La realidad es aburrida para nuestros niños y niñas

Fue Nicholas A. Christakis, reputado sociólogo, quien hizo un estudio sobre los hábitos de niños y niñas de la sociedad actual americana. Es posible que haya diferencias con los nuestros y las nuestras pero no creo que sean muy significativas, cuando os ponga en situación seguro que estaréis de acuerdo conmigo. Lo que descubrió es que las imágenes que veían en los dibujos animados, mostraban una media de setenta y cinco cambios abruptos de imagen por cada minuto. Están acostumbrados y acostumbradas a esto y yo diría que sobre estimulados, sobre este tema hay también mucha literatura. De hecho, hay una idea por ahí que me gusta mucho, se trata de sustituir el término trastorno por déficit de atención, por este otro: Trastorno por déficit de naturaleza en la escuela. Os he enlazado un artículo que me encantaría que leyerais. Pensad en lo difícil que es concentrarse en algo concreto cuando se pasa una parte importante del día sometido a una sobrestimulación salvaje, el sistema debe filtrar por una cuestión de supervivencia y se va a aquello más atractivo, ¿realmente lo que luego se les ofrece a los niños lo es? Estoy pensando, por ejemplo, en las tareas para casa del colegio.

El caso es que cuando te llevas a niños y niñas acostumbrados a ver una hora y media de dibujos diarios o más al campo, te encuentras con la siguiente escena: vamos en coche hasta algún paisaje pintoresco, bajamos del coche, caminamos un poquito, nos sentamos en una piedra. Algunas y algunos, nos relajamos, respiramos aire puro y nos dejamos llevar. La experiencia de las y los más pequeños no suele ser tan bucólica. Se queda mirando, mira de frente, a lo lados, hacia arriba… y se da cuenta de que allí no pasa nada, más allá de que pase una mariposa, se oiga el sonido de un pájaro, poco más… Entonces vienen las temidas dos palabras: «me aburro».

Y claro, comprenderéis que aquello no puede competir con sus animados dibujos, con cientos de estridencias, banda sonora incorporada, efectos especiales y toda la parafernalia. No hay color. 

Si os encontráis en esta situación, puede ser que hasta empaticéis con el niño o la niña y entendáis que se aburran, entonces sacaréis a flote la batería de planes que traíais: la pelota, la búsqueda de huellas de animales, recoger bellotas, diferenciar las hojas de los árboles… A veces funciona y a veces no.

En toda esta situación que a simple vista puede parecer tan razonable, hay algo que se nos escapa. Cuando nuestros hijos e hijas dicen aburrirse en el campo porque «no pasa nada», lo que está pasando en el fondo es que les aburre la vida real. Y lo que les entretiene, estimula, interesa… es algo que no lo es.

Yo no quiero ser radical con este tema, sé de primera mano lo difícil que es lidiar con este tema. Solo quiero alertar de que si ya en el campo o en situaciones cotidianas sin muchos estímulos los niños y las niñas muestran un aburrimiento atroz, a lo mejor deberíamos plantearnos que lo que ocurre en realidad es que están siendo sometidos a un exceso de pantallas y puede tener sentido tratar de hacer cambios en sus rutinas diarias. 

Esto está relacionado con el concepto de belleza y el asombro en niños y niñas del que os hablé en otro post: ¿Qué es el asombro en la infancia, por Catherine L´Ecuyer.

En aquella ocasión, os comentaba que criar y educar en la belleza implica hacerlo respetando las necesidades reales de la infancia. Para mí esto es la crianza respetuosa, ¿qué si no? Y desde luego, los dibujos animados no son una necesidad esencial para el niño o para la niña, tampoco lo son las golosinas ni los juguetes llenos de pilas y luces. Se convierten en necesidades reales porque se encuentran expuestos una y otra vez a este tipo de cosas y se convierten en dependientes pero no es algo que necesiten para sobrevivir ni para desarrollarse adecuadamente, de hecho, genera muchos problemas en sus relaciones familiares, es el motivo de muchas de las rabietas que tienen y es una de las principales razones por las que niños y niñas se aburren después en la vida real.

Os dejo una cita de la propia Catherine L´Ecuyer que se hizo viral y que quizá ya conozcáis:

“Los niños están acostumbrados a tenerlo todo antes de desearlo y sin esfuerzo […]. Necesitan más que nunca acostumbrarse pacientemente mirando cómo se arrastra un caracol, observando cómo una flor crece, cómo una gota de lluvia resbala por el cuerpo de un ciempiés peludo, viendo aparecer un brote, regando las plantas, recogiendo las setas con agradecimiento y dando de comer a los pájaros. Los niños deben aprender a levantar la vista hacia el cielo de vez en cuando, como lo hacíamos nosotros cuando nos tumbábamos en la hierba que nos “picaba” y nos hacía cosquillas detrás de las piernas y de las orejas y nos imaginábamos que las nubes tenían forma de dinosaurios y de conejos”.

Creo que tener esto presente nos puede ayudar a poner límites a la exposición a las pantallas de nuestros hijos e hijas y también en los otros temas, tratar de sustituir esas inercias por otras que respondan mejor a sus necesidades seguro que les aportará mucho más para su desarrollo y será algo muy interesante para que lleven en sus mochilas de vida.

