que ya prefería esto cuando era un bebé. Pero entiendo que habrá personas que preferirán la hamaca. Así que soy partidaria del colecho, pero entiendo que no todo el mundo lo sea.
Cada familia debe decidir cómo gestionar ese tipo de cosas. Si vuestras vidas sin el colecho van bien, ¿para qué cambiar? Pero si algo no va bien, tu hijo o hija apenas duerme, tiene muchos despertares, pesadillas… te recuerdo que el colecho es una opción para que todos los miembros de la familia puedan descansar. Muchas personas por gusto y/o por necesidad, lo hacen. Existen culturas muy desarrolladas donde es algo habitual, como es el caso de Japón.
Si sientes que por nada del mundo quieres dormir con tu hijo o hija en la cama, entonces, sigue sin hacerlo, estás en tu derecho. Pero si dudas por un momento o sencillamente, te apetece mucho hacerlo, déjate llevar por tu instinto, te aseguro que esta decisión te traerá momentos únicos y te aportará múltiples beneficios.
Los datos sobre los beneficios o perjuicios del colecho no están claros, hay estudios totalmente contradictorios, en algunos lugares encontrarás que el colecho supone un riesgo para el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) y en otros que es algo que sirve para prevenirlo, leerás que existe riesgo de aplastamiento y un montón de datos que no pueden comprenderse si practicas colecho. Solo os diré que hay miles de personas practicando colecho en el mundo y ni una sola vez escuché que algún niño o niña muriera aplastado por sus padres en la cama. Lo que sí he oído en más de una ocasión es que al dormir cerca del bebé, en situaciones de emergencia, han podido detectar mucho más rápido que le ocurría algo y han podido llegar antes a urgencias. La mayoría de bebés que mueren por el SMSL lo hacen en la más absoluta soledad. Por otro lado, hay estudios que muestran que en los países donde el colecho es una práctica habitual los datos por SMSL son mucho más bajos, a veces, inexistentes.
Al margen de los estudios, me quedo con todas las cosas buenas que ha traído el colecho a nuestra familia y con la sensación tan agradable que tengo yo de mi propio colecho con mi madre cuando era una niña y todo lo que me ha aportado y confío en que le aportará a ella. Hace meses una mamá conocida contaba que llevando a su bebé en un portabebés, se había encontrado con un hombre negro ya mayor que le había dicho: «no sabes lo bien que va ahí, aún recuerdo lo que sentía en mis siestas en la espalda de mi madre cuando era niño». El colecho también genera este tipo de recuerdos, dejando una huella fundamental en la memoria corporal.
¿Querrás compartir tu experiencia o tu punto de vista sobre este tema? ¿Eres de esas mamás o esos papás que dijeron que nunca practicarían colecho y terminaron haciéndolo? Tanto si eres partidaria del colecho como si no, me encantará leer vuestras opiniones.
Claro, seguir los instintos, disfrutar el momento, cada familia como considere, sin tabúes, sin presiones… Ojalá todo el mundo se dejara llevar por lo que sienten que es lo correcto, sin miedos creados. Entiendo que no todo el mundo criaría igual, está claro, pero al menos niños y niñas percibirían esa tranquilidad de las familias como un regalo hacia ellos y ellas. Gracias Laura por compartir tu experiencia por aquí. Un abrazo.
Nosotros somos de esos que compramos una cuna y está sin estrenar… con el embarazo ya avanzado descubrirmos el colecho… y cuanto más leíamos sobre ello más nos gustaba la idea… a mi personalmente se me abrieron los ojos y empecé a ver un mundo de instinto tan interior que ya estaba olvidado… y gracias al colecho… a la lactancia prolongada… al porteo… y al BLW entre otras cosas… la manera de criar a mi niña está siendo una experiencia maravillosa en todos los sentidos… es muy sacrificada… porque hay momentos duros… pero es muy muy gratificante…
Lástima que la pediatra de mi niña nos faltase el respeto en nuestra manera de criar a nuestra niña… ya que me dijo que ya era hora de dejar la lactancia (mi niña tiene 18 meses) y que con lo del colecho estaba criando una niña cruel… no sé de donde se saca eso… pero me hizo sentir mal… Nosotros vamos a seguir haciendo lo que nos parece mejor para nuestra hija… aunque haya gente que no esté de acuerdo… cosa que respeto… pero que me respeten a mi también…
Yo ánimo a todo el mundo a que no se pierda ésta experiencia… pero no se lo impongo a nadie… lo mejor siempre será lo que creáis mejor para vosotros.
Tomo nota, solo tenemos el primero, este tema de ir a la cama es complicado. Yo tengo otra opción que me gusta mucho: http://lamamadepequenita.com/libro-respetuoso-24-mi-papa/ Gracias por compartir este enlace.
Muy interesante esta nueva noticia de EL MUNDO con una relación de cuentos infantiles especificamente orientados a que los niños se duerman. Super útil para padres, pedagogos, PTs, psicólogos infantiles. etc.
Copiar el enlace en el navegador:
http://www.elmundo.es/sapos-y-princesas/2017/01/14/587a8e98ca474190638b4592.html
Así facilitas mucho estas primeras semanas que siempre son duras. Un abrazo fuerte familia.
¡Qué descripción tan bonita y tan acertada! Un abrazo fuerte a los tres.
¡Qué buen invento una cama tan grande! ¡¡Seguiremos disfrutando de nuestro colecho!! Un abrazo y gracias por compartir tu experiencia.
Muchas gracias por tu artículo, como siempre me parece acertado y correctísimo.
Nosotros también practicamos el colecho con nuestra niña, y hemos fabricado una cama de 240cm en el cuarto (1,50+90) para poder dormir los tres a pierna suelta. Y ha sido lo mejor que hemos podido hacer para poder tener un buen descanso nocturno. Las noches a su lado para mí son un regalo, tanto para ella como para nosotros.
Animo a todas las familias a probar sus beneficios.
Gracias por tus artículos, disfruto mucho leyéndote.
Un abrazo
Sentir su respiración calmada, su manita en tu cara cómo una caricia profunda, oler su pelito y volverte a dormir con una paz inmensa, despertarse …y darse un abrazo a 3😊
Solo tiene 14 días y desde la primera noche de hospital duerme pegada a mi pecho y, cuando estoy agotada de horas dándole teta e inquieta porque no se duerme, es el padre que se la pone pegada hasta que se duerme. Cuando se agita o parece que va a llorar solo nos la tenemos que acercar. El miedo a chafarla tan chiquitita (motivo por el cual compramos la minicuna) se disipó nada más ponerla en la cuna del hospital 5 minutos y no parara de llorar. Tanto para el padre como para mí, es mucho más cómodo.
La cuna de colecho la tenemos en el salón para las horas de las comidas o momentos de dejarla rápido para hacer alguna cosa.
Saludos y…como me dicen todos: aprovecha ahora que crecen muy rápido. Me lo tomo al pié de la letra.