Guarda tus consejos Carmen Posadas

a tus zapatos Carmen PosadasCada cierto tiempo, alguna de las intelectuales de nuestro país, mujeres modernas, cultas y con poder mediático, se manifiestan en contra de la maternidad y crianza respetuosas, tratando de convencernos a algunas de que la lactancia y la dedicación a nuestros hijos e hijas, nos aleja de los logros alcanzados por el feminismo y supone una vuelta atrás que puede acabar con las mujeres otra vez encerradas en las cocinas. El año pasado escribí una carta a Julia Otero en este sentido.

Ahora es Carmen Posadas la que publica un artículo titulado Zavalita y las feministas en www.finanzas.com y yo no paro de pensar qué interés podía tener para sus lectores y lectoras semejante retahíla de despropósitos, así uno detrás de otro. El caso es que como insulta directamente a muchas de nosotras le ha salido bien a la escritora porque con aquello de «que hablen de una bien o mal, pero que hablen» ha logrado ese protagonismo del que ella habla en su publicación, así que ¡enhorabuena Carmen Posadas!

Cuesta entender que a alguien le pueda parecer retrógrado que algunas queramos dar una alimentación saludable a nuestros hijos e hijas y que nos preocupemos por la ecología. Al final lo más importante es la salud, eso lo sabe todo el mundo y si uno vive en un planeta contaminado y sin recursos, sobrevivir de manera saludable es complicado. No se me ocurre como a alguien le puede parecer anticuado tratar de preservar la salud de su prole intentando que crezca y se desarrolle con alimentos naturales y obtenidos de manera sostenible. Otra cosa es que no todo el mundo decida ir por ese camino.

Seguidamente, la escritora se sorprende porque un niño que habla  «como un catedrático», es amamantado por su madre en un vuelo transatlántico considerándolo afán de protagonismo y exhibicionismo. Entiendo que en aquel acto de amamantar, esa madre y su hijo estaban viviendo un momento personal, único entre ellos dos, como cuando una pareja conversa sobre algo que les preocupa o se besan. En esas situaciones, lo normal es mantenerse al margen, no cotillear, así me lo enseñaron a mí desde pequeña, ¿a usted no, señora Posadas? El exhibicionismo consiste en mostrarle a otras personas algo que no quieren observar en ese momento y normalmente lo relacionamos con mostrar partes del propio cuerpo desnudas. Me cuesta mucho creer que aquella madre le estuviera enseñando la teta a usted o a cualquiera de los otros viajeros, por tanto, dudo mucho que se estuviera exhibiendo. Y el protagonismo del que habla se lo da usted en el momento en que se mete en situaciones ajenas y se atreve a darse tanta importancia como para suponer que aquel acto la requiere a usted como espectadora.

Y a partir de ahí, comienza a hilar sin reparo un discurso que trata de relacionar lactancia materna, alimentación natural y ecológica, copas menstruales, partos en casa y violencia de género. Yo creo que no es más que un desahogo extraño, diría yo, sobre una serie de cosas que nada tienen que ver entre sí, algunas de ellas defendidas por la comunidad científica en contra del criterio de la escritora. Siendo una especie de intento de meter a muchas mujeres en un saco en el que, lo siento mucho señora Posadas, no nos mete ni usted ni el patriarcado ni el feminismo que atenta contra la libertad de las mujeres a serlo como nos plazca ni nadie que se lo proponga por muy escritora, política o artista que se muestre.

Y el caso es que, se ponga usted como se ponga, somos mujeres, hay cosas que nos diferencian de los hombres otras que nos unen, no somos todos y todas iguales, ahí está la grandeza de lograr la igualdad y el respeto, en que somos diversos y diversas. Como mujer no quiero hacer las mismas tonterías que hacen e hicieron muchos hombres de la historia, no lo necesito, gracias. Lo que quiero es ser respetada y que los hombres compartan las responsabilidades que como padres tienen en la crianza y educación de sus hijos e hijas. Lo que quiero es que si decido ejercer un puesto de trabajo se me valore por mi trabajo y no porque tengo ovarios y se me retribuya de manera justa y acorde con mi desempeño. En cuanto a la forma en la que soy madre, déjeme a mí que decida como lo hago porque le aseguro que no necesito ningún consejo.