Hace un tiempo os hablaba del cultivar el valor de la espera en las y los más pequeños, os recojo algunas palabras que os comentaba en aquel momento:

«En realidad, la vida funciona de otra manera, las cosas realmente importantes de la vida se hacen esperar, tener un bebé, conseguir un título, recoger una cosecha, ser seleccionado en un proceso de selección realmente importante… Normalmente lo que conseguimos de ahora para este mismo momento, son caprichos que a medio y largo plazo, no tienen un gran valor en nuestras vidas y no nos hacen mucho más felices de lo que ya seamos con estas otras cosas que se hacen esperar porque sí son realmente importantes». 

Así que ahí os dejo esta reflexión por si puede tener sentido en vuestras vidas cotidianas hacer algunos cambios. Aunque espero que no sea necesario porque vuestros niños y niñas disfruten de los momentos de calma, del aire puro, de la naturaleza en toda su esencia…

¡Feliz día!

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10 comentarios en “La realidad es aburrida para nuestros niños y niñas

  1. Un artículo muy curioso e interesante que deja mucho en lo que pensar y eso es lo que me ha impulsado a ponerme a cambiar de actitud con los gemelos que son muy liantes a veces, y eso que a penas tienen 1 año, haré un pequeño estudio y a ver que conclusiones saco de todo esto, gran trabajo.
    Un cordial saludo, Sandra.

  2. Magda, no puedo afirmar nada con seguridad porque influyen muchos factores, pero siento que el tiempo de pantallas no se sustituye fácilmente luego por otras cosas, al contrario, cada vez demandan más. Así que mejor prevenir y buscar alternativas antes de que sea demasiado tarde. Un abrazo.

  3. La verdad es que esto que dices del efecto rebote es algo que me preocupa, nos atrae aquello que nos niegan, así que negar algo que los niños y las niñas desean, es peligroso. Seguro que las actividades dirigidas generan también ese efecto. Gracias por compartir por aquí tu punto de vista.

  4. Buenos días, yo creo que todo en su justa medida, no pienso que un uso moderado sea perjudicial, porque aunque en casa no se utilicen, los niños van a casa de primos, abuelos… donde si pueden tener barra libre de tele o tablet, y quizá consigamos un efecto rebote y se obsesionen con el tema. Por otro lado, cómo dice el anterior comentario, es cierto que hay niños que desde bebés tienen un exceso de actividades dirigidas, creo que esto es casi tan importante como lo de la exposición a pantallas a la hora de aburrirse a la mínima. De todos modos, no está mal que se aburran, aburrirse es sinónimo de «parar» en este mundo frenético.

  5. Hola Robi, seguro que también influye lo que dices, hace mucho escribí sobre esto, muchos de los problemas de atención que tienen nuestro niños y niñas están relacionados con este tema, la velocidad, la impaciencia, la falta de tiempos de juego y expresión libre de verdad. Enlazo aquí el artículo de la otra vez. Un abrazo y gracias por compartir tu punto de vista siempre tan interesante. http://lamamadepequenita.com/prevenir-el-trastorno-por-deficit-de-atencion-desarrollo-de-la-atencion-en-ninos-y-ninas/

  6. Hola Soraya. Se me ocurre también otra reflexión, que a lo mejor no tiene nada que ver, pero…desde que son bebés, la mayoria de la gente intenta intretener a los niños. Le llamamos la atención («mira el muñeco»), le ofrecemos los juguetes («coge la pelota») y así hasta más mayores, casi siempre con actividades dirigidas en la escuela (propuestas o impuestas) y muchas veces en el tiempo libre también. Hasta se intenta dirigir su juego libre, a ellos les encanta y a nosotros se nos hace más fácil que sentarnos en un rincón y simplemente estar, sin intervenir si no hace falta. Al final los acostumbramos a no tener que «buscarse la vida» en su propio intretenimiento, así que a la mínima que no sepan que hacer porqué nadie se lo dice, se aburren.
    Obviamente el poder de las pantallas es indiscutible, pero también el de nuestras continuas intervenciones pasa factura.
    Pues eso, a lo mejor me he ido por las ramas, pero es lo primero que pensé al leer el post.
    un abrazo, y un placer leer tus reflexiones, como siempre.

  7. Leo esto con la tele encendida y la niña jugando con el mando.

    Es algo a trabajar, lo bueno es que con un año todo le llama la atención y todo le aburre a los 5-10 minutos, así que tengo medio trabajo hecho. Dando por hecho que en poco tiempo tendré que apagar la tele de fondo y pasar más tiempo (más aún) en el suelo acompañando a la peque.

    Me aterra que llegue un día en que le pueda aburrir la montaña o los viajes…yo espero que poco a poco los viajes al monte, a los pueblos y los que van surgiendo (cercanos o lejanos) le lleven por el camino del amor por la exploración. Esperamos hacerlo bien, con nuestros errores y defectos, así aprendemos también. Pero quién se resiste a una tablet o móvil cuando llora en el coche… la primera que me quejaba yo, hasta que tras media hora llorando sin poder cogerla de la silla, le pones canciones de youtube y son como una droga, alucinante el efecto instántaneo que producen en los bebés/niños. Espero cambiar eso por fichas o libros cuando vaya creciendo.

    Un saludo.

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