Yo no necesito que usted me defienda ni me diga qué está bien y qué está mal y qué cosas tengo que hacer para ser una mujer moderna o como usted considere que debe ser una mujer para ser digna según un criterio que puedo respetar pero no comparto en absoluto. Yo tengo derecho a ser como me dé la gana, en eso consiste la igualdad. Puedo cocinar saludable a mis hijos e hijas o no hacerlo, puedo dar teta si me da la gana y hasta que mis hijos e hijas y yo lo consideremos oportuno o dar leche de fórmula desde que nazcan, puedo recoger mi sangrado menstrual como me plazca, siempre, claro está que no moleste a nadie.

Usted nos está molestando señora Carmen Posadas, a mí y a muchas madres que hacemos lo que consideramos oportuno en nuestras vidas y en nuestras familias y que no toleramos que se nos juzgue y mucho menos que se nos maltrate.

Por que usted nos ha maltratado, de alguna manera nos ha llamado imbéciles y yo, en contra de lo que usted piensa, no tolero ninguna forma de violencia ni sobre mí ni sobre mi familia, venga la agresión de un hombre o de una mujer. Así que sepa usted, Carmen Posadas, que no le consiento que me agreda verbalmente. Por muy defensora que yo sea de la maternidad consciente, de la lactancia prolongada y de que cada mujer haga con su cuerpo y su familia lo que le parezca oportuno, en ningún caso voy a tolerarle a usted que me insulte, lejos del planteamiento que comparte en su artículo.

Quizá en su modelo de madre y mujer perfectas tan lejos de lo que yo soy y seré, no ha contemplado la posibilidad de que no se puede ir por ahí insultando a las personas porque no hacen lo que a usted le parece oportuno. Siento mucho que ese mensaje pueda ser el que transmite a hombres y mujeres que estén en su entorno cercano y posiblemente a sus hijos e hijas si los tuviere porque eso sí que contribuye a perpetuar sistemas arcaicos de control y dominación de los que aparentemente usted huye.

Temo que usted trate de alertarnos de que podemos volver a estar «en casa y con la pata quebrada» mostrándonos que es mucho más interesante que sigamos trabajando «en la calle y con la pata quebrada», mientras nuestros hijos e hijas son criados y educados por otras mujeres a su vez sometidas por un sistema que no valora su trabajo y que no les remunera como merecen. Me refiero a cuidadoras domésticas y educadoras infantiles, que son las que mayoritariamente suplen este papel materno en una sociedad que las valora más bien poco a tenor de sus salarios y sus condiciones laborales.

Tenemos una sociedad llena de niños y niñas faltos de afecto, alejados de sus familias la mayor parte del día y solos otras tantas horas abandonados a su suerte mientras sus madres y padres tratan de comulgar con el sistema estupendo que usted defiende y llegan a casa tarde y agotados de cumplir con los deberes que se les imponen desde fuera y demasiado cansados, cuando llegan, para cumplir con los familiares.

A algunas de nosotras, esta modernidad de la incorporación de la mujer al trabajo como forma de liberación de la mujer ya nos agotó la paciencia. Siento decirle que su mensaje es repetitivo, antiguo… algunas ya hemos escuchado esto cien veces, no aporta nada nuevo, ya lo siento. No tenemos miedo de perder todas esas grandes oportunidades que hay esperándonos fuera de casa porque lo más importante es nuestra familia, porque el trabajo no nos hace libres casi nunca, es un medio para la supervivencia. Muy pocas personas tenemos el gusto de poder decir que somos felices en nuestros trabajos, pero incluso teniendo ese privilegio, nuestra familia sigue siendo más importante.

No se preocupe usted por muchas mujeres que han decidido encontrar su camino al lado de sus familias, hablo de las que lo han decidido conscientemente, porque disfrutan y reciben inmensos placeres junto a los suyos y dan teta si quieren o pueden y recogen sus fluidos como les da la gana. Porque con ello insulta también a todas las que querrían hacer lo mismo y no pueden porque tienen la suerte, según usted, de tener un trabajo que no siempre es tan enriquecedor ni moderno ni tiene tantas recompensas como intuyo que usted quiere vendernos. Déjenos a nosotras que decidamos cómo queremos que sea nuestra vida y por favor, no nos falte al respeto.

Y si quiere preocuparse, le recomiendo que lo haga por las que estando en casa querrían tener un trabajo fuera de ella y fueron despedidas por estar embarazadas o porque sus hijos e hijas se ponían malos y no tenían con quien dejarlos o porque están agobiadas porque sus parejas no participan en las tareas domésticas y en la crianza y cuidado de los suyos.

Seguro que usted puede ser mucho más elegante y educada, lo doy por supuesto. Porque aunque sea usted mujer, eso no le da ningún derecho a juzgar y valorar cómo tienen que ser nuestras vidas. En esto también se ha equivocado.

6326 Total visitas 1 Visitas hoy

8 comentarios en “Guarda tus consejos Carmen Posadas

  1. Ups, estaba escribiendo una respuesta y creo que se ha ido al limbo…

    Por resumir, decía que igual la diferencia es que yo al menos no considero que me esté insultado con el artículo. Sólo pienso que tiene una manera de ver la vida y la maternidad muy distinta a la mía, y lo ha expresado por escrito, igual que nosotras expresamos por aquí otras cosas.

    Muchas gracias por tu respuesta, te mando un beso y me quedo por aquí.

  2. Emma, yo pienso como tú en la mayoría de ocasiones, pero no puedo aceptar que esta señora nos llame imbéciles, entre otras cosas, en ningún caso. Está claro que cada persona puede opinar lo que quiera y decir lo que le dé la gana siempre que no falte al respeto a nadie. En eso consiste la crianza y educación respetuosas, en respetar, que es algo que esta mujer no ha hecho. El motivo de que yo contestara fue que no podía tolerarle que acusara, entre otras cosas, a determinadas madres por su forma de criar de perpetuar o contribuir con la violencia de género y después se dedicara a insultarlas, no podía quedarme callada ante semejante ataque, es ella la que ha intentado para mí de alguna manera agredir o violentar a las mujeres, es una pena. Y ya que contestaba por eso, pues dí mi opinión sobre el resto de cosas que publicó. En cualquier caso, te agradezco mucho que hayas leído mi post y que compartas aquí tu punto de vista. Por favor, no dejes de hacerlo siempre que te apetezca. Un abrazo.

  3. Yo comparto vuestra manera de criar, pero también respeto por encima de todo la libertad de expresión.

    Al igual que yo puedo hablar a los cuatro vientos de los feliz que estoy criando a mis hijos, y de haber parido en casa, me parece igual de bien que ella opine otra cosa y lo exprese por el medio que le parezca bien. Yo no vivo lo que opinan otros como un ataque, sino como otra forma de pensar, sin más.

    Me parece que es importante crear una sociedad y un ambiente tolerante para nuestros hijos, aunque nos parezca fatal del todo lo que opine otra persona. El día de mañana seguro que nuestros hijos piensan distinto que nosotros en muchos aspectos, y eso hay que respetarlo.

    Es lo que menos me gusta hoy en día del mundo de las mamás, que hay muchos extremismos y muy poca aceptación de los modos de pensar y hacer de otros. Y repito que no comparto ni una sola palabra de lo que dice Carmen Posadas, pero creo que tiene el mismo derecho que yo a expresarse, hablar de ponerle una querella por expresar su opinion me parece volver a tiempos que no me gustan.

    Un beso

  4. Totalmente de acuerdo en todo lo que escribes. No conocía a Carmen Posadas, pero me parece que mezclar churras con merinas, no aportar evidencias científicas y no respetar las decisiones de la otra persona, no dice mucho a su favor. Como madre universitaria (lo digo por el comentario clasista del avión) y trabajadora, me río de las facilidades de compatibilizar trabajo y maternidad en nuestra sociedad. A lo mejor el sentimiento de culpa del que habla lo tiene ella.

  5. Gracias a ti por leerlo y transmitirme tus sensaciones. Yo no paro de pensar que habría que ponerle una querella por injurias e insultos. Podríamos firmarla un montón de madres. me encantaría hacer algo así. Un abrazo.

  6. Cómooooo??? Pero qué le pasa a esta señora en la cabeza?? La verdad que nunca fui fan de su trabajo, y ahora mucho menos!! Deberíamos organizarnos, con independencia de nuestros estilos, crianzas, y formas de llevar nuestra menstruación y hacer presión fuerte contra este tipo de afirmaciones.
    Y si, Sra. Posadas, el adjetivo que tenemos en mente es el mismo que si lo hubiese escrito un hombre, me da igual quién lo escriba, lo importante es el contenido.

    Suscribo todas tus palabras. Y poco más puedo añadir.
    Lo triste es, que hay un gran porcentaje de la sociedad que piensa como ella, no solo en crianza (que ya sabemos que es y será tema universal de enfrentamiento) sino en lo referente al medio ambiente y en los hábitos nutricionales y alimenticios.

    En fin, que se ha lucido.

    Gracias por poner por escrito mis pensamientos 🙂

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *